Una explosión de gas metano sacudió la mina Sago el 2 de enero en un sector de la mina que había sido sellada con bloques Omega, hechos de un material de fibra liviano. Un minero murió por el impacto. Los otros 11 murieron intoxicados por el monóxido de carbono mientras esperaban a los socorristas, quienes tardaron 41 horas en llegar.
La ICG alega que un rayo eléctrico causó la explosión, pero la demanda de McCloy sostiene que los patrones no habían asegurado que los pararrayos estaban instalados correctamente. Además, Independientemente de la causa de la chispa, la explosión…fue posible solo porque los sellos en esa zona no sellaron realmente esa zona y existía una combinación fatal de oxígeno y metano, señala la demanda.
Respecto a los paquetes de oxígeno que llevaban los mineros, fabricados por CSE, no funcionaron por lo menos cuatro lo cual impidió que los mineros escaparan de la zona inundada de humo.
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