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   Vol. 70/No. 18           8 de mayo de 2006  
 
 
Masivas protestas contra
monarquía sacuden Nepal
(portada)
 
POR MARTÍN KOPPEL  
25 de Abril—Coreando “Queremos república, ya basta de monarquía”, unas 100 mil personas marcharon el 22 de abril por las calles de la capital Katmandú, desafiando a la policía, las tropas y un toque de queda con orden de disparo contra los que lo desafiaban. Manifestantes en otros pueblos y ciudades por todo Nepal se sumaron a las protestas. Esta nación, ubicada en el Himalaya, se vio sacudida por manifestaciones y una huelga general desde principios del mes.

Tres días después, en la víspera de protestas aún más grandes a nivel nacional, el rey Gyanendra, bajo mucha presión de los gobiernos de Estados Unidos e India, cedió a la demanda principal de la coalición opositora de restaurar el parlamento. En respuesta, la oposición de siete partidos suspendió las manifestaciones y escogió al ex primer ministro Girija Prasad Koirala del Partido del Congreso Nepalí para encabezar un nuevo gobierno.

El odio popular contra la monarquía no ha disminuido. Los manifestantes en la calle, quienes coreaban “Ahorquen a Gyanendra”, ahora exigen que los dirigentes de la oposición cumplan su promesa de reclamar una votación sobre la constitución. Los insurgentes maoístas rechazaron la acción del rey como maniobra para salvar al régimen, mientras que la coalición opositora dijo que trataría de incorporar a la guerrilla al proceso de establecer un nuevo gobierno.

Gyanendra disolvió el gobierno en febrero de 2005, declaró un estado de emergencia y asumió el poder directo, alegando que era necesario para derrotar a los maoístas que por una década han librado una guerra de guerrillas y controlan gran parte del interior de Nepal. Con el régimen tambaleándose ante las crecientes protestas, en noviembre el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) firmó un acuerdo de 12 puntos con la oposición burguesa. El acuerdo llama a la formación de una alianza de fuerzas opuestas a la “monarquía autocrática” y a la realización de elecciones a una asamblea constituyente encaminada a una “democracia absoluta”.

Nepal es un país agrario de 28 millones de habitantes en la región montañosa del Himalaya, entre China e India. Dominada por mucho tiempo por el imperialismo británico y luego el norteamericano, es uno de los países más pobres y menos desarrollados económicamente del mundo. Hay poca industria más allá del procesado en pequeña escala del yute, el azúcar y el aceite de semilla. India es el importador y exportador de la mitad de los productos de Nepal.

Con una hidrofuerza poco desarrollada, apenas el 40 por ciento de la población tiene acceso a la electricidad. La mayoría del pueblo trabajador usa leña y estiércol como fuentes energéticas, lo que ha llevado a una deforestación generalizada. Hay pocas telecomunicaciones.

Nepal es un país capitalista con relaciones semifeudales en gran parte del interior. Un sistema de castas hindú institucionaliza la discriminación contra millones relegados a la condición de dalit (“intocables”). Además, muchos nepaleses pertenecen a diversas minorías nacionales oprimidas.

Los repetidos auges de luchas democráticas han obligado a la monarquía de Nepal a hacer concesiones a lo largo de las décadas. Las protestas en 1990 forzaron al rey Birendra a acceder a una nueva constitución y a la realización de elecciones parlamentarias, en las que el Partido del Congreso Nepalí, el principal partido burgués, salió vencedor. En elecciones posteriores el Partido del Congreso y el Partido Comunista de Nepal —la principal organización estalinista, antiguamente pro-Moscú— obtuvieron la mayoría de los votos, encabezando varios gobiernos de coalición hasta que Gyanendra asumió poderes dictatoriales.

Al ir creciendo la oposición a la monarquía, el rey desató una represión salvaje bajo el pretexto de aplastar la insurgencia maoísta. Con ayuda militar norteamericana, el régimen casi ha duplicado el tamaño del Ejército Real de Nepal llegando a 78 mil efectivos. Mas de 13 mil personas han muerto en la última década, la mayoría a manos del ejército y la policía en zonas rurales.

La monarquía se ha puesto cada vez mas inestable. Gyanendra se convirtió en rey cuando el anterior monarca, Birendra, muriera en 2001 junto a la mayoría de la familia real en una balacera por parte del príncipe heredero, quien se mató.

Las fuerzas maoístas han llevado a cabo repetidos “paros” a nivel nacional y bloqueos de las ciudades principales, alternando con ceses de fuego y negociaciones con el gobierno. Incapaz de derrotar a las guerrillas, el rey Gyanendra suspendió el parlamento en 2002 y asumió poderes ejecutivos. El descontento popular creció rápidamente cuando disolvió el gabinete e impuso un estado de emergencia el año pasado.

El Partido Comunista de Nepal (maoísta) lanzó una guerra de guerrillas en el campo contra el gobierno en 1996. En la actualidad se calcula que tiene entre 10 mil y 15 mil combatientes, además de miles de milicianos. La guerra se ha visto impulsada por las condiciones sociales intolerables que enfrenta la mayoría, el odio a la monarquía y el desprestigio de los principales partidos parlamentarios, considerados corruptos e indiferentes a las necesidades del pueblo.

El PCN (M) es una organización estalinista que deriva su perspectiva política del antiguo régimen chino encabezado por Mao Zedong. Surgió de una escisión de una de las facciones del Partido Comunista que tenían representantes en el parlamento. Su dirigente principal es Pushpa Kamal Dahal, conocido como el Presidente Prachanda (que significa “el feroz”). Su perspectiva política se denomina “Sendero Prachanda”.

En una extensa entrevista en el número del 20 de febrero de 2000 de Obrero Revolucionario, periódico del Partido Comunista Revolucionario, un grupo maoísta estadounidense, Prachanda describió la estrategia de su partido como la de “establecer bases de apoyo en el campo y rodear las ciudades” para derrocar a la monarquía y establecer una república. “Llegamos a entender la visión de Mao de que las zonas rurales atrasadas serán la base de la revolución”, dijo, especialmente las regiones occidentales aisladas que carecen de electricidad, transporte y comunicaciones.

Prachanda dijo que el objetivo de la “guerra popular” es “limpiar nuestros propios malos hábitos y vicios”. Añadió que “los trabajadores que laboran en las fábricas en Katmandú u otras ciudades todavía no han roto totalmente con los malos hábitos” y necesitan una “limpieza”. Esta perspectiva antiobrera es parte de la estrategia maoísta de estrangular a las ciudades “corruptas” desde el campo.

A pesar de su supuesto apoyo a los pequeños agricultores, el PCN (M) impone la “agricultura colectiva” en las zonas que están bajo su control en vez de organizar a los campesinos de forma voluntaria. La receta de Prachanda para los trabajadores rurales era que “trabajarán juntos, comerán juntos, cantarán juntos, bailarán juntos”. Lejos de empeñarse en proteger a los cuadros campesinos, señaló que el ejército guerrillero ya tiene “más de 700 mártires” y dijo, “Fomentamos en nuestra revolución cultural este tipo de sacrificio”. Los maoístas nepaleses también se dicen defensores de la lucha de la mujer contra condiciones opresivas, y señalan como prueba el número importante de mujeres guerrilleras. Sin embargo, la concepción de Prachanda para el control de la natalidad es típico de la política estalinista. Dijo que el PCN (M) “insta decididamente a los compañeros y compañeras, a las parejas….a que no tengan hijos durante cinco o siete o diez años, porque causa muchos problemas prácticos”.

A pesar de su retórica revolucionaria, la trayectoria del PCN (M) se orienta a buscar un bloque con supuestas alas progresistas de la burguesía. Ante la explosión de protestas de masas, decidió formar una alianza con la oposición burguesa. En una entrevista en febrero con la BBC, Prachanda aceptó como posibilidad formar parte de un nuevo gobierno bajo una monarquía constitucional ratificada por una asamblea constituyente.

En una entrevista en el Washington Times de diciembre 2002, el segundo al mando del partido, Baburam Bhattarai, dijo que el PCN (M) ha “resuelto descartar algunas de las experiencias negativas y perjudiciales del movimiento internacional comunista. Especialmente las de la época de Stalin”. Dijo que esto significa el rechazo de la “dictadura unipartidista”. Prachanda dijo a la BBC que su partido ahora propugna la “competencia multipartidista”. En junio de 2005 el partido emitió una “autocrítica” cuando guerrilleros volaron un ómnibus matando a unos 40 civiles. En la política internacional, el PCN (M) denuncia el “expansionismo indio”, aprovechando el resentimiento popular contra la influencia del gobierno de India en Nepal. Por otro lado, ha dicho que aceptaría con agrado las buenas relaciones con Washington y la continuación de la ayuda y los préstamos extranjeros.  
 
 
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