The Militant (logo)  
   Vol. 70/No. 17           1 de mayo de 2006  
 
 
Washington: ‘En el tapete
todas opciones contra Irán’
(portada)
 
POR PAUL PEDERSON  
“Todas las opciones están sobre el tapete”, dijo el presidente norteamericano George Bush en una rueda de prensa en la Casa Blanca el 18 de abril, al responder a la pregunta de un reportero de si la administración estaba comtemplando “la posibilidad de un ataque nuclear” contra Irán.

Sus palabras indicaron la decisión de los gobernantes estadounidenses de presionar a Irán para que desista de desarrollar su industria nuclear, sea con sanciones o con un ataque militar.

Esta amenaza y la especulación en la prensa sobre los preparativos de Washington y sus aliados para una guerra contra Irán se dan tras la declaración del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, de que la industria nuclear iraní por primera vez ha producido uranio enriquecido.

Teherán reanudó el proceso de enriquecimiento de uranio en febrero, tras la decisión por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica de aumentar las presiones sobre Irán poniendo el caso en la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU. El uranio enriquecido es necesario para las centrales nucleares. Tambien se usa para la producción de armas nucleares. El gobierno de Irán insiste en que su objetivo es responder a las necesidades energéticas del país para no depender únicamente de las reservas decrecientes de petróleo.

Teherán ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. Los firmantes tienen autorización para desarrollar su propio sistema de producción de combustible nuclear, como está haciendo Irán. Pero Washington y sus aliados están empeñados en cambiar esta situación. Las potencias imperialistas exigen que Teherán desmantele sus instalaciones de producción de combustible nuclear y que dependa de combustible importado para sus centrales nucleares.

“No hay duda que Irán sigue desafiando la voluntad de la comunidad internacional”, dijo la secretaria de estado norteamericana Condoleezza Rice en la rueda de prensa del 13 de abril. “Cuando reanude sus sesiones el Consejo de Seguridad, tendrá que haber consecuencias por esa acción y ese desafío, y vamos a examinar toda la gama de opciones al alcance del Consejo de Seguridad”.

El 14 de abril Sean McCormack, vocero del Departamento de Estado norteamericano, dijo que las medidas podrían incluir el congelamiento de activos, restricciones a los viajes de miembros del gobierno iraní y otras sanciones. Citó el Capítulo 7 de la Carta de la ONU, bajo el cual el Consejo de Seguridad aprobó resoluciones que sirvieron de justificación para lanzar las guerras contra Iraq en 1990-91 y en 2003.

Mientras tanto, en artículos y editoriales recientes en Estados Unidos ha empezado un debate abierto destinado a lograr apoyo público para un posible ataque militar contra Irán.

“La carga de la prueba debe recaer sobre los que desean dar cabida a un Irán con capacidad nuclear”, escribió Reuel Marc Gerecht, del American Enterprise Institute, en el número del 24 de abril de la revista conservadora Weekly Standard.

Hay que reconocer, agregó, que “la diplomacia, las sanciones y las operaciones encubiertas probablemente no tendrán éxito, y que tal vez tengamos que librar una guerra —quizás más temprano que tarde— para impedir que estos hombres malvados obtengan las peores armas que conocemos”.

El New York Times del 12 de abril informó, “En términos tácticos, dicen los expertos, para eliminar las instalaciones nucleares de Irán habría que efectuar entre 600 y mil misiones aéreas de manera de garantizar la destrucción de los sitios subterráneos”. Citando a altos oficiales militares y funcionarios del Pentágono, el Times agregó, “Las opciones militares contra Irán van desde un limitado ataque nocturno con misiles crucero o bombardeos stealth contra operaciones de tipo nuclear, hasta una serie mucho mayor de ataques por varios días, no solo contra instalaciones de tipo nuclear sino contra otros objetivos gubernamentales, incluida la Guardia Revolucionaria del país y su sede de inteligencia”.

En un artículo del 17 de abril en la revista New Yorker, Seymour Hersh afirmó que los preparativos para un ataque de este tipo ya están muy avanzados. Hersh dijo que desde el verano pasado, aeronaves de la marina norteamericana han estado llevando a cabo vuelos simulados de despliegue de armas nucleares “al alcance de los radares costeros de Irán” y que “equipos de combate norteamericanos han recibido órdenes de introducirse en Irán, de manera clandestina, para obtener datos para posibles blancos y para establecer contactos con grupos antigubernamentales de minorías étnicas”.

Al tiempo que se intensifican estas amenazas, Teherán ha anunciado avances en su industria nuclear. Ahmadinejad dijo el 11 de abril que los laboratorios iraníes ya habían logrado completar el ciclo de combustible nuclear y habían obtenido uranio enriquecido para utilizar en las centrales nucleares.

“Todas las centrales iraníes ya generan electricidad con hidrocarburos tales como gas, gasolina y gasoil pesado], pero así no pueden responder a las necesidades del futuro del país”, dijo el ministro de energía iraní Parviz Fattah el 17 de abril. “Tenemos la obligación de generar electricidad, y por eso debemos satisfacer nuestras demandas con el empleo de la energía nuclear”.  
 
 
Front page (for this issue) | Página inicial | Página inicial en versión de texto