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Vol. 71/No. 17      30 de abril de 2007

 
Los 5 de Cuba: revolucionarios
encarcelados por Washington
Por qué urge luchar por su libertad
(especial)
 
POR RÓGER CALERO  
Una campaña internacional para exigir la excarcelación de cinco revolucionarios cubanos presos en Estados Unidos está en plena marcha. La Unión de Jóvenes Comunistas y otras organizaciones juveniles de masas en Cuba han convocado a una conferencia juvenil internacional en La Habana, del 29 al 30 de abril, para intercambiar experiencias sobre el avance de la lucha por ganar apoyo público para que mejoren las condiciones carcelarias para los cinco, presionando a Washington para que permita la visita de sus seres queridos en la cárcel, y para lograr su libertad.

Para ayudar en esta campaña es necesario exponer los hechos de quienes son los cinco revolucionarios y cómo Washington fabricó cargos contra ellos.

Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González —conocidos como los Cinco de Cuba— han estado encerrados en cárceles federales estadounidenses por más de ocho años. Están cumpliendo condenas que van desde los 15 años hasta la doble cadena perpetua.

Los cinco fueron detenidos en 1998 y declarados culpables en junio de 2001 en un juicio bajo cargos fabricados de “conspiración para cometer espionaje” para el gobierno de Cuba, “conspiración para actuar como agente extranjero no inscrito”, y —en el caso de Hernández— “conspiración para cometer asesinato”.

Los cinco habían ingresado y estaban recolectando información de grupos derechistas cubano-americanos con bases en el sur de Florida que tienen un amplio historial de realizar ataques violentos contra Cuba desde territorio estadounidense con la complicidad de Washington.

En 1998, el FBI anunció con bombos y platillos que había descubierto una “red de espionaje cubana” en Florida. Los medios de prensa dieron gran difusión al anuncio. Los cinco fueron arrestados e inicialmente fueron acusados de intentar “infiltrar” el Comando Sur de Estados Unidos, con base en Florida, de transmitir “secretos militares” de Estados Unidos a La Habana y de “desbaratar” a grupos derechistas cubano-americanos en Miami. El cargo de “conspiración para cometer asesinato” fue agregado después en contra de Hernández.

Al no poder demostrar que los cinco habían realizado ninguna de estas acciones, que incluían el supuesto robo de secretos militares norteamericanos, Washington los acusó de “conspiración” para cometer espionaje y actividades relacionadas. El 8 de junio de 2001 un jurado declaró culpables a los cinco bajo estos cargos.

Las detenciones, el juicio y las condenas de los cinco revolucionarios estuvieron manchados con violaciones a los amparos constitucionales, incluyendo el uso de “evidencia” que agentes del FBI dijeron haber obtenido mediante repetidos allanamientos de los domicilios de los cinco en el lapso de tres años antes de sus arrestos. Esto viola el amparo de la Cuarta Enmienda que prohíbe los allanamientos y pesquisas arbitrarias.

Además, el juez rechazó una moción de los abogados defensores de trasladar el juicio fuera de Miami, argumentando que no era factible tener un juicio imparcial para este caso, dada la cantidad de oponentes de la Revolución Cubana en esa ciudad y la publicidad de la prensa que ya había marcado de antemano a los acusados como “espías culpables”.

En la apelación de las sentencias, Leonard Weinglass, uno de los principales abogados de la defensa, describió cómo un derechista vestido en uniforme militar y portando fotos de bazukas había ingresado en el tribunal durante el juicio de 2001 en Miami.

“Si el jurado no sabía antes cuál sería la reacción, ahora sí lo sabían”, dijo Weinglass. “Se debió haber trasladado el juicio a unas 25 millas de distancia a Fort Lauderdale”.

En respuesta a la apelación, un panel de tres jueces del Decimoprimero Circuito del Tribunal de Apelaciones en Atlanta examinó el juicio. El 9 de agosto de 2005, el panel dictaminó que a los acusados se les había negado un juicio imparcial debido a la “tormenta perfecta” que fue creada por la publicidad antes del juicio alrededor de este caso”, y el “prejuicio que predomina en la comunidad” y “el uso de declaraciones incendiarias por el gobierno durante las exposiciones finales”. El dictamen anuló las sentencias y ordenó un nuevo juicio. Sin embargo, esta victoria en pos de la justicia para los cinco fue efímera.

Washington exigió que se volviera a revisar el caso y que se revocara el dictamen del panel de los tres jueces. Justamente un año después, el 9 de agosto de 2006, el panel pleno de 12 jueces del mismo tribunal ratificó la sentencia de culpabilidad de los cinco.

Desde entonces la defensa ha venido preparando las siguientes etapas de la batalla legal, que podría llegar hasta la Corte Suprema.  
 
Historial de ataques contra Cuba
Los cinco revolucionarios han sostenido que la información que estaban recolectando de los grupos derechistas estaba disponible al público en general.

“Nuestro pequeño país, que heroicamente ha sobrevivido durante 40 años a agresiones y amenazas a su seguridad, a planes de subversión, sabotajes y la desestabilización interna, tiene derecho a defenderse de sus enemigos, que utilizan el territorio norteamericano”, dijeron los cinco en una declaración del 17 de junio de 2001 para al pueblo de Estados Unidos mientras estaban encarcelados.

La defensa presentó amplia información en el juicio que mostraba cómo los grupos cubano americanos que operan en Estados Unidos han llevado ataques contra Cuba desde la revolución de 1959. La defensa también logró exponer como el gobierno norteamericano ha provisto a estas organizaciones de una base de operaciones y se ha rehusado a tomar medidas para frenar esas actividades, muchas de las cuales violan las leyes de Estados Unidos.

Entre estas se encuentran el ataque dinamitero en octubre de 1976 de un avión cubano que partió de Barbados en el que murieron 73 personas, incluso el equipo completo de esgrima que retornaba de una competencia internacional; una cadena de ataques con bombas a hoteles y lugares turísticos en Cuba en 1997; numerosos actos de sabotaje contra el pueblo cubano; y ataques violentos a opositores de la política norteamericana hacia Cuba en Miami y otros lugares en el sur de Florida.

Gerardo Hernández fue declarado culpable de “conspiración para cometer asesinato” por supuestamente proveer a las autoridades cubanas los planes de vuelo de cuatro pilotos de Hermanos al Rescate. Este es un grupo contrarrevolucionario cubano americano que hasta 1996 había violado el espacio aéreo de Cuba mediante numerosos vuelos provocadores sobre la isla y el arrojo de volantes para incitar al pueblo cubano a derrocar el gobierno.

Tras continuas advertencias por parte del gobierno cubano, que tanto Washington como este grupo ignoraron, la Fuerza Aérea Cubana derribó el 24 de febrero de 2004, dos avionetas de Hermanos al Rescate que habían ingresado en el espacio aéreo cubano y se habían negado una vez más a acatar la orden de regresar.

Alegando que las avionetas fueron derribadas sobre aguas internacionales, Washington usó el incidente para lanzar una campaña de difamación contra la Revolución Cubana e intensificó su guerra económica contra Cuba.

Las pruebas presentadas por la defensa en el juicio demostraron que los pilotos de Hermanos al Rescate estaban muy adentro del espacio aéreo cubano al momento que fueron derribados, refutando así las alegaciones de Washington.

A pesar de estos hechos, en diciembre de 2001, Hernández fue sentenciado a dos cadenas perpetuas consecutivas y 80 meses de cárcel por estos cargos fabricados. “Nunca antes se había adjudicado un cargo criminal en base a una acción de un país soberano en la defensa de su territorio”, dijo Weinglass, sobre el carácter sin precedentes del caso. “Hernández no estuvo involucrado de ninguna forma en el derribamiento de las avionetas”.

Días después, Ramón Labañino fue sentenciado a cadena perpetua y 18 años; René González a 15 años; Fernando González a 19 años; y Antonio Guerrero a cadena perpetua y 10 años.  
 
¿Quiénes son los Cinco de Cuba?
Los cinco han mostrado un ejemplo intachable como revolucionarios quienes han dedicado su vida no solo a la defensa de la soberanía de Cuba y su revolución socialista, sino a la lucha mundial para acabar con el dominio imperialista y por la liberación nacional.

Antes de aceptar la misión internacionalista en Estados Unidos, tres de los cinco —Hernández, René González y Fernando González— estuvieron entre los 300 mil soldados voluntarios cubanos que lucharon junto al ejército angolano para rechazar la invasión de este país por el ejército sudafricano del apartheid, que contaba con el respaldo de Washington. Los cinco desempeñaron un papel político activo en la Revolución Cubana desde sus años estudiantiles hasta sus años como trabajadores. Como cuadro de la Unión de Jóvenes Comunistas, René González, por ejemplo, se hizo voluntario para ir al campo como parte de un contingente de enseñanza. Los cinco son miembros del Partido Comunista de Cuba.

Tras los muros de la prisión, los Cinco de Cuba se han comportado como revolucionarios ejemplares con un agudo interés por la lucha de clases en Estados Unidos. Han estado circulando entre sus compañeros de celda los libros y folletos revolucionarios que reciben y estudian. Han recibido mensajes de apoyo y han tendido su solidaridad a trabajadores involucrados en huelgas y luchas en Estados Unidos.

Washington se niega a reconocerlos como prisioneros políticos.  
 
Condiciones en la prisión
Tras su arresto los cinco fueron puestos en confinamiento solitario por 17 meses. En febrero de 2003 fueron llevados nuevamente al “hueco” por orden del Departamento de Justicia, que alegó que la amplia solidaridad que estaban recibiendo en forma de correspondencia y las pocas visitas que les eran permitidas, los convertía en un “riesgo a la seguridad nacional”. Fueron mantenidos por un mes en confinamiento solitario.

Han sido sujetos a las medidas más estrictas de encarcelamiento. Sus contactos telefónicos son vigilados y limitados. La correspondencia y los libros que se les envía a menudo no les llegan nunca debido a las arbitrarias normas carcelarias.

También se les ha negado el derecho a recibir visitas normales, incluso por sus seres queridos. Las autoridades norteamericanas han negado repetidas veces las visas a familiares de dos de los cinco, para que viajen desde Cuba a visitarlos.

Adriana Pérez, esposa de Hernández, no lo ha visto desde que fue detenido en 1998. Washington le ha negado la visa de ingreso a Estados Unidos las seis veces que ella la ha solicitado.

Olga Salanueva, esposa de René González, ha solicitado una visa siete veces con el mismo resultado.

Salanueva y otros familiares de los cinco han viajado por todo el mundo denunciando estos abusos y pidiendo apoyo para el derecho de los cinco a ver a sus seres queridos.

La campaña por liberar a los cinco incluye la propagación del caso a través de reuniones caseras, foros, presentaciones de videos sobre el caso, eventos en universidades y en otros lugares.

Para más información sobre la campaña, póngase en contacto con distribuidores del Militante más cercano a usted (ver el directorio en la página 8); con la Juventud Socialista en el 306 W. 37th St., Piso 10, Nueva York, NY 10018 o youngsocialists@mac.com o llame al (212) 629-6649; o al Comité Nacional por la Libertad de los Cinco Cubanos en el sitio web www.freethefive.org.
 
 
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