The Militant (logo)  
   Vol. 70/No. 18           8 de mayo de 2006  
 
 
Demandas por renuncia de Rumsfeld
muestran faccionalismo en el ejército
(portada)
 
POR SAM MANUEL
Y PAUL PEDERSON
 
Seis generales retirados de alto rango, quienes habían servido en Iraq durante o después de la invasión de 2003 dirigida por Washington, o que habían participado en su planificación, han exigido públicamente la renuncia del secretario de defensa estadounidense Donald Rumsfeld. Estos reclamos, y el debate más amplio que se ha generado en círculos militares, es otro ejemplo del creciente faccionalismo en el cuerpo de oficiales de las fuerzas armadas estadounidenses.

Dicho faccionalismo esta siendo atizado por la campaña de importantes sectores de la clase dirigente, encabezados por el Departamento de Defensa, para transformar el aparato militar en una fuerza más ligera y más ágil, forjada en combate, para realizar una “guerra larga” en cualquier lugar del globo en las próximas décadas para salvaguardar los intereses imperiales de Washington.

Tras los oficiales descontentos se han alineado toda una serie de políticos y comentaristas liberales y algunos conservadores. También se han unido a este coro algunos radicales de clase media que se oponen a la guerra en Iraq.

Otros oficiales militares de alto rango han defendido a Rumsfeld públicamente. Entre ellos el General del Cuerpo de Marines Peter Pace, actual jefe del Estado Mayor; General Richard Meyers, antiguo jefe del Estado Mayor; y Thomas Franks, el general que dirigió la invasión de Iraq. La Casa Blanca también ha emitido un comunicado apoyando a Rumsfeld.

Los seis generales han enfocado sus críticas recientes en las tácticas utilizadas por el Pentágono en la guerra en Iraq. Sin embargo, la raíz del debate es el giro histórico en la estrategia militar, el orden de batalla y el despliegue global de las fuerzas armadas de Washington. Como señala una resolución del Partido Socialista de los Trabajadores, adoptada en su congreso de 2005, “Al intentar acelerar la transformación, los gobernantes norteamericanos se empeñan agresivamente en romper la tendencia conservadora de la casta de oficiales imperialista que se formó durante la Guerra Fría y que quedó afectada en especial por su experiencia política durante la guerra en Vietnam. Este esfuerzo decidido está provocando el faccionalismo más enconado en el seno del cuerpo de oficiales de las fuerzas armadas, y de los servicios de inteligencia, que se ha visto desde los primeros años de la Guerra Civil estadounidense a mediados del siglo XIX”. La resolución, titulada “Su transformación y la nuestra,” está publicada en el ejemplar número 6 de la revista marxista Nueva Internacional.

“El ejército se encuentra severamente corto de personal”, se quejó el general Paul Eaton en una columna de opinión en la edición del 19 de marzo del New York Times. “Solo el general Eric Shinseki, jefe del Estado Mayor del ejército cuando el presidente Bush ganó las elecciones, tuvo el valor de desafiar los planes de reducción [de las fuerzas armadas]”. Eaton, general jubilado del ejército, es miembro de la actual facción que está contra Bush y Rumsfeld. Estuvo al frente del entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes el año después de la caída de Bagdad.

Shinseki estuvo al centro de la resistencia a muchos de los planes de reorganización de Rumsfeld dentro del ejército. Defendió el programa de artillería pesada Crusader, de 11 mil millones de dólares, establecido en base a la estrategia militar de la Guerra Fría y que Rumsfeld había rechazado, y había resistido los esfuerzos del Pentágono para reducir el tamaño de las fuerzas armadas.

Rumsfeld respondió a sus críticos en una conferencia de prensa el 18 de abril. “Creo que hemos realizado el esfuerzo de clausura de bases más grande en la historia”, dijo Rumsfeld, “trayendo a casa fuerzas de Europa y de Corea”. También señaló que las fuerzas de combate élite de Washington, las Fuerzas de Operaciones Especiales, “han aumentado dramáticamente y han recibido mandos nuevos”. Señaló la cancelación de grandes sistemas de armamento, los cuales, dijo, “causaron protestas airadas”.

“Cada uno de esos cambios… ha sido recibido con resistencia”, dijo Rumsfeld. “A la gente le gustan las cosas como están, así que cuando uno hace un cambio como este, uno siempre va a encontrar a alguien a quien no le guste”.  
 
‘Izquierda antiguerra’ se une al pleito
Entre los de la “izquierda antiguerra” que han intentado dar una interpretación positiva a las acciones de los generales disidentes están los líderes del Partido Comunista de Estados Unidos. La edición del 20 de abril del People’s Weekly World, que expresa los puntos de vista del PC de Estados Unidos, publicó un artículo de Tim Wheeler titulado “Los generales mantienen su demanda: ‘Despidan a Rumsfeld’”. El artículo intentaba poner un barniz antiguerra a uno de estos oficiales, el teniente general de Marines Gregory Newbold, después de reconocer que la mayoría de los oficiales objeta a la manera cómo el Pentágono ha dirigido la guerra, y no a la guerra misma. Wheeler cita a Dan Smith, coronel jubilado del ejército y en la actualidad consejero del pacifista Comité de Amigos sobre Legislación Nacional, diciendo que “Newbold es el que más se acerca a rechazar la necesidad de una guerra con Iraq”.

Pero cualquier desacuerdo que pueda haber tenido sobre cómo fue conducida la guerra, Newbold está a favor de mantener las tropas en Iraq.

Otros arguyen que el faccionalismo abierto en el ejército sienta un precedente peligroso para los gobernantes. “¿Tendrán ahora el resto de los generales, retirados o en servicio, que declarar a que campo pertenecen?” preguntaba el columnista conservador Charles Krauthammer en el Investor’s Business Daily del 21 de abril. “Es precisamente esta clase de divisiones las que nuestra tradición de deferencia militar a los superiores civiles democráticamente electos ha intentado prevenir. Hoy sirve a la izquierda antiguerra aplaudir la ruptura con esta tradición. Pero es un precedente molesto y muy peligroso que incluso la izquierda lamentará algún día”.  
 
 
Front page (for this issue) | Página inicial | Página inicial en versión de texto