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   Vol. 70/No. 45           27 de noviembre de 2006  
 
 
Ataque bipartidista contra derechos
(especial)
 
A continuación reproducimos fragmentos de Cuba y la revolución norteamericana que viene por Jack Barnes. El texto se base en charlas que Barnes ofreció en marzo de 2001. George W. Bush acababa de iniciar su mandato como presidente de Estados Unidos tras ocho años de la administración de William Clinton. Derechos reservados © 2001 por Pathfinder. Se reproduce con autorización.
 
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POR JACK BARNES  
• Con el apoyo de ambos partidos en el Congreso, Clinton promulgó leyes con las que se amplió el número de condenas de prisión obligatorias y se prolongó su duración, se redujeron las protecciones contra registros y confiscaciones arbitrarias por parte de la policía y los tribunales, se aumentaron los embargos de propiedades antes de juicios, y se financió un incremento récord de policías provistos de armas más mortíferas en las calles …

• En 1996, Clinton promulgó la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante, fue aprobada por un Congreso republicano. La ley amplía la autoridad del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) para detener y deportar a las personas acusadas de ser inmigrantes “ilegales”, negándoles el derecho a un recurso judicial o una apelación. Al mismo tiempo, la Casa Blanca y el Congreso financiaron la expansión de la odiada “migra”, hasta convertirla en la agencia policiaca federal más grande, la cual en años recientes ha aumentado las redadas de fábricas y deportaciones a niveles récord …

• Bajo las disposiciones al estilo de la Star Chamber feudal de la Ley de Antiterrorismo y Pena de Muerte Efectiva de 1996, el gobierno norteamericano ha mantenido a más de una veintena de personas bajo “detención preventiva” sin derecho a fianza, sobre la base de “pruebas secretas”. La mayoría son inmigrantes de países árabes o de otros países mayoritariamente musulmanes que han sido acusados de tener conexiones con “organizaciones terroristas”, la palabra clave que los gobernantes norteamericanos usan cada vez más para justificar tanto sus arremetidas contra los derechos democráticos dentro del país como sus ataques militares en el extranjero. En total, unas 20 mil personas se encuentran en las cárceles norteamericanas aguardando el desenlace de amenazas de deportación: un aumento del 245 por ciento sólo en los cinco años desde que se adoptó la ley antiinmigrante …

• Durante los últimos días de su mandato, Clinton emitió una orden presidencial que estableció un “zar de contrainteligencia”, y esta misma semana Bush hizo un nombramiento a este nuevo cargo de espionaje de alto nivel. Según las versiones de la prensa, el cargo está “destinado a facilitar niveles de cooperación sin precedentes entre el FBI, la CIA y el Pentágono, y —por primera vez— involucrará al resto del gobierno y también al sector privado”. ¿Y también al sector privado? ¿Qué agencias policiacas del “sector privado” están incluidas? ¿Qué policías de alquiler rompehuelgas gozarán ahora de más protección y estímulos por parte del gobierno federal? …

No me refiero al nuevo zar de contrainteligencia de las administraciones de Clinton y Bush porque haya motivos para anticipar una tremenda ola de represión en lo inmediato. Pero los gobernantes estadounidenses ya están haciendo ajustes a lo que habían hecho durante la última década. Saben que enfrentarán batallas más grandes y numerosas a medida que la competencia capitalista internacional los obligue a recortar salarios, prolongar la jornada laboral, intensificar el ritmo de producción, reducir las protecciones del seguro social y aplastar los sindicatos. Y se están preparando para defender sus intereses de clase.  
 
 
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