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   Vol. 70/No. 6           13 de febrero de 2006  
 
 
Nueva ‘oferta’ patronal en NY
irrita a obreros del transporte
(portada)
 
POR MICHAEL ITALIE  
NUEVA YORK—Una nueva “oferta” de contrato presentada por la Autoridad Metropolitana de Tránsito (MTA) —dada a conocer luego que los trabajadores del transporte rechazaran el pacto negociado entre los patrones y la dirección del Local 100 del sindicato TWU— ha provocado la ira entre muchos trabajadores de subterráneos y autobuses aquí. “Es una bofetada”, dijo el maquinista Alexander Woolfe al Militante el 28 de enero en la estación de trenes de Forest Hills en Queens. El presidente del TWU Local 100 la llamó “un insulto a nuestros miembros”.

El 25 de enero los patrones pusieron de nuevo sobre el tapete una de las demandas de concesiones que había provocado la huelga del 20 al 22 de diciembre de los 34 mil miembros de Local 100: un plan de pensiones con una escala doble, en la que los nuevos empleados pagarían un porcentaje más alto de sus ingresos hacia su pensión. Al mismo tiempo la MTA cuenta con un superávit de mil millones de dólares. La nueva propuesta mantiene una cláusula que retendría 1.5 por ciento del salario de los trabajadores para cubrir su seguro médico.  
 
MTA propugna arbitraje
Los ejecutivos de la MTA acompañaron su nueva propuesta con una solicitud ante la Junta de Relaciones de Empleo Público (PERB) para que el caso se decida mediante el arbitraje obligatorio. Su petición también acusa a los miembros del Local 100 de “participar en una huelga ilegal”. El sindicato tiene 10 días para responder a la solicitud de la patronal. Los funcionarios de Local 100 se han expresado en contra del arbitraje obligatorio, explicando que viola el derecho de los miembros a votar en torno a una propuesta de contrato. La junta gubernamental puede declarar un punto muerto en las negociaciones y establecer un panel de tres miembros con la potestad de imponer un contrato.

Después de la huelga de tres días, la MTA retiró la propuesta sobre la pensión y en cambio exigió que los trabajadores por primera vez hagan pagos de 1.5 por ciento de sus salarios hacia su cobertura médica, con lo cual estuvo de acuerdo la mayoría de la junta ejecutiva del sindicato.

El 20 de enero, los trabajadores de tránsito rechazaron el acuerdo con un margen mínimo de votos. Los sindicalistas se oponían a los pagos para la atención médica, que seguramente aumentarían en los siguientes años del contrato porque estarían vinculados a los cambios en los costos médicos. Derrick Tingle, quien trabaja en la terminal de Coney Island, reflejó el punto de vista de muchos que votaron a favor del contrato al decir, “Es lo mejor que vamos a obtener, mejor que con el arbitraje obligatorio”.

En la última oferta, la MTA también retiró porciones del pacto rechazado que eran favorables a los trabajadores del transporte: cobertura médica para los jubilados que son demasiado jóvenes para calificar para el Medicare y el reembolso que se debe a unos 20 mil miembros del sindicato por sobrepagos hechos al plan de jubilación.

Russell Jefferson, un maquinista en la estación de Forest Hills, se refirió a otras concesiones en la nueva oferta de la MTA. “Quieren quitar el día festivo de Martin Luther King. Están combinando trabajos. Quieren quitar el 70-30”, dijo, lo que va a resultar en más hostigamientos en torno a la asistencia.

La política 70-30 —una mejora con respecto al plan anterior de asistencia— restringe el espionaje de la empresa contra los trabajadores que se enferman. Mientras un trabajador no utilice más del 70 por ciento del tiempo asignado para ausentarse por enfermedad, explican los trabajadores, los patrones no pueden mandar agentes a sus hogares para ver si de verdad están enfermos en casa. El maquinista John Stevenson dijo que los supervisores se describen a sí mismos como de “tolerancia cero. Nos acosan por todo lo que está en el libro de reglas y cuando defendemos nuestros derechos nos acusan de insubordinación”.

La MTA emitió más de 15 mil notas disciplinarias contra trabajadores solo en 2004. Son “vengativos”, dijo Jefferson, y ahora los patrones están “tratando de imponer el arbitraje, el que normalmente se va del lado de la MTA”.

Mientras tanto, el 10 de enero la PERB dio los primeros pasos para revocar la deducción automática de cuotas sindicales del Local 100, acusándolo de haber convocado una huelga ilegal. El sindicato perdió la deducción automática por varios meses tras la huelga anterior en 1980.

Aún no hay una fecha para la audiencia sobre estos cargos o sobre posibles multas contra el Local 100 en base a la Ley Taylor, que prohíbe huelgas por parte de empleados públicos. “Esa ley solo beneficia a las empresas”, dijo Larry Padilla, un chofer de autobuses, al Militante el 27 de enero en la terminal Mother Clara Hale. “El sindicato se fortaleció con la huelga”.

Arrin Hawkins contribuyó a este artículo.
 
 
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