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   Vol. 69/No. 29           August 1, 2005  
 
 
Gobierno del Reino Unido impulsa
ataques contra derechos políticos
(portada)
   
POR JONATHAN SILBERMAN  
LONDRES—Desde los atentados del 7 de julio en esta ciudad, el gobierno británico ha perseguido su campaña de “unidad nacional contra el terrorismo” con miras a ganar apoyo para nuevas restricciones a los derechos políticos dentro del país y para justificar sus acciones imperialistas en el exterior.

El gobierno del primer ministro Anthony Blair ha dicho que adelantará la promulgación de nuevas leyes “antiterroristas” que le permitirían a la policía efectuar más libremente su espionaje y otras restricciones a los derechos en este país. Las propuestas han recibido el apoyo tanto del Partido Conservador como de los demócratas liberales.

El proyecto de ley prohibiría “la preparación, el entrenamiento y la incitación” de actos terroristas. Según el diario londinense Independent, la ley permitiría enjuiciar a individuos por “la intención de adquirir sustancias químicas”, recibir “entrenamiento para terroristas” y entrar a “sitios web terroristas”.

La ley crearía un nuevo delito llamado “incitación indirecta al terrorismo”, que “prohibiría glorificar o justificar el terrorismo”, según el Independent. La ministra del interior Hazel Blears dijo que se podría enjuiciar a individuos que hagan declaraciones tales como “Qué bueno que haya ocurrido esto” o “Estas personas son mártires”. Ella aclaró que la “incitación directa” ya está proscrita.

Cuando se le preguntó en la radioemisora BBC si él apoyaría las nuevas medidas “antiterroristas, George Galloway, miembro del parlamento por el partido Respeto, agrupación que incluye al Partido Socialista de los Trabajadores en el Reino Unido, dijo que tendría que esperar y ver. El propuso contratar a “10 mil, 20 mil o 30 mil funcionarios de aduanas adicionales” así como más policías, y dijo que todo individuos que ingrese al Reino Unidos debe ser detenido y registrado.

Entretanto, la policía sigue ocupando el barrio obrero de Beeston en la ciudad de Leeds, donde vivían los cuatro hombres acusados de efectuar los atentados. Unas 600 personas fueron evacuadas de sus hogares y la policía ha registrado muchas casas en este barrio.

La policía usó un ariete para derribar la puerta y entrar al Centro Iqra de Enseñanza y Librería. Según los carteles afuera, el centro ofrece publicaciones islámicas, servicios noticiosos, actividades juveniles, seminarios y presentaciones. La prensa citó a varios vecinos que denunciaron la redada. “La librería no tiene absolutamente nada que ver con el terrorismo. Es simplemente un lugar donde la gente va a reunirse, conversar y leer libros”, dijo un vecino, Arif, al diario Leeds Today.

La policía anunció que arrestó a una persona en la zona el 14 de julio en relación a los atentados.

Asimismo, fue arrestado en El Cairo, a petición de las autoridades británicas, un científico egipcio que daba cursos de química en la Universidad de Leeds.

La policía también ha presionado a dirigentes musulmanes para colaborar más a fin de perseguir a “extremistas”. El Consejo Musulmán de Gran Bretaña está contemplando una posible fatwa (orden) contra los atentados suicidas, dijo su secretario general Iqbal Sacranie, pero rechazó la propuesta del jefe de la Policía Metropolitana Ian Blair de que establecieran una línea de acceso directo para que los musulmanes pudieran delatar “actividades extremistas”.

El 14 de julio el gobierno organizó un momento de dos minutos de silencio, muy promovido por los medios de difusión. En el centro de Londres las autoridades detuvieron el tránsito.

En muchos centros de trabajo, aunque no todos, los patrones hicieron que los trabajadores observaran el momento de silencio. Sin embargo, el cumplimiento de los dos minutos de silencio no significó necesariamente que los trabajadores subordinaran los conflictos con sus patrones.

En la planta procesadora de carne Halls en Broxburn, cerca de Edinburgo, los patrones habían preparado bien el silencio, y la gran mayoría de los empleados lo cumplieron, según informó Pete Clifford, miembro del sindicato USDAW en la planta. “Pero esa misma tarde, muchos trabajadores se vieron molestos cuando la compañía anunció, en respuesta a la demanda salarial del sindicato, una mísera alza salarial del 2.9 por ciento, y con condiciones”, informó.

Clifford, quien fue candidato de la Liga Comunista en las recientes elecciones nacionales, no participó en el momento de silencio y les explicó a sus compañeros de trabajo que él se oponía a la campaña de “unidad nacional” del gobierno. “Continúan las discusiones políticas en el trabajo, y yo sigo participando en ellas”, dijo.  
 
Tropas británicas a Afganistán
El gobierno de Blair también ha usado su campaña “antiterrorista” para justificar su próximo despliegue de tropas para Afganistán. Dentro de unas semanas enviará dos escuadrones de fuerzas especiales británicas, según altos funcionarios del gobierno. Estas fuerzas harán trabajo de reconocimiento para un grupo de 5 mil tropas, las cuales se desplegarán sobre la frontera entre Afganistán y Pakistán. Actualmente hay unas mil tropas británicas en Afganistán como parte de una fuerza de la OTAN, y aviones británicos Harrier han participado con fuerzas aéreas norteamericanas en misiones recientes de combate.

El 19 de julio la policía en Pakistán anunció que había arrestado a siete hombres “con posibles vínculos a los atentados suicidas”, informó la agencia noticiosa AP. Funcionarios del gobierno británicos han exigido que el gobierno pakistaní tome medidas contra las actividades de las escuelas religiosas islámicas madrasa como fuentes de “entrenamiento terrorista”.  
 
 
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