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Vol. 71/No. 34      17 de septiembre de 2007

 
1.1 millón en peligro de venta
hipotecaria de sus casas
(portada)
 
POR PAUL PEDERSON  
NUEVA YORK, 1 de septiembre—Las bolsas de valores en Estados Unidos oscilaron bruscamente en agosto, en tanto la caída continua del mercado de viviendas sacudió a los inversionistas. Los dueños de casi 180 mil casas fueron sometidos a juicios hipotecarios en julio, casi el doble de la cifra en agosto del año pasado.

Durante los primeros siete meses del año, un total de 1.1 millones de dueños de casa recibieron advertencias de incumplimiento de pagos, avisos de venta de subasta y recuperaciones de propiedad por los bancos, según Realtyrac, una empresa que recopila las cantidades de ventas hipotecarias.

Más de la mitad de las propiedades amenazadas con ventas hipotecarias están asociadas a préstamos de alto riesgo, llamados préstamos subprime. Los prestamistas han persuadido a muchos trabajadores y familias de clase media a que suscriban préstamos con altas tasas de interés basándose en la promesa de que los precios de las casas seguirán aumentando.

“Las pérdidas financieras globales ha excedido con mucho las más pesimistas proyecciones de pérdidas de crédito,” anunció ayer en un discurso Benjamin Bernanke, presidente de la Reserva Federal. Las pérdidas “no se han limitado a los mercados hipotecarios”, dijo. “La demanda reducida de préstamos y bonos para financiar transacciones muy apalancadas han aumentado las inquietudes de algunos bancos. Comentó que estos bancos “se han vuelto más protectores de su liquidez”.

El presidente estadounidense George Bush dio un discurso el mismo día donde prometió medidas para “ayudar a que las familias americanas mantengan sus casas”. Delineó unas propuestas para permitir que dueños de casa endeudados refinancien sus hipotecas y sigan pagando. “No le toca al gobierno rescatar a los especuladores o a los que tomaron la decisión de comprar una casa que sabían que no podían costear”.

El auge del mercado de viviendas alcanzó su cenit en 2005, cuando el mercado de préstamos subprime había llegado a un punto de actividad febril. Los préstamos de alto interés —tales como las hipotecas de tasa variable, que durante unos pocos años solo exigen pagos de interés y luego “se ajustan” a pagos mu cho más altos— representaron una parte creciente del mercado hipotecario.

“Los dueños de casa jamás han estado más endeudados”, escribió el comentarista financiero John Mauldin el 17 de agosto en un boletín electrónico el 17 de agosto. “El monto promedio de deuda como porcentaje del valor de una propiedad ha aumentado a 86.5 por ciento en 2006, comparado con el 78 por ciento en 2000.

Miles de trabajadores a quienes antes les habían negado préstamos se compraron casas con préstamos de altos intereses en los últimos años. En muchos casos sus pagos de hipotecas superan por mucho sus salarios, mientras se hunde el precio de su casa.

Se anticipa que muchos más perderán sus casas en los próximos meses.

“Acabamos de ver ajustes de hipotecas por un total de 197 mil millones de dólares en lo que va del año”, escribió Mauldin el 2 de agosto, refiriéndose al momento en que se disparan los pagos por un préstamo de tasa variable . “En los primeros seis meses del año próximo habrá más que para todo el año 2007, es decir, 521 mil millones de dólares. Este me dice que el número de ventas hipotecarias aumentará drásticamente”.

Entre las clases medias muchas personas adquirieron semejantes préstamos de pagos bajos pero de alto riesgo para comprar “casas de inversión”. Sin tener que pagar mucho como desembolso inicial, pensaron que era una oportunidad para sacar ganancias relativamente fáciles, vendiéndolas de nuevo a medida que los precios subían.

Entre el 21 por ciento y el 32 por ciento de los incumplimientos de préstamos en California, Florida, Arizona y Nevada son para “casas de inversión” que se mantienen desocupadas y siguen bajando de precio.

La clase trabajadora y la clase media no son los únicos afectados por la crisis hipotecaria. Los dueños de capitales, en busca de tasas de ganancias que no pueden obtener con inversiones en la fabricación de productos para la venta, han ido dependiendo más y más de la compra de acciones, bonos y un sinnúmero de formas de inversión de capital especulativo, y por lo tanto ahora tienen montañas de deuda.

Desde principios de los años 90, bancos, fondos de cobertura (hedge funds) y compañías de inversiones empezaron a invertir en paquetes de deudas —préstamos inmobiliarios, préstamos comerciales, préstamos para autos y deudas por tarjetas de crédito. Agencias como Moody’s les dieron clasificaciones y fueron vendidas como acciones. Con el ascenso del mercado de viviendas, el nivel de las clasificaciones subió, las especulaciones se hicieron más arriesgadas, el crédito fluyó más libremente y las ganancias aumentaron. Ahora muchos de estos fondos están reportando fuertes pérdidas.

El número de casas no vendidas ha ido aumentando, alcanzando un récord de 4.4 millones en mayo. Por lo tanto, la construcción de residencias ha caído. La Mortgage Bankers Association calcula que en junio se perdieron 12 mil empleos en la industria de la construcción.
 
 
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