The Militant (logo)  
   Vol. 69/No. 41           October 24, 2005  
 
 
Evacuación mató a más en Texas que ciclón
 
POR JOSÉ ARAVENA
Y STEVE WARSHELL
 
BEAUMONT, Texas—“Me tomó 18 horas para llegar a Dallas. Este viaje lleva por lo general 6 horas”, dijo Charles Singleton, describiendo el caos durante la evacuación del 24 de septiembre desde el este de Texas a la venida del huracán Rita. Singleton, un estibador jubilado, fue uno de los trabajadores reunidos en la sede del Local 21 del sindicato portuario ILA en Beaumont. La ciudad fue arrasada por la fuerza destructora de los vientos de 120 millas por hora del huracán Rita.

Miembros del local hicieron barcaboa y convirtieron la sede en refugio para aquellos que habían perdido sus hogares en la tormenta. “Mi local siempre ha provisto para la gente en tiempos de crisis ofreciéndoles comida y un lugar donde alojarse, sea miembro o no”, dijo Singleton.

Al 2 de octubre, la sede del sindicato era una de los pocos edificios en Beaumont con electricidad. “La única razón que tenemos electricidad es porque por casualidad estamos en la misma red de electricidad de los bancos en el centro de la ciudad”, dijo Ray Natchers, un estibador con 31 años en el sindicato, cuya casa fue destruida en la tormenta. “Lo primero que ellos quieren proteger es su dinero”.

Para el 30 de septiembre, el Houston Chronicle situó en 170 la cuenta de muertos por Rita. Ninguna de las muertes citadas fue producto de la tormenta misma. La mayoría pereció en la evacuación anárquica de 2.5 millones en Houston y el este de Texas cuando cientos de miles quedaron atascados en embotellamientos masivos de tráfico sometidos al calor excesivo del verano pasado. “Si la tormenta hubiera golpeado a Houston mucha gente hubieran quedado varados en la carretera al ser embestidos”, dijo Singleton.

Albino Hernández, un cortador de tela en una planta de costura, fue uno de los miles que no pudieron salir de la ciudad. Detenido en el tráfico por 15 horas, a su auto se le agotó la gasolina. “Un granjero me dio suficiente gasolina para regresar a Houston”, dijo Hernández, donde esperó a que pasara la tormenta.

Buscando alivio, miles de los evacuados han hecho cola diariamente afuera de las oficinas de la agencia federal de emergencia FEMA en Houston para inscribirse para recibir ayuda. El 28 de septiembre más de 20 personas tuvieron que recibir atención médica debido al calor después de esperar todo el día en la cola. Las oficinas cerraron a la 1 de la tarde.

“He estado viniendo por seis días seguidos y todavía no saco ningún resultado”, dijo Melody Beasley, una trabajadora de Beaumont. La casa que ella alquilaba fue destruida en la tormenta.

Como decenas de miles de otros trabajadores en la Costa del Golfo, Beasley enfrenta una lucha ardua para conseguir ayuda debido a sus anteriores roces con la policía y los tribunales. “Como yo serví una sentencia de seis meses en Texas por cargos relacionados con la droga, me han negado cupones de alimentos y vivienda en muchos de los complejos de apartamentos a donde FEMA manda a la gente”. En su lugar, ella explica, “solo me dicen que vaya al centro de alimentos y al Salvation Army”.
 
 
Related articles:
Mayor crisis para agricultores del Golfo tras Rita  
 
 
Front page (for this issue) | Home | Text-version home