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Vol. 71/No. 21      28 de mayo de 2007

 
'Muchos en Estados Unidos, China quieren
aprender sobre la Revolución Cubana'
Evento en N.Y. sobre libro
por generales cubano-chinos
(especial)
 
POR ANDREA MORELL
Y AMY HUSK
 
FLUSHING, Nueva York—Más de 60 personas asistieron a un programa auspiciado por el Centro de Recursos Internacionales en la Biblioteca Pública de Queens el 28 de abril para discutir Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana. Jiang-Lin Li, directora de programas de la biblioteca le dio la bienvenida a los participantes.

Martín Koppel, uno de los que entrevistaron a los generales para el libro, inició el programa con un segmento del documental Coolies, Sailors and Settlers (Coolíes, Marineros y Colonos) por Loni Ding. Muestra las fuerzas mundiales que trajeron a los asiáticos a América en los siglos dieciocho y diecinueve, incluso la llegada en 1847 de los primeros trabajadores de contrata chinos para reemplazar o complementar la labor de esclavos africanos en plantaciones azucareras.

El documental fue seguido por una exhibición de diapositivas de fotos del libro, narrado por Maura DeLuca, quien participó en febrero en presentaciones del libro de Pathfinder en Cuba.

La panelista, Carole Huang, profesora de política pedagogica en el City College de Nueva York y especialista en estudios Asiático-Americanos, dijo que le fascinó la representación de la integración de los inmigrantes chinos en la sociedad e historia revolucionaria cubanas, como lo muestran las vidas de los generales. “La población en Cuba de ascendencia china es más grande de lo que creíamos”, dijo.

Huang dijo que, como educadora, le impresionó especialmente cómo Cuba erradicó el analfabetismo en 1961 mediante la movilización de 100 mil jóvenes que alfabetizaron a un millón de personas en un año. Cuando le pidieron que comparara la campaña de alfabetización de Cuba a las de otros países, Huang dijo que actualmente no había nada comparable a lo que la Cuba revolucionaria ha logrado. Mencionó como afro-americanos, recién emancipados, lucharon por campañas de alfabetización en el Sur de Estados Unidos después de la Guerra Civil, hasta cuando se vieron forzados a retroceder tras la derrota de la Reconstrucción Radical.

Mary-Alice Waters, editora de Nuestra historia aún se está escribiendo y presidenta de la Editorial Pathfinder, explicó que el pueblo trabajador y la juventud que en 1959 derrocaron a la dictadura respaldada por Estados Unidos no tenían el socialismo como meta. Sencillamente querían una sociedad más justa. Hasta la actualidad, la meta de Washington es “destruir la revolución socialista y castigar al pueblo cubano” dijo.

Waters dijo que el libro lleva a los lectores a la historia, en gran parte desconocida, de chinos y otros inmigrantes asiáticos a Estados Unidos y su orgulloso historial de resistencia a la opresión. Nos ayuda a “entender mejor las luchas por trabajadores inmigrantes hoy día, por qué millones se lanzan a las calles y su importancia decisiva”, dijo Waters.

Cuando le preguntaron a qué se dedican los generales actualmente, Waters contestó que “los tres tienen responsabilidades importantes en la sociedad cubana”. A la vez “no son excepcionales, sino representativos” de centenares de miles de cubanos comunes quienes han transformado la sociedad y a sí mismos.

Respondiendo a preguntas sobre las relaciones entre China y Cuba, Waters dijo que desde el principio el gobierno revolucionario en La Habana mantuvo relaciones con la República Popular de China, pero con la ruptura sino-soviético y la “Revolución Cultural” del régimen de Mao a mediados de los 60, las relaciones se volvieron casi inexistentes por un cuarto de siglo. Se publicó poco en China sobre Cuba y viceversa. Ahora hay creciente comercio y otros contactos entre los dos países. Es por eso, agregó, que “los tres generales están muy contentos que este libro se esté traduciendo al chino” para que la gente alla pueda conocer el ejemplo de la Revolución Cubana.

Huang mostró una biografía en chino del dirigente revolucionario cubano-argentino Che Guevara y dijo que el despertado interés en Cuba podía verse en China hace cinco años cuando 50 mil ejemplares de dicho libro se vendieron en 15 días.

Algunos de los participantes en el mitin frecuentan la biblioteca de Flushing. Michi Otani, quien es japonesa-americana, dijo que esta fue su primera vez en una discusión sobre la revolución en Cuba.

Cinco estudiantes vinieron de la Universidad del Estado de Nueva York en Albany. Una de ellas, Lindsey Mangeri, dijo que le interesaba aprender en particular cómo “el carácter de la Revolución Cubana tiene una relación directa a la lucha en Estados Unidos”.

Siete personas compraron copias de Nuestra historia aún se está escribiendo y dos se subscribieron al Militante. Luego, unas 30 personas se trasladaron a un restaurante cercano para cenar y continuar la conversación.
 
 
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