Vol. 71/No. 10 12 de marzo de 2007
Inmediatamente después del anuncio Washington reunió a puertas cerradas a funcionarios de cuatro países imperialistas Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania además de Rusia y China para discutir la imposición de nuevas sanciones contra Irán. El vocero del Departamento de Estado norteamericano Sean McCormack dijo que los seis tendrán conversaciones adicionales por telefóno el 1 de marzo, cuando esperan poder consolidar los elementos para una resolución de sanciones de Naciones Unidas. La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU en diciembre prohíbe transacciones financieras y la exportación de materiales y tecnología que Teherán pudiera usar para desarrollar energía nuclear.
La planta de energía nuclear que Moscú está ayudando a construir en Bushehr fue excluida de las sanciones de diciembre. Sin embargo ahora la decisión de Moscú, pospondrá la entrega de combustible nuclear a la planta posiblemente por un año. La planta estaba programada a ser inaugurada en octubre y conectada a la red de energía eléctrica del país en noviembre.
El problema surgió el mes pasado cuando el banco iraní encargado de la cuenta pidió pagar en euros en vez de dólares. El gobierno iraní tomó la decisión a mediados de diciembre de remplazar el dólar con el euro en todas las transacciones extranjeras para de esa manera aliviar el impacto de las sanciones norteamericanas en contra del país.
La Casa Blanca busca aumentar con una segunda resolución contra Irán el impacto que causó la primera. No anticipamos plenamente el fuerte impacto que causaría, dijo el subsecretario de estado norteamericano Nicholas Burns el 22 de febrero. Ha dividido al gobierno en Teherán y francamente les rompió el ritmo.
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