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Vol. 71/No. 21      28 de mayo de 2007

 
Trabajadores pobres en EE.UU.
superxplotados
Revista de negocios 'BusinessWeek' advierte
sobre futuro desastre
(portada)
 
POR MARTÍN KOPPEL  
La portada del número del 21 de mayo de la revista BusinessWeek destaca el artículo “El negocio de la pobreza: la audaz campaña de compañías estadounidenses para extraer más ganancias de los trabajadores pobres del país”.

El artículo detalla cómo un número cada vez mayor de negocios han sacado jugosas ganancias ofreciendo préstamos a una tasa alta de interés a “trabajadores pobres”, llevando a cientos de miles, si acaso no a millones, de trabajadores de bajos salarios hacia “un pantano de deudas del que nunca pueden salir”.

Señala la preocupación de ciertos elementos entre los círculos dominantes de que esta creciente burbuja de “préstamos a personas de crédito malo” acelerará una crisis financiera para el capitalismo estadounidense y aumentará las tensiones de clases conforme siga bajando el nivel de vida del pueblo trabajador.

Los autores describen cómo las compañías en pos de ganancias han encontrado una reserva fácil entre los trabajadores más explotados. “Antes, los grandes bancos y compañías eludían el lado pobre de la ciudad”, dicen. Pero ahora, “un mayor número de empresas importantes se están dando cuenta de que, en su conjunto, los trabajadores pobres son un blanco ideal”.

Engatusan a trabajadores, exprimidos por bajos salarios y altos costos de médicos, alquiler o pago de hipotecas, y deudas anteriores, para que obtengan dinero rápido a cambio de elevadas tarifas y tasas de interés.

El volumen de dichos “servicios financieros alternativos” ha crecido a 250 mil millones de dólares al año. Son compañías que ofrecen financiamiento de autos, cobro de cheques, envíos de remesas, tarjetas de crédito, ventas “alquile-para comprar”, servicios de preparación de impuestos, hipotecas de casa y préstamos para estudiantes. Han proliferado los “préstamos para el día de pago” que ofrecen muy costosos anticipos en efectivo, pagaderos el día de cobro del cliente.

Grandes compañías como Bank of America, HSBC Finance y GMAC Financial Services (antiguamente de la General Motors) están implicadas en esta usura. La Wells Fargo, por ejemplo, ofrece préstamos de “emergencia” para el día de pago con una tasa anual del 120 por ciento.

J.D. Byrider Systems, que vende carros usados mediante concesionarios a nivel nacional, ha obtenido enormes ganancias con la venta de autos a trabajadores de bajos salarios, lo que su director ejecutivo llama “el inmenso mercado de personas de crédito malo y poco convencional”.

BusinessWeek destaca el caso de Roxanne Tsosie, una trabajadora navajo en Albuquerque, cuyo trabajo, como auxiliar doméstica de cuidado de salud, con un salario de 15 mil dólares al año, requiere un auto. En Byrider, la convencieron de que comprara un auto Saturn del año 1999 por 7 922 dólares totalmente con préstamos, con un 25 por ciento de interés.

Fue solo después que Tsosie vio en el contrato que tendría que hacer pagos de 150 dólares quincenal y no mensualmente. No pudo mantenerse al día, y tras haber pagado 900 dólares la compañía se llevó el auto para revenderlo. “Casi la mitad de las ventas de Byrider en Albuquerque no llegan a finalizarse y muchos vehículos son embargados”, dice el artículo.

También menciona el caso de Jackson Hewitt Tax Service Inc. Su jefe dijo a los reporteros de BusinessWeek que mientras su compañía crecía durante los 80 “se enfocaron en la fruta que cuelga más bajo, la gente de escasos recursos que quería su dinero rápido”. La compañía cobra altas cuotas a trabajadores empobrecidos por la preparación de formularios de impuestos y por anticipos de reembolsos de impuestos.

Lakissisha Thomas, una vendedora en Hilton Head Island, en Carolina del Sur, estaba ansiosa por recibir sus 4 351 dólares de reembolso por sus impuestos, y “pidió un préstamo de reembolso anticipado de Jackson Hewitt. Utilizó el dinero para los pagos atrasados de alquiler y de luz y agua,” dice el artículo. Luego de pagar cargos de 10.4 por ciento, es decir 453 dólares, se enteró que podría haber recibido el reembolso mediante diferentes servicios gratuitos.

La SLM Corp. ofrece préstamos estudiantiles de alto interés. Molley Cosgrove de Portland, Oregón, pidió uno de estos préstamos con “Sallie Mae,” según se conoce la compañía, a fin de matricularse en un instituto culinario para ser jefe de cocina. Tres años después ella está agobiada con una deuda de 43 mil dólares, y la mayor parte de esta acumulando intereses del 18.5 por ciento. Ahora, al no poder encontrar un puesto de jefe de cocina a más de 8.50 dólares por hora, enfrenta pagos imposibles de 553 dólares al mes.

Muchas otras compañías promueven agresivamente “tarjetas de crédito pre-aprobadas” a trabajadores de bajos salarios, quienes pronto se encuentran atrapados con altas tasas de interés —28 por ciento es típico— y pagos que consumen más de la mitad de sus cheques.  
 
Creciente brecha de salarios, deuda
El artículo de BusinessWeek describe cómo las deudas se están volviendo desproporcionadamente más caras para los trabajadores de bajos ingresos. En 1989 los hogares con ingresos anuales de 30 mil dólares o menos pagaron un 16.8 por ciento más en intereses a préstamos de auto que lo que pagaron los hogares con ingresos mayores de 90 mil dólares. Para 2004 la brecha había crecido al 56.1 por ciento. Para los préstamos hipotecarios, esta brecha creció del 6.4 al 24.5 por ciento.

“La única manera práctica de manejar una sociedad capitalista es la de permitir que las compañías saquen el máximo de ganancias,” dijo el economista Tyler Cowen a BusinessWeek en defensa de ese descarado robo a los más explotados. “A veces esto significa vender cosas a la gente que a veces empeorará su situación”.

La revista añadió, “Sin embargo, otros se preocupan de que la creciente brecha salarial entre los adinerados y los menos afortunados está siendo exacerbada por la expansión del financiamiento de altos intereses y altos pagos”.

“Los salarios de trabajadores pobres se han estancados por tres décadas. Mientras tanto, sus gastos han sobrepasado sus ingresos de manera sistemática y significativa desde mediados de los 80. Ellos están compensando con más préstamos”.

Los salarios reales (es decir, ajustados para la inflación), el seguro médico y pensiones de jubilados, y otros elementos básicos del nivel de vida del trabajador han disminuido, a menudo bruscamente, para la mayoría de los trabajadores en Estados Unidos. El salario real promedio de los trabajadores empleados ha caído de 325 dólares por semana en 1972 a 275 dólares en 2003.

A la misma vez, el peso de la deuda se ha vuelto más aplastante. La deuda familiar subió del 60 por ciento de ingresos disponibles en 1980 a más del 110 por ciento en 2003, según cifra oficial. Los pagos individuales a hipotecas y deudas al consumidor subieron de un 10 por ciento a un 13 por ciento del salario disponible durante este periodo.  
 
 
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