La nueva propuesta de la compañía recortaría el número de mecánicos, eliminando casi el 75 por ciento de los 4 400 miembros de AMFA que trabajan para la Northwest. La compañía ahora insiste en 203 millones de dólares en recortes salariales y de empleos, mucho más que los 176 millones que había exigido cuando los trabajadores salieron en huelga el 19 de agosto.

Según un comunicado de AMFA los negociadores sindicales acordaron aceptar los nuevos recortes que propone la compañía, pero las negociaciones se suspendieron por desacuerdos sobre la indemnización que recibirán los despedidos. Steve MacFarlane, vicedirector nacional de AMFA, dijo a los miembros del sindicato el 10 de septiembre en un mensaje, “Todos sabemos que en algún momento se tendrá que llegar a un acuerdo. También sabemos que todo acuerdo provisional será extremo desde cualquier punto de vista”.

El huelguista James Inman, miembro del Local 33 de AMFA en el aeropuerto de Minneapolis, dijo, “Me pareció que la última oferta de la compañía era basura. Salimos en huelga por algo mejor. Seguiremos peleando”.

Dos días después de que se suspendieran las negociaciones, el sindicato automotriz UAW anunció un aporte de 880 mil dólares para ayudar a los miembros de AMFA en huelga. En Seattle, los huelguistas fueron invitados a presentar su caso en una asamblea del Local 19 del sindicato de estibadores ILWU. “El local votó a favor de contribuir 9 mil dólares para ayudar a que los trabajadores y sus familias continúen en la lucha”, dijo Jim Burns, miembro de la mesa ejecutiva. Otro miembro del ILWU, John Fisher, agregó que una docena de estibadores se sumaron a la línea de piquete en el aeropuerto de Seattle-Tacoma. “Tenemos que tratar esta huelga como si fuera nuestra”, dijo Fisher.

Northwest anunció el 13 de septiembre que comenzaría a reemplazar a los mecánicos de forma permanente. Según la agencia noticiosa AP, solo cinco de los miles de mecánicos en huelga en Minneapolis han regresado a trabajar.

Por otro lado, según el New York Times, la aerolínea Delta, la tercera más grande, se declaró legalmente en bancarrota el 14 de septiembre. La aerolínea ha exigido a los pilotos una nueva serie de recortes de salarios y beneficios, por encima de los mil millones de dólares que cedieron el año pasado.  
 
 
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