Frente a una sólida línea de piquete, al final de la semana la compañía pagó en efectivo una semana de salarios atrasados a cada uno de los 25 huelguistas. Los trabajadores dicen que están decididos a continuar la huelga hasta que les paguen todo y restituyan a los obreros despedidos.

“Los cheques empezaron a rebotar hace dos meses”, dijo Marta Fialos, una obrera que lleva 12 años en la planta y que mostró uno de los cheques rechazados. “Y para colmo, el banco nos cobraba 10 dólares cada vez que rebotaban los cheques”. Algunos obreros no habían recibido un cheque por seis semanas.

El 26 de julio, el jefe Brian Weiner puso un aviso sobre el despido de nueve trabajadores “debido a la presente situación financiera de la compañía”. La lista incluía a obreros con 18 años de antigüedad. Los trabajadores paralizaron labores dos días después y empezaron a formar piquetes exigiendo la restitución de los despedidos y que se les paguen en efectivo todos los salarios adeudados. Los obreros de la carne ganan entre 7 y 14 dólares la hora.

“Ellos creían que nomás nos iríamos a casa sin hacer nada”, dijo Mercy Manas, delegada sindical en la planta. “No se esperaban que íbamos a luchar”.

El viernes 5 de agosto, representantes de la compañía informaron por teléfono a funcionarios del sindicato que a las 3 de la tarde pagarían en efectivo la mitad de los salarios atrasados. A las 5:10 de la tarde un representante de la compañía pagó en efectivo a los trabajadores. El dinero era sólo el salario de una semana.

El representante del Local 342 David Rodríguez anunció que el sindicato les ofrecería a todos un cheque por una semana, tomado del fondo de huelga. Ellos estallaron en vivas y puños en alto.

Mercy Manas se dirigió a los otros huelguistas a corear “¡El lunes aquí!” queriendo decir que reanudarían la línea de piquete y presionarían por el pago de todos los salarios atrasados. “El patrón dijo que no quería el sindicato. Eso para que pueda pagarnos lo que le dé la gana”, dijo.

“Tuvimos que salir en huelga. No nos pagaban por nuestro trabajo”, dijo Olga Baca, con 18 años de antigüedad, quien estaba en la lista de los próximos despedidos. Cinco de sus cheques rebotaron.

Dos miembros del Local 342 que trabajan en la Garden Manor Farms en el mercado de carne de Hunts Point en el Bronx, Dan Fein y Joseph DeJesús, fueron a la línea de piquete después del trabajo el 5 de agosto para solidarizarse con la lucha.

DeJesús comentó después, “Tengo ganas de volver el lunes al trabajo para contarles a otros sobre la huelga y reclutar unos cuantos más a sumarse a los huelguistas en su línea de piquete”.

Paul Pederson y Millie Sánchez contribuyeron a este artículo.  
 
 
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