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   Vol. 70/No. 9           6 de marzo de 2006  
 
 
‘Nuestra historia’: para aquellos en las
primeras filas de la lucha de clases
(especial)
 
A continuación publicamos la presentación de Mary-Alice Waters dada en la apertura de un evento realizado durante la XV Feria Internacional del Libro en La Habana para presentar el nuevo libro de Pathfinder Nuestra Historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana por Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong. El libro fue publicado simultáneamente en inglés bajo el título Our History is Still Being Written. Waters, quien entrevistó a los tres generales y editó el libro es la presidenta de la editorial Pathfinder. Reproducido con autorización; derechos reservados © 2006, Pathfinder Press.

POR MARY-ALICE WATERS  
A nombre de Pathfinder quiero empezar expresando nuestro agradecimiento a todos los que están aquí hoy con nosotros. Al vicepresidente José Ramón Fernández. A todos los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Y ante todo a los generales Choy, Chui y Sío Wong.

Cabe un reconocimiento muy especial a nuestra moderadora, la compañera Iraida Aguirrechu de la Editora Política. Podemos decir que sin su invariable apoyo y pericia, hoy no estaríamos presentando estos libros.

También quiero mencionar la ayuda que recibimos de los compañeros y compañeras de la Biblioteca Nacional José Martí, y de los archivos de fotos de Granma y Bohemia. Fue indispensable su ayuda entusiasta y muy competente para encontrar muchos de los dibujos y fotos que enriquecen las palabras de Nuestra historia. Estas gráficas, hemos aprendido, son vitales para adentrar a los trabajadores y jóvenes en un relato político que en muchos casos es muy diferente de su propia experiencia en cuanto a la época y las circunstancias.  
 
Dónde y por qué
Los tres generales cuya vida de acción revolucionaria es la esencia de este libro tendrán mucho que decir esta tarde. Yo quisiera añadir algunas palabras solo acerca de dos cosas: Primero, el origen de este libro. Y segundo, por qué es importante en países más allá de Cuba, especialmente en Estados Unidos.

El trabajo sobre lo que llegó a ser Nuestra historia aún se está escribiendo comenzó hace casi exactamente cuatro años. En aquel entonces, con la colaboración de la dirección nacional de la Asociación de Combatientes, la Pathfinder ya había publicado la primera edición de Haciendo historia: compuesta de entrevistas con Néstor López Cuba, Enrique Carreras, José Ramón Fernández y Harry Villegas todos generales de las FAR, que se presentará aquí mañana en una nueva edición cuya distribución será para toda Cuba. En febrero de 2002 se acababa de presentar, aquí en la Feria Internacional del Libro de La Habana, el libro De la sierra del Escambray al Congo: En la vorágine de la Revolución Cubana por Víctor Dreke, y estábamos completando el trabajo editorial sobre la entrevista con la Generala Teté Puebla que se publicó unos meses más tarde como Marianas en combate.

Justo en ese momento, cuando empezábamos a preguntarnos "¿Y ahora qué?", Chui y Pombo [Harry Villegas, vicepresidente ejecutivo de la ACRC] sugirió que tal vez nos interesaría entrevistar a los tres generales de las FAR que son de ascendencia china. Con nuestro acuerdo entusiasta, una buena mañana Pombo nos invitó a las oficinas de la Asociación de Combatientes. Se unieron a nosotros Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong, y empezamos a trabajar esa hora misma.

Podemos decir con certeza que ninguno de nosotros pensaba que tardaría cuatro años hasta que se publicaran como libro las entrevistas múltiples que se iniciaron ese día. Pero como siempre sucede en la vida de los revolucionarios, la lucha de clases -sin falla—desecha los planes y esquemas preconcebidos. Lejos de ser un problema, el aprender a obrar a partir de ese hecho es una precondición para la victoria del pueblo trabajador.

La maldición que la antigua casta mandarina de la China prerrevolucionaria les lanzaba a sus enemigos era: ¡Que vivan en tiempos interesantes! Todos nosotros aceptamos con mucho gusto. Para nosotros es una promesa y no una maldición.

El libro que presentamos aquí hoy no es simplemente un libro sobre el pasado, aunque sí es rico en historia y su clarificación. Comienza con las historias de los tres jóvenes rebeldes cubanos de ascendencia china, cada uno de los cuales había crecido bajo diferentes condiciones sociales y económicas, y en tres regiones diferentes del país: Sío Wong en Matanzas y La Habana; Choy en Fomento y Santa Clara; y Chui en Santiago de Cuba. Como miles de otros jóvenes de su generación, se echaron de lleno a la lucha revolucionaria para tumbar a la tiranía de Batista.  
 
Inmigración china
Una sección del libro relata la historia de la inmigración china a Cuba, la cual, en proporción a su población, fue mayor que en cualquier otro país de las Américas, incluyendo Estados Unidos. (En números absolutos, la inmigración china a Cuba a mediados del siglo 19 fue casi igual a la inmigración a Estados Unidos. ¡Pero la población de Estados Unidos en esa época era de 38 millones, mientras que la de Cuba era de 1.4 millones!)

En el libro hay una sección sobre la misión internacionalista cubana en Angola de 1975 a 1991, con las reflexiones de cada uno de los tres generales sobre sus experiencias en esa lucha épica. Y un apéndice con selecciones de varios discursos de Fidel donde explica lo que pasó en algunos de los momentos críticos de esa misión que duró casi 16 años.

Uno de los elementos más ricos es la sección final del libro, titulada "El Periodo Especial y más allá", donde cada uno de los tres compañeros habla sobre las responsabilidades que ocupa hoy día. Organizar el trabajo para transformar la infraestructura del puerto de La Habana y sanear las condiciones ambientales de la bahía y sus afluentes. Dirigir el trabajo militar-patriótico de la Asociación de Combatientes. Supervisar las reservas estratégicas del estado. Transformar la estructura de la agricultura en Cuba con el desarrollo de los organopónicos. Apoyar las luchas revolucionarias que avanzan en Venezuela y preparase para encarar la agresión del imperio al norte que inevitablemente será cada vez más aguda en toda Nuestra América.

Ante todo --como lo indica su título, escogido por los generales—es un libro que nos lleva al presente y hacia el futuro, permitiendo que comprendamos de dónde venimos, cómo llegamos hasta aquí, y adónde debemos ir. En realidad es una introducción a "¿Qué es la Revolución Cubana?" "¿Qué es una revolución socialista?"  
 
Porque se necesita
Eso nos ayuda a contestar la segunda pregunta. ¿Por qué es importante este libro más allá de Cuba, y sobre todo en Estados Unidos? ¿Por qué lo publicó la Pathfinder? ¿Por qué los jóvenes socialistas y los trabajadores comunistas estarán vendiendo este libro, en inglés y en español, no solo a través de librerías, bibliotecas y la Internet, sino con mesas a las entradas de fábricas y minas, en las universidades y en las calles de barrios populares en pueblos y ciudades por todo el continente.

La respuesta más sencilla es la más precisa. Publicamos este libro porque lo necesitan los que se encuentran en las primeras filas de la lucha de clases, dondequiera que estén. Porque el ejemplo de la Revolución Cubana no solo es un ejemplo moral, por más importante que sea. Es una lección práctica para nuestra clase de cómo luchar y—lo más importante—cómo vencer.

El rostro brutal del imperialismo norteamericano que el mundo entero puede ver en Iraq, en Guantánamo y que amenaza a Irán y a Venezuela, es el mismo rostro que enfrenta al pueblo trabajador dentro de Estados Unidos. La intensificada competencia interimperialista y las ganancias colosales que pueden obtener de la explotación de los trabajadores y agricultores, tanto dentro como fuera del país, llenan a los dueños de las minas y fábricas de más miedo y más codicia. Esto ha significado, y seguirá significando, una intensificación peligrosa del ritmo de trabajo, una negligencia absoluta hacia la vida y el bienestar físico del pueblo trabajador, y la degradación de todas las condiciones de vida.

Sin embargo, lo más importante para nosotros es que esta realidad capitalista ya está produciendo nuevos niveles de resistencia, y nuevos niveles de solidaridad, entre los trabajadores y agricultores, quienes más y más buscan respuestas para saber cómo resistir, y cómo organizarse para resistir de manera eficaz.

Todos ustedes sabrán acerca del desastre social (que no fue "natural") que se desarrolló en Nueva Orleans después del huracán Katrina. Pero lo que no nos dicen los medios de difusión capitalistas es la forma en que los trabajadores de esta región se estrecharon las manos para ayudarse y organizarse colectivamente para enfrentar esa calamidad. Es algo que los gobernantes no pueden ver -y mucho menos entender-- por su ceguera y arrogancia de clase.

De igual manera, tampoco pudieron ver más que una "treta" propagandística cuando el pueblo de Cuba brindó una mano solidaria al ofrecerse a enviar 1500 médicos y otro personal médico que habrían viajado hasta las zonas más remotas de la costa del golfo del Mississippi, con la mochila al hombro, para llevar su labor salvadora a los que más urgentemente la necesitaban: como están haciendo hoy en Pakistán, Bolivia y otros países.

Desde el primero de enero de este año -en solo cinco semanas-- 18 obreros han muerto en seis incidentes distintos en las minas de carbón de Estados Unidos: desde los Apalaches del este hasta las cordilleras del oeste. La mina en la cual murió el mayor número de mineros no estaba sindicalizada. Era una mina relativamente pequeña en el estado de Virginia del Oeste cuyo dueño, una de las más grandes empresas del carbón en Estados Unidos, estaba impulsando una campaña acelerada -atizada por los crecientes precios del carbón a nivel mundial-- para aumentar la producción al triple este año: de 350 mil toneladas en 2005 hasta 900 mil toneladas en 2006. Pocos días después de que los fallecidos fueran enterrados por sus familiares y amigos en estado de luto, el jefe ejecutivo de la compañía anunció fríamente que sus muertes no harían que modificaran las metas de producción de los dueños.

Bajo esas condiciones, como llegan a entender inevitablemente más y más mineros, hay una sola forma de impedir que aumente el saldo de vidas y cuerpos: organizarse incorporándose al sindicato minero y usar la fuerza sindical para imponer las medidas necesarias de protección. Los patrones no pueden hacer nada para detener lo que llegarán a ser luchas cada vez más agudas para forjar los sindicatos, en las minas y en otras industrias.

Esa clase de cambios en la mentalidad del pueblo trabajador en Estados Unidos se empieza a acelerar al mismo tiempo que vemos la resistencia cada vez más tenaz de los trabajadores y campesinos quienes son objeto de la opresión imperialista a nivel mundial: desde el altiplano de Bolivia hasta las calles, las fábricas y los campos de Asia, Africa y el Medio Oriente, hasta los suburbios de París.  
 
Lectura es un arma de resistencia
Quisiera concluir con unas palabras sobre Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René: nuestros cinco hermanos que hoy día se encuentran en las líneas delanteras de esta lucha de clases dentro de Estados Unidos, aunque no sea por elección propia y a pesar de nuestros esfuerzos colectivos para lograr su libertad.

Como sabrán muchos de ustedes por su propia vida de lucha revolucionaria, las cárceles de los amos capitalistas son lugares por los cuales pasan muchos jóvenes trabajadores conscientes, atrapados por condiciones de vida que no pueden escapar. En Estados Unidos no hay mejor ejemplo de esto que el gran dirigente revolucionario Malcolm X.

En Estados Unidos, que tiene la segunda población carcelaria más grande del mundo por cabeza -solo en Rusia es mayor—, uno de cada cuatro jóvenes que son negros se encuentra o en la cárcel, o bajo libertad condicional, o acaba de ser puesto en libertad. Para los comunistas, las prisiones no son terreno desconocido, y por muchas décadas los libros publicados por Pathfinder se han ganado allí lectores ávidos. Tenemos un fondo especial, con muchos suscriptores, mediante el cual los presos pueden obtener libros a la mitad del precio normal de portada.

Entre los muros donde están encerrados, nuestros cinco compañeros continúan su trabajo como revolucionarios cubanos. Esa una fuente de fortaleza que nos afecta a todos. A menudo Pathfinder recibe cartas de alguno de los compañeros preguntando si sería posible recibir uno u otro libro que desean leer y compartir con compañeros de celda que aguardan su turno con impaciencia. Entre los solicitados y leídos más recientemente están La cuestión judía por Abram Leon, un joven combatiente judío de la resistencia, un marxista, que murió a manos de la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial; El capital de Carlos Marx, Qué lejos hemos llegado los esclavos, con discursos de Nelson Mandela y Fidel sobre Angola y Sudáfrica; y Marx y Engels sobre Estados Unidos.

Como dijo René en una de sus cartas recientes: "La lectura es una de las armas de resistencia a las que más hemos recurrido aquí, y los libros de Pathfinder han sido una bendición para nosotros, ¡aunque sea una bendición materialista dialéctica!" (si excusan la contradicción).

Les puedo informar que Nuestra historia aún se está escribiendo, tanto en inglés como en español, es una de estas bendiciones que ya están en sus manos. Cuando yo salía para La Habana, recibimos la confirmación tanto de Gerardo como de René que ya se estaba leyendo y compartiendo.  
 
Interés especial para chinos
Un comentario final: Vamos a buscar activamente un público amplio para este nuevo libro entre trabajadores, agricultores y jóvenes en Estados Unidos de todas las procedencias. Pero habrá un interés especial entre los dos millones y medio de inmigrantes chinos y chino-americanos en Estados Unidos. ¡Sí, son 2.5 millones! desde obreros de la costura hasta cientos de miles de estudiantes en escuelas por todo el país. Y esa es una cifra oficial del gobierno que incluye al número de chinos indocumentados que no se han contado.

Este libro no solo ayudará a sacar a luz un capítulo oculto de la historia de Nuestra América. Ayudará a que los chinos en Estados Unidos que lo lean conozcan la verdad sobre la Revolución Cubana y, más ampliamente, a que aprendan acerca de la política obrera revolucionaria. La tarea de difundir y discutir este libro con ellos en inglés, español y tal vez algún día cercano también en chino, ¡será una tarea que los jóvenes socialistas asumirán con alegría!

Es por todas estas razones que Pathfinder ha publicado este libro.


1. El golpe militar de marzo de 1952 encabezado por Fulgencio Batista fue enfrentado por protestas masivas de jóvenes y trabajadores por toda Cuba. El 26 de julio de 1953, unos 160 revolucionarios bajo la dirección de Fidel Castro lanzaron un ataque insurreccional contra el cuartel Moncada en Santiago de Cuba y otro en Bayamo, dando apertura a la lucha armada revolucionaria contra la dictadura de Batista apoyada por Washington. Tras el fracasado ataque, en el que más de 50 revolucionarios fueron masacrados por las fuerzas de Batista, Castro y otros 27 fueron enjuiciados y encarcelados. Tras una amplia campaña nacional por su excarcelación, recibieron amnistía en mayo de 1955. Desde 1956 hasta 1958, el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde, encabezado por Castro, realizaron una guerra revolucionaria para derrocar a la tiranía. Al final de 1958, las victorias del Ejército Rebelde coincidieron con una huelga general y un levantamiento popular por toda Cuba, asegurando el triunfo de la revolución. Batista escapó de la isla el 1 de enero de 1959.
 
 
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