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   Vol. 70/No. 48           18 de diciembre de 2006  
 
 
En Caracas presentan libro
de generales cubano-chinos
Animado intercambio en evento en la Segunda
Feria Internacional del Libro de Venezuela
 
POR ARGIRIS MALAPANIS  
CARACAS, Venezuela—Desde su publicación al principio de este año, Nuestra historia aun se está escribiendo: la historia de tres generales chino-cubanos en la Revolución Cubana ha sido presentado y discutido en unas 25 reuniones en Estados Unidos, Cuba y otros lugares.

Sin embargo, su lanzamiento en la Segunda Feria Internacional del Libro de Venezuela aquí en Caracas, tuvo un carácter único. Estuvo marcado por la participación de jóvenes venezolano-chinos e inmigrantes chinos recién llegados, así como también por la presencia en el panel de varios agrónomos venezolanos y cubanos que han estado envueltos en programas agrícolas en Venezuela establecidos con la colaboración de Cuba.

Los comentarios de los panelistas en la reunión del 18 de noviembre, en la que participaron unas 75 personas, provocó un animado intercambio de diferentes puntos de vista. Fueron presentadas opiniones contrapuestas sobre diversas e importantes cuestiones políticas, incluso si los venezolanos de ascendencia china sufren actualmente de discriminación racial, y si esto es cierto, como combatirla; así como también el lugar de los organismos genéticamente modificados (OGM) dentro de los esfuerzos para llenar la necesidad de alimentos y fibras en varias partes del mundo.

El panel de discusión fue uno de los numerosos eventos de este tipo que fueron organizados en el marco de la feria del libro realizada del 9 al 19 de noviembre.

Entre los panelistas estaba Honey Liu Lin, directora de la escuela de idioma chino Wei Jing en el barrio Chacaíto en Caracas, quien también es profesora de mandarin en la escuela; Vilma Chirinos, coordinadora del Programa Especial de Agricultura Urbana en Venezuela; Elisa Panadés representante en Venezuela de la Organización de Naciones Unidas para Agricultura y la Alimentación (FAO); Egidio Paéz, coordinador del acuerdo de cooperación agrícola Sur-Sur entre Cuba,Venezuela y FAO; y Mary-Alice Waters, la editora del libro Nuestra Historia aún se esta escribiendo y presidenta de la editorial Pathfinder, que publicó el libro.

La composición del panel reflejó un importante aspecto de la cooperación internacionalista de Cuba con Venezuela: el desarrollo de la agricultura urbana en pequeña escala. Uno de los tres autores del libro, el general Moisés Sio Wong, ha estado directamente envuelto en este programa y describió en el libro esos esfuerzos en detalle.

Además de los panelistas, Harry Villegas, general de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR), hizo una contribución especial al programa. Villegas, conocido ampliamente como Pombo, nombre de guerra que le dio Ernesto Che Guevara, el lider de la Revolución Cubana nacido en Argentina, con quien luchó a su lado por una década durante la guerra revolucionaria en Cuba, asi como también en misiones internacionalistas en el Congo y Bolivia.  
 
La revolución socialista de Cuba
“Una de las razones por la cual es un honor tener al compañero Pombo con nosotros aquí hoy, es que él es el padrino del libro”, dijo Waters en sus comentarios de apertura. “La feliz sugerencia de entrevistar a los tres generales de la FAR de ascendencia china vino de Pombo. El echo de haber podido tejer juntas las historias de los tres es una de las fortalezas del libro”.

Waters describió la buena recepción que ha tenido el libro en Estados Unidos y otros países, incluso entre los de ascendencia asiática.

Nuestra Historia aún se está escribiendo es una introducción a la Revolución Cubana, dijo Waters, una revolución socialista cuyo ejemplo y lecciones son relevantes para todos aquellos que están luchando contra el dominio imperialista y la explotación capitalista hoy día, desde Venezuela hasta Estados Unidos y en todas partes del mundo.

Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong, los autores del libro, “cada uno de ellos a su manera, fue típico de la generación de jóvenes que simplemente se rehusaron a aceptar las indignidades y las brutalidades de la vida bajo la dictadura de Batista respaldada por el gobierno de Estados Unidos”, dijo Waters. “A mediados de los años 50, ellos, como miles de otros, se volcaron a la lucha revolucionaria que nos dio el primer territorio libre de las Américas y pronto después la victoria de la primera revolución socialista en nuestro hemisferio”.

Las vidas de los tres generales abarcan cinco décadas de acción revolucionaria e internacionalismo, desde Cuba hasta Angola, Nicaragua y hoy Venezuela, dijo Waters. Una de las partes mas ricas del libro, dijo, es la sección titulada “El Periodo Especial y Mas Allá”, donde cada uno de los tres generales describen sus responsabilidades actuales.

Sío Wong, por ejemplo, es responsable del Instituto Nacional de la Reserva Estatal. Además, uno de los capítulos del libro describe uno de los esfuerzos que Sío Wong ayudó a dirigir para desarrollar la agricultura urbana de pequeña escala en Cuba durante el Periodo Especial, señaló Waters. El Periodo Especial es el termino usado por cubanos para describir el rumbo político adoptado en repuesta a una profunda crisis económica en los años 90 tras el colapso de los regímenes en la Unión Soviética y Europa Oriental.

"En aquel entonces, los enemigos de la Revolución Cubana, y aún algunos amigos, estaban prediciendo que asi como los regímenes en la Unión Soviética y Europa Oriental, la Revolución Cubana también se hundiría", dijo Waters. "Pero simplemente no reconocieron que en Cuba, a diferencia de la Unión Soviética, el pueblo trabajador siempre ha sido y continua siendo la fuerza motriz de la revolución, con un gobierno y un partido que nunca han traicionado sus intereses".

Waters señaló la explicación dada en el libro sobre como se diferencia la comunidad china en Cuba hoy día a todas las del resto de América. Dando respuesta a la pregunta de cómo pudo un hijo de inmigrantes chinos llegar a puestos de tanta resonsabilidad en el gobierno de Cuba, Sío Wong dijo en el libro: "¿Cuál es la diferencia de experiencias entre los chinos aquí en Cuba y los de otros países de la diáspora? La diferencia es que aquí se llevó a cabo una revolución socialista. La revolución eliminó la discriminación no solo por el color de la piel. Sobre todo eliminó las relaciones de propiedad que crean la desigualdad no solo económica, sino también social entre el rico y el pobre".

El ejemplo revolucionario de Cuba es necesario para todos los que estamos en las líneas delanteras de la lucha de clases hoy día, enfatizó Waters. "Porque la historia revolucionaria de Cuba no es solamente una inspiración", dijo. "Es una lección práctica para nuestra clase de cómo luchar, de cómo vencer contra el poder económico y militar de los capitalistas y los imperialistas, y todavía más importante de cómo defender lo que se ha ganado".  
 
Programa de agricultura urbana
La cubana Elisa Panadés, representa a FAO en Venezuela, donde ha vivido por seis años.

"Tuve el privilegio de trabajar con el general Sío Wong por dos años", dijo Panadés, resaltando la claridad del relato de Sío Wong en Nuestra historia aún se está escribiendo sobre los origines de la agricultura urbana en Venezuela. Ella describió como el director de la FAO, Jacques Diouf, visitó Venezuela en 2003 y se reunió con el presidente venezolano Hugo Chávez. De esa reunión se logró un acuerdo de expandir la labor de la FAO en áreas urbanas con el fin de lograr autosuficiencia alimenticia.

Por la experiencia del general Sío Wong en este campo en Cuba, dijo Panadés, el gobierno venezolano lo invitó a que colaborara con venezolanos en el desarrollo de este programa.

"Un 87 por ciento de la población de Venezuela vive en la ciudad", señaló Panadés. "Es una cifra bastante alta comparada con América Latina, donde es el 75 por ciento, y a nivel mundial con el 50 por ciento. Entonces sí ameritaba la idea de desarrollar una agricultura urbana donde las personas pudieran tener acceso a cultivos frescos y de una manera directa de la tierra a la mesa".

Vilma Chirinos una de las venezolanas que colaboraron con Sío Wong desde el comienzo del programa de agricultura urbana aquí, con el fin de reducir la dependencia del país de importaciones de alimentos y mejorar la calidad de los productos. Actualmente Venezuela importa el 60 por ciento de sus alimentos. Chirino encabeza el programa de huertos urbanos intensivos de vegetales, conocidos como organopónicos.

"Empezamos en 2003 con tres unidades de producción", en Caracas, dijo Chirino, y ahora las hemos expandido a 44 a nivel nacional. "También estamos escribiendo la historia aquí en Venezuela", agregó.

Egidio Páez, quien dirige el programa de colaboración agrícola Sur-Sur aquí, describió su labor en el desarrollo de la agricultura urbana en su nativa Cuba antes de venir a Venezuela el año pasado.

Sío Wong ayudó a propulsar este programa durante el Periodo Especial, señaló Páez, "un momento muy crítico de Cuba donde perdimos el 80 por ciento del intercambio externo".

Como lo describe el libro en la sección "Enfrentando la crisis alimentaria", la creación de los organopónicos en Cuba fue una respuesta a la crítica escasez de alimentos en el país en los años 90. "Tratamos de obtener una producción de hasta 25 kilogramos por metro cuadrado al año, que era una meta establecida por Sío Wong basada en la producción de tipo similar en China", dijo Páez. La creación de estos huertos ha mejorado sustancialmente la cantidad y calidad de vegetales frescos disponibles para la mayoría de cubanos. Actualmente trabajan casi la misma cantidad de cubanos en la agricultura a pequeña escala que en las granjas tradicionales a gran escala.

Páez también habló sobre su trabajo con el general Armando Choy, otro de los autores del libro, en la reforestación de la provincia de La Habana y el trabajo para el saneamiento de la Bahía de La Habana.  
 
Los chinos en Venezuela
Honey Liu, quien además de dirigir la escuela de idioma chino también estudia derecho, describió el carácter de la inmigración china a Venezuela, la cual empezó en el siglo XIX y continúa en la actualidad. “Hay aproximadamente unos 150 mil chinos en Venezuela”, dijo Liu, la mayoría de los cuales ha llegado al país en los últimos 30 años y el número aún está aumentado.

Sofía Xu y Kelly Jiang, quienes también enseñan mandarín en la escuela Wei Jing e inmigraron recientemente de China, acompañaron a Liu al evento para presentar el libro.

Kawa Cheang y Joaquín Fung, otros dos venezolanos de ascendencia china, también participaron.

La participación de los venezolano-chinos en el evento surgió de un viaje a este país en octubre por reporteros del Militante que conocieron a individuos en la comunidad china de Caracas y los introdujeron al libro.

Los inmigrantes chinos aquí pertenecen a todas las clases sociales, dijo Liu. “Muchos son campesinos o trabajadores”, señaló, mientras que otros son profesionales o dueños de negocios.

Liu explicó que la mayoría de los chinos llega con deudas enormes que necesitan pagar, las que incluyen pagos exorbitantes a traficantes de inmigrantes y los impuestos de inmigración cobrados por Venezuela.

"Los chinos aquí son vistos con racismo", dijo ella, "bien sea por los nativos venezolanos o por las autoridades. La gran impotencia que yo siento es cuando funcionarios públicos abusan y sobrepasan sus limites de autoridad. Esto le pasa siempre al chino".

Esta realidad, dijo ella, incluye el abuso por la policía y chistes racistas y rabia dirigidos a pequeños negociantes, como su padre, que es dueño de un restaurante.

Liu nació en Venezuela y fue a China por dos años para estudiar el idioma. Ella describió a su familia como típica de las que llegan sin recursos, trabajan duro y sólo quieren una vida mejor para sus hijos. "Mi padre quería que sus hijos trabajaran en el restaurante", dijo, "para que pudiéramos vivir mejor, pero yo decidí hacerme abogada para defender a los chinos del abuso que sufrimos. Me siento tan venezolana como china".

Comparado a lo que los tres generales cubano-chinos describen en Nuestra historia aún se está escribiendo la comunidad china en Venezuela está "más aislada", dijo Liu. Muchos hablan poco español y sus vidas se desarrollan casi totalmente dentro de la comunidad china, donde su cultura y tradiciones todavía son fuertes.

"Los invito a leer el libro", concluyó. "Leerlo me dio paz interna porque me ayuda a entender muchas cosas, por supuesto cómo luchar contra la discriminación".  
 
'Patria es humanidad'
Justo cuando Liu estaba concluyendo su presentación, un venezolano en la primera fila del público interrumpió agresivamente protestando lo que ella había dicho. ¿Por qué estaba singularizando a los chinos?, demandó saber. Hay inmigrantes de muchos países en Venezuela, dijo, y los chinos no son objeto especial del racismo.

Róger Calero, quien moderó el evento por Pathfinder, puso el mitin en orden e invitó a Harry Villegas a que tomara el micrófono, como estaba planificado.

Dirigiéndose a Liu, Villegas habló del racismo que los chinos tuvieron que enfrentar en Cuba antes de la revolución, como lo describe Nuestra historia aún se está escribiendo. "Yo creo que este libro es un grande. Que narra realmente el desarrollo de tres hombres con procedencia humilde", dijo. "Sus padres fueron muy trabajadores como tu papá. Igual tuvieron que trabajar sus padres para poderles dar un mínimo de educación". La revolución, dijo, les dio la posibilidad de luchar en nombre de la patria, puesto que ya "no importaba que tuvieran procedencia china".

La sociedad por la que Choy, Chui y Sío Wong lucharon llegó a ser una república basada en una idea más amplia de la humanidad, dijo Villegas. "Para nosotros la patria no somos nosotros solos, no los cubanos solos, no puede ser los venezolanos solos, nuestra patria es la humanidad".

Villegas describió cómo había conocido a cada unos de los tres generales cubano-chinos. Conoció a Sío Wong en 1958 cuando ambos eran miembros de la Columna 8 del Ejercito Rebelde dirigida por Che Guevara. Esa columna, formada en las montañas de la Sierra Maestra en el oriente de Cuba, marchó a través de la región central para unirse a fuerzas que estaban luchando en la provincia de Las Villas y después pasaron a encabezar la batalla victoriosa para tomar Santa Clara, la segunda ciudad más grande de Cuba.

"Con Choy, nos encontramos al culminar esa invasión en Las Villas, donde se incorporó a las tropas del Che", dijo Villegas.

Conoció a Chui en los años 70 durante la misión internacionalista de Cuba en Angola para ayudar a esa nación a defenderse de la invasión por el régimen del apartheid de Sudáfrica.

Los que cruzaron el océano desde China, como los antepasados de los generales cubano-chinos, buscaban un mundo mejor, dijo Villegas. "Y ese mundo mejor es factible construirlo", subrayó. "Pero no podemos andar escuchando cantos de sirena".

La historia del imperialismo demuestra que ninguna de las clases en el poder sencillamente renuncia a sus intereses, dijo. "Los capitalistas, los burgueses, no están de acuerdo en repartir ni un poco de sus riquezas".

Nuestra historia aún se está escribiendo, agregó Villegas, describe una revolución que "los autores del libro ayudaron a hacer".  
 
Agricultura, ciencia, trabajadores
Durante la discusión un joven participante de Bélgica preguntó a los oradores involucrados en el programa agrícola en Venezuela qué se estaba haciendo para prevenir la introducción de organismos genéticamente modificados (OGM).

Las campañas contra los OGM han sido un enfoque de muchos izquierdistas tanto en los países imperialistas como en el mundo semicolonial y en reuniones internacionales como el Foro Social Mundial.

La FAO no tiene una posición ni a favor, ni en contra de los OGM, explicó Panadés. Aunque los OGM no han sido introducidos en Venezuela hoy en día, dijo ella, hay una cantidad de circunstancias y países en los que las cosechas más grandes posibilitadas por el uso de los OGM significan la diferencia entre la comida y el hambre para muchos.

Después de que una mujer de Perú hizo una pregunta similar, Egidio Páez extendió la respuesta anterior.

Waters se refirió a un artículo por Steve Clark sobre "La agricultura, ciencia y las clases trabajadoras" en el número 7 de la revista marxista Nueva Internacional y un intercambio entre Clark y el profesor de Harvard Richard Levins en ese mismo número que analiza el debate político sobre los OGM entre otras cosas. Ella señaló que la revista había sido presentada en un evento similar en la feria tres noches antes (véase el Militante del 11 de diciembre) e instó a los interesados en profundizar más en el tema a que obtuvieran una copia. Cinco personas lo hicieron después del programa.

"Nuestra historia aún se está escribiendo es un título muy apropiado para este libro", dijo Wilmer Parra, estudiante de historia de la Universidad Central de Caracas, al final de la discusión. Parra añadió que estudiará el libro que acababa de comprar e instó a otros a hacer lo mismo. Lo contrastó a El fin de la historia por Francis Fukuyama y otros libros similares que, dijo, proliferaron en los años 90 después de la caída del bloque soviético.

Nuestra historia aún se está escribiendo fue uno de los tres libros más vendidos del stand de Pathfinder. Todas las 60 copias se habían vendido antes de que finalizara la feria.  
 
 
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