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   Vol. 69/No. 50           December 26, 2005  
 
 
‘Nuestra historia aún se está escribiendo’
La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana
(especial)
 
A continuación reproducimos la introducción a Nuestra historia aún se está escribiendo, una entrevista que abarca un libro, próximo a publicarse, con tres generales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba que son de origen cubano-chino: Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong. La editorial Pathfinder publicará el libro simultáneamente en inglés y español en enero.

Mary-Alice Waters, autora de la introducción, realizó y editó las entrevistas. Ella ha editado más de una docena de libros de entrevistas, escritos y discursos de dirigentes de la Revolución Cubana. A principios de febrero Waters, quien es presidenta de la editorial Pathfinder, se sumará a los tres generales para presentar el libro en la XV Feria Internacional del Libro de La Habana. Además se proyectan actividades para celebrar su publicación en el barrio chino de La Habana y en otras localidades.

Este texto se reproduce con autorización. Las fotos y dibujos que aparecen aquí son del libro. Copyright © 2005 Pathfinder Press.

POR MARY-ALICE WATERS  
Nuestra historia aún se está escribiendo
añade un capítulo más a la crónica de la Revolución Cubana según la narran los que estuvieron —y que más de 50 años después se mantienen— en las primeras filas de esta batalla épica.

Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong, tres jóvenes rebeldes de ascendencia cubano-china, llegaron a ser combatientes en la lucha clandestina y en la guerra revolucionaria de 1956-58 que tumbó a la dictadura de Fulgencio Batista respaldada por Washington y abrió la puerta a la revolución socialista en América. En el transcurso de una vida de acción revolucionaria, cada uno llegó a general en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. A través de sus historias se revelan las fuerzas económicas, sociales y políticas que dieron origen a la nación cubana y que aún dan forma a nuestra época.

Millones de seres humanos comunes y corrientes como ellos —“hombres y mujeres que surgen de la nada” a quienes los gobernantes ni siquiera pueden ver— sencillamente rehusaron aceptar un futuro sin dignidad ni esperanza, rehusaron conformarse con menos de lo que habían soñado. Entraron marchando a la palestra de la historia y cambiaron su curso, convirtiéndose a la vez en seres humanos diferentes.

La sugerencia original de hacer este libro provino de Harry Villegas, él mismo un general de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Cuba así como Héroe de la Revolución Cubana. Villegas es hoy día vicepresidente ejecutivo de la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Por el mundo se le conoce como “Pombo”, nombre de guerra que en 1965 le puso el dirigente revolucionario cubano-argentino Ernesto Che Guevara cuando juntos pelearon al lado de las fuerzas antiimperialistas en el Congo y en el curso de los dos años siguientes también en Bolivia.

En febrero de 2002, los editores de la Pathfinder acabábamos de completar el trabajo sobre De la sierra del Escambray al Congo: en la vorágine de la Revolución Cubana por Víctor Dreke. El libro había tenido buena acogida en la Feria Internacional del Libro de La Habana y en animados encuentros a través de la antigua provincia de Las Villas en Cuba central, organizados con la colaboración de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Ya estábamos bastante avanzados en la preparación de otros dos títulos relacionados con la Revolución Cubana y el lugar que ésta ocupa en el mundo: October 1962: The ‘Missile’ Crisis as Seen from Cuba (Octubre de 1962: la crisis ‘de los misiles’ vista desde Cuba) por Tomás Diez; y Marianas en combate, la historia de la mujer oficial de más alto grado en Cuba, la general de brigada Teté Puebla, y del Pelotón Femenino Mariana Grajales en la guerra revolucionaria cubana.

Planeando con anticipación, como hace un oficial competente, Villegas nos invitó a la sede nacional de la Asociación de Combatientes y nos presentó a Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong. Nuestra historia aún se está escribiendo es resultado del trabajo que comenzó ese día.
 

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Los tres jóvenes cubano-chinos de edades similares crecieron en distintas partes de Cuba, bajo condiciones de clase y entornos sociales diferentes. Cada cual por su propia senda, los tres llegaron al mismo curso de acción revolucionario. Se volcaron a la gran batalla proletaria que definió a su generación: la lucha por derrocar a la tiranía batistiana y defender la soberanía e independencia de Cuba contra el embate del imperio del norte.

La importancia y el peso histórico de la inmigración china a Cuba a partir de mediados del siglo XIX se desprende de sus relatos. En proporción con la población, la inmigración china a Cuba fue más grande que en cualquier otra parte de América, incluido Estados Unidos. De hecho, miles de trabajadores chinos, traídos para construir las vías férreas en el oeste de Estados Unidos, emigraron después a Cuba esperando encontrar mejores condiciones de vida y de trabajo.

El lucrativo tráfico de decenas y decenas de miles de campesinos chinos —su apresamiento, su transporte en barcos de la muerte hacia Cuba, su trabajo en servidumbre en las plantaciones azucareras para suplementar el abastecimiento menguante de esclavos africanos— y sobre todo su resistencia, sus luchas y su intachable historial de combate en las guerras cubanas de independencia de 1868-98 contra España: todo esto se bosqueja aquí en sus perfiles más amplios. Es una historia en gran parte desconocida fuera de Cuba.

Lo que se presenta, sin embargo, no es solo historia. Es uno de los hilos indispensables de Cuba revolucionaria hoy: desde la opresión racista de los chinos así como de los negros antes de 1959, hasta las medidas tomadas por el gobierno popular revolucionario encabezado por Fidel Castro para poner fin a esta discriminación y combatir su legado, pasando por la integración de cubanos de origen chino en todos los niveles de la vida social y política actual. Como plantea Sío Wong tan contundentemente, la medida más grande que se tomó contra la discriminación “fue hacer la revolución”.

“La comunidad china de aquí es distinta de la de Perú, Brasil, Argentina o Canadá”, subraya. “Y la diferencia está en el triunfo de una revolución socialista”.
 

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El derrocamiento revolucionario de la dictadura de Batista no representó el fin de esa historia. Era el comienzo. El pueblo trabajador de Cuba comenzó a construir una nueva sociedad que le planteó una “afrenta” intolerable a las prerrogativas del capital. Por casi medio siglo han mantenido a raya a la potencia imperialista más fuerte que jamás ha de acechar el globo. Al hacerlo, los trabajadores y campesinos cubanos y su gobierno se han convertido en un faro y aliado para los que, en todas partes del mundo, procuran aprender a luchar para transformar su vida: y a luchar para ganar.

Entre las muchas responsabilidades asumidas por Choy, Chui y Sío Wong a lo largo de los años, tanto en las Fuerzas Armadas Revolucionarias como en tareas estatales y en la dirección del Partido Comunista de Cuba, se destaca su participación en las misiones internacionalistas cubanas en el exterior.

“Porque nuestro sistema es socialista en su carácter y compromiso”, explica Choy, los revolucionarios en Cuba siempre han procurado actuar “en función de los intereses de la mayoría de la humanidad que habita el planeta Tierra y no de mezquinos intereses individuales ni incluso sencillamente de los intereses nacionales de Cuba”.

Cada uno de ellos cumplió misión en Angola en distintos momentos entre 1975 y 1988, cuando Cuba respondió a la solicitud de ayuda del gobierno angolano —que apenas lograba su independencia de Portugal— para derrotar una invasión lanzada por las fuerzas armadas del régimen sudafricano del apartheid con apoyo imperialista.

Chui ayudó a establecer misiones cubanas de asistencia militar en Nicaragua, Etiopía y Mozambique. Choy fue embajador en Cabo Verde de 1986 a 1992. Sío Wong, presidente de la Asociación de Amistad Cubano-China, ha ayudado a los trabajadores y campesinos de Venezuela en sus esfuerzos por establecer y ampliar la agricultura urbana a pequeña escala.

La historia completa de los 16 años de la misión internacionalista cubana en Angola aún queda por contarse. Incluso en Cuba todavía no se encuentra disponible un recuento global. Pero las experiencias y valoraciones de primera mano que ofrece aquí cada uno de estos tres generales nos brindan percepciones de ese importante período de la historia de áfrica austral que difícilmente se encuentran fuera de Cuba. Sus narrativas se refuerzan con fragmentos de discursos ofrecidos por el presidente cubano Fidel Castro en diciembre de 1988 y por Nelson Mandela y Castro en Matanzas, Cuba, en julio de 1991, reproducidos en el apéndice. Se presenta de manera impactante la importancia para áfrica y el mundo del triunfo en marzo de 1988 de las fuerzas cubano-angolanas sobre el ejército del apartheid sudafricano en la batalla de Cuito Cuanavale.
 

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Nuestra historia aún se está escribiendo —el título viene de Chui— capta la perspectiva revolucionaria y la continua intensidad de trabajo de los tres protagonistas del libro. En la sección final, “El Período Especial y más allá”, cada uno de ellos mira hacia el futuro.

Hoy día Choy encabeza el masivo proyecto multifacético y multianual, que describe aquí, para sanear la Bahía de La Habana y transformar la infraestructura del puerto de La Habana, por el cual pasa un 70 por ciento de las importaciones de Cuba y un 90 por ciento de sus exportaciones, exceptuando el azúcar y el níquel. Es una tarea irremplazable para el desarrollo económico y social de Cuba.

Sío Wong mantiene la responsabilidad que asumió hace casi 20 años como presidente del Instituto Nacional de Reservas Estatales. Es una tarea decisiva no solo para la actual defensa militar de la revolución, sino para la capacidad del gobierno cubano de responder —en marcado contraste a todos los niveles con el gobierno capitalista de Estados Unidos— a las necesidades de la población en momentos de desastres naturales como los huracanes Dennis y Wilma, que azotaron a la isla este año.

Chui ha cargado desde 1990 con responsabilidades nacionales en la fundación y la dirección de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Esa organización, hoy integrada por más de 300 mil cubanos con décadas de experiencia como columna vertebral de la revolución —desde cuadros del Ejército Rebelde y de la lucha clandestina contra la tiranía de Batista, hasta jóvenes médicos y maestros que completan misiones internacionalistas por todo el mundo, así como los cinco Héroes de la Revolución Cubana a quienes les fabricaron cargos de conspirar para cometer espionaje y asesinato, y quienes ahora cumplen condenas draconianas en las prisiones federales de Estados Unidos— es responsable de un programa de educación política que llega a cada escuela y barrio del país.

Según deja claro cada uno de estos tres generales, el futuro no le será decidido al pueblo trabajador de Cuba, lo decidirá él mismo.
 

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Nuestra historia aún se está escribiendo, editado simultáneamente en inglés y español, adquirió forma en un período de casi cuatro años. Es producto de una serie de entrevistas, algunas colectivas y otras individuales, realizadas en febrero de 2002 y en 2004, y completadas en febrero y agosto de 2005. Al preparar el libro para ser publicado, hemos limado, en la medida posible, las discrepancias de tiempo y las circunstancias que eran un resultado inevitable de esta larga gestación.

Cuando comenzamos, por ejemplo, Sío Wong, al igual que Choy y Chui, estaba en la reserva como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. Para el momento de nuestra última entrevista a mediados de agosto de 2005, lo habían llamado de nuevo al servicio activo. El enorme esfuerzo comprendido bajo el rubro de saneamiento, conservación y desarrollo de la Bahía de La Habana, avanzó bastante en el transcurso de esos cuatro años. El daño causado por el huracán Michelle en 2001 fue igualado o superado por otra media docena de tormentas de envergadura, desde Iván hasta Charley y Dennis.

Lo que es más importante, los conflictos entre las clases en contienda a escala internacional que se han intensificado estos últimos cuatro años han abierto una nueva situación política a nivel mundial. La ofensiva política imperialista, encabezada por Washington, ha avanzado bajo la bandera de la “guerra global contra el terrorismo” y de la “transformación” de la actividad militar de los gobernantes norteamericanos y sus aliados desde el Medio Oriente hasta el Pacífico, desde áfrica hasta Europa y el propio “suelo nativo” norteamericano.

En respuesta a la trayectoria del partido bélico bipartidista y a los ataques cada vez más agudos de los magnates del capital, la resistencia del pueblo trabajador, dentro y fuera del país, también se está transformando.

En nuestro hemisferio, los desafíos afrontados y superados por los trabajadores y campesinos combativos de Venezuela han cambiado la ecuación política. Ante la agresión inevitable del imperio del norte, lo que está en juego va aumentando considerablemente: tanto para nosotros como para las vanguardias combativas de los pueblos de Cuba, Venezuela y toda América.
 

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Arrin Hawkins, Martín Koppel, Luis Madrid y Michael Taber participaron conmigo en una o más de las entrevistas que nos dieron este libro. Michael Taber supervisó la traducción al inglés y preparó el glosario, la anotación y el índice. Luis Madrid se responsabilizó del original en español.

La producción de estos dos libros —desde la transcripción hasta la traducción inicial, desde la composición, corrección y preparación de los archivos digitales a ser impresos hasta la distribución— ha sido obra de más de 200 voluntarios en el mundo que ofrecen su tiempo y sus capacidades a través del Proyecto de Impresión de Pathfinder.

Corresponde una nota especial de agradecimiento a la Biblioteca Nacional “José Martí” en La Habana, incluidos su director Eliades Acosta, la subdirectora Teresita Morales y la veterana bibliotecaria Lisia Prieto, responsable de los archivos que comprenden la colección de materiales de la biblioteca relacionados con la inmigración china a Cuba. La ayuda del personal de la biblioteca fue indispensable para localizar y reproducir varios de los gráficos que dan vida a estas páginas.

Otras fotos y gráficos históricos fueron localizados con la ayuda de Delfín Xiqués de Granma, Manuel Martínez de Bohemia, Milton Chee de San Francisco, California, y por esfuerzos individuales de los generales Choy, Chui y Sío Wong.

Iraida Aguirrechu, encargada de política actual en la Editora Política, editorial del Partido Comunista de Cuba, participó en cada etapa de todas las entrevistas. Sin su determinación, diligencia, preocupación por la exactitud y la atención a los detalles, este libro no habría visto la luz del día.

Por último, y sobre todo, van nuestras gracias a los generales Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong por las innumerables horas que cada uno dedicó al trabajo necesario para la realización de este libro.

Estamos seguros de que lo recibirán agradecidos aquellos a quienes se dedica: las nuevas generaciones de combativos “hombres y mujeres que surgen de la nada” que hoy emergen por el mundo, para quienes el ejemplo de la revolución socialista cubana muestra el camino a seguir.

Noviembre de 2005

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