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Vol. 71/No. 16      23 de abril de 2007

 
Pensiones evanescentes:
Cómo podemos responder
(especial, Hablanda de la Union)
 
POR MICHAEL BAUMANN  
CARLSTADT, New Jersey, 24 de marzo—“La compañía sabía que no estaba pagando suficiente”.

“El sindicato se robó nuestro dinero”.

Esas fueron dos de las reacciones más comunes en Thumann's, una planta empacadora de carne al norte de New Jersey donde laboran unos 200 trabajadores representados por el Local 1245 del sindicato de la industria alimenticia UFCW.

Fueron hechas el día en que nos informaron que había problemas con los fondos de nuestras pensiones.

¿Problema? ¿De que tamaño? Con “P” mayúscula, de al menos 7 millones de dólares. Y eso solamente de los trabajadores y jubilados de ésta compañía. Sumadas las pensiones de otras plantas empacadoras del área que extraen del mismo fondo administrado por el sindicato, el total de dinero ausente es de 85 millones de dólares.

¿Cómo pasó esto? ¿Quién es responsable?

Nueve trabajadores de ésta planta circularon una carta escrita en español, polaco e inglés, que fue firmada por 146 trabajadores y enviada por el delegado sindical, solicitando una reunión con el presidente del sindicato —con traductores disponible— para que se les de una explicación sobre lo que pasó y que es lo que el sindicato va hacer al respecto.

Los trabajadores en la planta expresaron diversos puntos de vista sobre el “relajo de las pensiones”.

Algunos decían, "no hay que preocuparse". Que si el fondo se hunde, el gobierno intervendrá y garantizará las pensiones. Quizás “perdamos un poco”.

Muchos dicen que la culpa es del sindicato y de los funcionarios del sindicato. Algunos argumentan que quizás otro local sindical sería mejor. Algunos —incluso varios con experiencia en otras industrias donde las pensiones han sido cortadas, disminuidas o se esfumaron— explicaron que la compañía y el gobierno son los principales responsables.

Ellos señalaron que la compañía fue la que dejó de financiar el plan. A la compañía solo le interesan sus ganancias, no nuestras vidas, ya sea cuando estamos trabajando o jubilados. No tenemos ningún tipo de garantías. Y esto incluye al gobierno, el cual ha reservado para su uso bastantes pretextos para recortar los beneficios de jubilación.

Y no se olviden en que momento sucede esto, dijeron. Las "noticias" de las pensiones llegan justo en la víspera del inicio de las negociaciones del nuevo contrato sindical, programadas para mayo. La compañía intentará usar esto como pretexto para recortar los salarios y beneficios.

Lectores del Militante en la planta son parte de las discusiones. Nuestro objetivo ha sido conectar lo que inicialmente es una profunda cuestión personal con la comprensión de las fuerzas de clase y políticas más amplias que han emergido a la superficie y nos han dado un azote.

Explicamos que los patrones están a la ofensiva. Ante una feroz competencia y ganancias reducidas nos hacen trabajar más horas (cuando les conviene), más rápido y bajo condiciones cada vez más inseguras.

A la misma vez que el gobierno federal quiere recortar los beneficios cuanto más puedan salirse con las suyas. Atacan el Seguro Social. Dicen que no pueden financiarlo. Nos ven simplemente como partes de una máquina. Partes que pueden ser desechadas una vez que (inevitablemente) nos lesionemos, enfermemos o envejezcamos. Pero nosotros ganamos el Seguro Social, al igual que todos los otros derechos, a través de lucha. La lucha para conservarlos es la lucha por la solidaridad con todos los trabajadores.

Para dividirnos los patrones y el gobierno usan nuestras diferencias.

Intentan enfrentar a hombres contra mujeres, blancos contra negros, obreros calificados contra ayudantes, trabajadores nacidos en Estados Unidos contra los inmigrantes, polacos contra mexicanos, mexicanos contra negros, viejos contra jóvenes.

Tú nómbralo: si hay algún tono de diferencia, tratan de usarlo para separarnos, para socavar la solidaridad entre nosotros.

Tratan de culparnos por la crisis de su sistema económico capitalista, pero la realidad es que la culpa la tiene su sistema.

Los partidarios del Militante explican que estamos pagando el precio de un trato que se hizo hace mucho tiempo, trato del que muchos de nosotros ni siquiera habíamos escuchado antes.

Hace 60 años, tras las grandes huelgas realizadas después de la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes de nuestros sindicatos abandonaron la lucha por un plan de pensiones de jubilados universal, a nivel nacional, que no este atado a lo que pasa en una industria o fábrica en particular, una lucha social y política cuyo resultado estuvo lejos de decidirse a favor de los patrones.

Nosotros ganamos el derecho al Seguro Social en los años 30 como parte de un amplio movimiento social que construyó los sindicatos industriales en este país.

Ese fue nuestro primer paso, el de los trabajadores, para obtener protección social de por vida.

Fue parte de la lucha para establecer como derechos todos los beneficios, todos los cuidados médicos, de incapacidad, toda la asistencia para niños dependientes, además de un salario, para el pueblo trabajador quienes producimos todas las riquezas del mundo con nuestro trabajo.

En vez de continuar esa lucha, los altos funcionarios de nuestros sindicatos tomaron un curso diferente. Aceptaron ligar las pensiones y otros "beneficios" a las ganancias de cada compañía, lo cual no beneficia a la clase trabajadora.

Este es el hueco del que tendremos que sacarnos y a otros millones de trabajadores.

Para lograr esta meta social, debemos de construir nuestros sindicatos y usar el poder sindical, pero también tenemos que hacer más que esto. El movimiento laboral debe realizar una lucha política que organice y movilice a toda la clase trabajadora contra el gobierno capitalista.

Al hacer esto podemos fortalecernos con lo que millones de nosotros hemos hecho en el último año participando en las movilizaciones masivas para demandar la legalización de todos los trabajadores inmigrantes, acciones que han fortalecido y politizado a la clase trabajadora.

Pero no podremos lograr ninguna de estas metas mientras la clase trabajadora y nuestros sindicatos estén atados a los partidos políticos gemelos de los patrones, los demócratas y republicanos. Necesitamos construir un partido laboral, basado en los sindicatos que luche por los intereses del pueblo trabajador.

Esa es nuestra tarea. Nadie la va hacer por nosotros.

Michael Baumann es un trabajador empacador de carne en la planta Thumann's y miembro del local 1245 del UFCW.  
 
 
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