The Militant (logo)  
   Vol. 70/No. 6           13 de febrero de 2006  
 
 
Marxismo, o por qué unirse
al movimiento comunista
Evento en Nueva York aborda desarrollo
contradictorio de vanguardia obrera
(especial)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
NUEVA YORK—Más de 350 trabajadores, jóvenes y otros más asistieron a una reunión pública aquí el 21 de enero para escuchar una presentación del secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores Jack Barnes. El programa “La crisis mundial del capitalismo y el desarrollo contradictorio de la vanguardia obrera: el marxismo o por qué unirse al movimiento comunista”, lo auspiciaron el Partido Socialista de los Trabajadores y la Juventud Socialista de Nueva York y Newark, Nueva Jersey.

Barnes comenzó señalando una noticia según la cual la Ford —al enfrentar ventas y ganancias en picada— anunció que va a cerrar al menos 14 fábricas y eliminar 30 mil empleos en los próximos cuatro años. Los recortes que proyecta la Ford, que representan un 25 por ciento de su plantilla en Norteamérica, son similares a los que anunció la General Motors, la cual planea eliminar 30 mil empleos, un 17 por ciento de su fuerza laboral en Estados Unidos y Canadá.

Para enfrentar su crisis de ganancias y creciente competencia, la Ford procurará convertirse en una compañía más pequeña, señaló Barnes. Citó a Mark Fields, punta de lanza de estos recortes para la automotriz, quien dijo que su objetivo era poner a los trabajadores en un “estado de crisis”.

El hecho que esta campaña por aumentar productividad y ganancias se realiza a costa de las vidas de trabajadores quedó claro en una entrevista de la revista Fortune al patrón del carbón Wilbur Ross, publicada nueve días después que 12 mineros murieran en la explosión en la Mina Sago, dijo Barnes.

Ross, fundador del Grupo Internacional del Carbón (ICG), dueño de la Sago, declaró a Fortune, “Nuestra posición fundamental no ha cambiado … Estamos expandiendo. La Sago produjo 350 mil toneladas de carbón el año pasado y tenemos planeado 900 mil este año”. Ross se jactó con el Wall Street Journal diciendo que el poseer un mayor número de minas no sindicalizadas, “es lo que nos hará un productor de bajo costo”.

Barnes señaló la complicidad gubernamental bipartidista en los ataques contra la seguridad en las minas. De 26 normas de seguridad propuestas en los años 90, 17 jamás fueron puestas en vigor por el presidente William Clinton y el presidente George Bush sencillamente las dejó expirar. En muchas minas las compañías presionan a los obreros a no reportar lesiones, incluso recurriendo a sistemas de primas en los que los trabajadores pierden parte o la totalidad de las primas si reportan lesiones, indicó Barnes.

Al referirse al hecho que los trabajadores del metro y autobuses de Nueva York habían rechazado el convenio propuesto por la Autoridad Metropolitana de Tránsito (MTA), Barnes dijo que muchos de los 11 mil trabajadores que habían votado en contra se enorgullecían de enviar un mensaje a la MTA y a los funcionarios del gobierno, entre ellos el alcalde Michael Bloomberg, quien los había tachado de “matonería”. En un editorial expresando la sorpresa de los gobernantes ante la acción de los trabajadores y su odio hacia estos sindicalistas, el New York Times declaró el 21 de enero: “Los trabajadores venían diciendo que querían respeto … Pero ya basta. Atañe a todas las partes que este contrato se solucione”. Ante todo, dijo Barnes, algo que caracteriza a patrones y a burócratas sindicales es que siempre se quedan pasmados cuando algo así sucede.  
 
Procuran proscribir ‘la rata’
El dirigente del PST señaló la batalla legal que se desarrolla en torno a si los trabajadores que protestan tienen derecho de montar enormes ratas inflables frente a sitios donde hay disputas laborales. Estas ratas gigantes, populares entre la clase trabajadora, son familiares en Nueva York y otros centros industriales. Una empresa constructora ha demandado al sindicato LIU por poner ratas en sitios de construcción para protestar el uso de mano de obra no sindicalizada, y la junta de relaciones laborales NLRB está por fallar sobre si es ilegal desplegarlas.

“Los patrones no pueden soportar este símbolo”, dijo Barnes. Los sindicalistas dicen que si la NLRB prohíbe la rata, quizás tengan que usar un zorrillo.

Barnes habló de la importancia de la lucha en defensa del Militante de las acusaciones falsas de difamación interpuestas por la C.W. Mining por sus informes sobre la lucha que los trabajadores en la mina Co-Op realizaron por dos años para organizarse en el sindicato minero UMWA. Cuando la compañía no pudo derrotar al sindicato, despidió a los mineros y los arrastró a los tribunales, dijo Barnes. También apuntaron contra el Militante. Al principio también habían acusado al PST de difamación.

El caso plantea algo profundo, explicó Barnes: si los periódicos escritos por trabajadores en lucha están protegidos por las mismas garantías de libertad de expresión y de prensa de la Primera Enmienda que gozan otros periódicos.

En realidad, “el Militante y la rata tienen mucho en común”, dijo. Los atacan por las mismas razones. Un número creciente de trabajadores ve este periódico como un arma política necesaria para impulsar sus luchas: ayuda a fortalecer la unidad obrera y permite que los trabajadores aprendan de sus experiencias mutuas, tanto avances como reveses.

Como explica su encabezado, el Militante es un semanario socialista publicado en defensa de los intereses del pueblo trabajador. Le pertenece a la vanguardia de la clase trabajadora.

En este sentido, la venta y uso del Militante es más y más parte de la labor más amplia de sindicalización y política que realizan trabajadores-militantes. Esto se reflejó en la respuesta a la campaña del otoño pasado, en la que 3 200 personas se subscribieron, más del doble de la meta original. Los nuevos lectores incluyen camioneros independientes que buscan sindicalizarse con los Teamsters en Florida, y trabajadores que luchan por ganarse el sustento en Louisiana, tras el desastre social desatado por el huracán Katrina.

La campaña recién iniciada para lograr renovaciones a las subscripciones entre esos nuevos lectores brinda la oportunidad de involucrar a trabajadores militantes en este esfuerzo, explicó Barnes. Partidarios del periódico estarán contactando y visitando suscriptores para aprender qué opinan del periódico, instarlos a renovar e invitarlos a ayudar a que lo difundan y escriban para él.  
 
Belicismo bipartidista contra Irán
La marcha hacia una guerra contra Irán por una alianza imperialista dirigida por Washington avanza, dijo Barnes, a medida que el gobierno iraní ejerce su derecho a desarrollar su programa de energía nuclear. Explicó que la campaña de Washington contra Irán es bipartidista, como lo demostró un discurso de la senadora demócrata Hillary Clinton, quien hizo un llamado para que Naciones Unidas impusiera sanciones a Irán y criticó a la administración Bush por no ser lo suficientemente agresiva contra ese país.

En mayo, partidarios de la editorial Pathfinder estarán en la feria del libro de Teherán, una de las mas grandes del mundo. “Poder poner literatura revolucionaria al alcance de iraníes es más importante que nunca”, dijo Barnes.

En la reunión de Nueva York se presentó el nuevo libro de la Pathfinder, Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana (ver página 5). Se presentará en la Feria Internacional del Libro de Habana, en la que un equipo internacional de trabajadores socialistas participará y atenderá el stand de la Pathfinder. Se planean también varias reuniones en La Habana y otras ciudades para presentar el libro. Asimismo, se presentarán los números 6 y 7, los más recientes, de la revista marxista Nueva Internacional.

En la reunión hubo decenas de jóvenes, muchos de los cuales iban rumbo al Foro Social Mundial en Venezuela. Una reunión de la Juventud Socialista el 22 de enero, en que participaron 35 jóvenes, discutió su participación en ese evento y las oportunidades que existen para forjar una organización juvenil socialista revolucionaria.

La presentación de Barnes fue seguida por un período de discusión. Las preguntas y comentarios abarcaron temas como la campaña bélica bipartidista de Washington contra Irán, los retos que enfrentan los trabajadores del transporte de Nueva York, y la importancia de los cubanos de ascendencia china en la lucha revolucionaria.

Ante una solicitud de fondos, los participantes contribuyeron de forma generosa con cerca de 20 mil dólares en contribuciones y promesas.

Entre los asistentes estuvo Ben Downing, de 22 años, del área de Houston. Estaba por partir hacia el Foro Social Mundial y decidió afiliarse a la Juventud Socialista. “Estaba esperando llegar a conocerlos a ustedes”, dijo y añadió que estaba contento de “encontrar gente que forman parte de una organización que refleja estas ideas”.

Manuel Sánchez, de 51 años y miembro del Local 32BJ del sindicato de empleados de servicios SEIU en Nueva York, trajo a ocho personas a la reunión. Semanas antes, él había vendido suscripciones al Militante a cinco de ellos. Dijo que apreciaba poder aprender más sobre el Partido Socialista de los Trabajadores y escuchar la presentación y el intercambio sobre sucesos mundiales, y sobre “cómo los trabajadores necesitamos organizarnos para luchar contra la crisis económica”.
 
 
Related articles:
Desdén patronal por la seguridad mata a minero del carbón en Utah
Trabajador muere tras explosión en frente de carbón subterráneo
Nueva ‘oferta’ patronal en NY irrita a obreros del transporte  
 
 
Front page (for this issue) | Página inicial | Página inicial en versión de texto