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Vol. 71/No. 37      8 de octubre de 2007

 
‘¡Justicia para 6 de Jena!’
Exigen miles en marcha en Louisiana
(portada, articulo principal)
 
POR JACQUIE HENDERSON
Y AMANDA ULMAN
 
JENA, Louisiana—Decenas de miles de personas se manifestaron aquí para exigir que se retiren los cargos contra los estudiantes negros de secundaria conocidos como los Seis de Jena y por la excarcelación de Mychal Bell. Cientos de autobuses repletos llegaron de ciudades y pueblos de la mayoría de los estados del país.

Otros centenares llegaron por carros, camionetas y avión. Varias docenas de autobuses fueron detenidos por más de una hora en la carretera por la policía alegando que habían demasiadas personas en este pueblo de 3 mil habitantes ubicado en la parte central de Louisiana.

“Esto es lo que la gente enfrenta en todos lados y es raro poder combatirlo juntos abiertamente”, dijo Terral Roberts, un trabajador de almacén de Opelousas, Louisiana, quien vino con cinco compañeros de trabajo. “Las injusticias que enfrentaron estos estudiantes son similares a las que enfrentamos en el trabajo”.

Los Seis de Jena —Bell, de 17 años de edad; Robert Bailey, Jr., 17, Theo Shaw, 17, Carwin Jones, 18, Bryant Purvis, 17, y Jesse Beard, 15— fueron arrestados y acusados de intento de homicidio en segundo grado y conspiración para cometer asesinato después que un estudiante blanco presentó cargos tras una pelea en la Escuela Secundaria de Jena en diciembre.

La pelea ocurrió después de varios meses de hostigamiento racista y ataques contra estudiantes negros en la escuela, quienes habían iniciado una campaña para protestar prácticas racistas en la escuela. Después que tres estudiante negros realizaron un plantón bajo el que se conoce como el “árbol blanco”, los racistas colgaron tres sogas de ahorcar del árbol.

Los estudiantes blancos que colgaron las sogas sólo recibieron suspensiones breves de la escuela. Los estudiantes blancos que atacaron a los estudiantes afro americanos fueron acusados de asalto común o de nada.

Bell fue juzgado y condenado por un jurado de blancos. Sigue encarcelado aun después que la corte estatal de apelaciones anuló su condena por asalto grave declarando que no se le debió juzgar en una corte de adultos. El día después de la manifestación le negaron libertad bajo fianza una vez más.“Cuando escuche sobre estos estudiantes no pude imaginar no estar aquí y tomar parte en la historia”, dijo Infinitae Speights, de 21 años, una asistente de enfermera certificada y estudiante de paralegal que llegó en bus desde Nueva York.

La marcha a través de Jena hasta la corte de la Parroquia de LaSalle fue animada y disciplinada. Muchos vistieron con camisetas negras que decían, “¡Libertad para los Seis de Jena!¡ Basta ya!” Otros portaban carteles escritos a mano.

Una gran cantidad de policías detuvieron a autobuses y autos, y en algunos casos impidiéndoles volver a subirse por varias horas. Mientras los participantes enfrentaron pocos incidentes abiertos de racismo, en la barda de una mansión en las afueras del pueblo se podían ver banderas de la confederación y una camioneta con dogas dio vueltas alrededor de manifestantes en Alexandria después de un mitin que ocurrió ese día.

La historia es parte del presente aquí. Después de la guerra civil esta región fue un centro principal tanto para los esclavos liberados que dirigieron en el ejército de la unión, como para los matones de la confederación organizados por el partido Demócrata. En 1873 cientos de ex soldados de la confederación de la Parroquia de LaSalle participaron en un ataque contra negros libres en Colfax en la aledaña Parroquia de Grant. Después de derrotar a los negros, que estaban mejor organizados pero peor armados, mataron a todos los negros que se rindieron, en lo que hoy se conoce como la Masacre de Colfax.

Ray Fairman, de 62 años, un residente de Jena con una larga memoria, le dio la bienvenida a los manifestantes visitantes y ayudó a muchos, ofreciendo aventones a los que perdieron sus buses, asistiendo a los que tuvieron problemas con sus carros.

“Si creen que van a barrer este tipo de cosa bajo la alfombra, ahora que lo piensen bien”, dijo. “Porque no saben quién va a ser el portero. Vamos a llegar con nuestras escobas y vamos a ver que no está bien”.

“Debemos unirnos como trabajadores porque nadie lo va a hacer por nosotros”, dijo Sandie Lollie, de 50 años, presidente del Local 4326 de la Federación de Maestros y Trabajadores Escolares de Monroe. Lollie vino con otras mil personas desde Monroe, Louisiana.

Al ver un grupo de trabajadores inmigrantes que portaban carteles en inglés y español, ella los abrazó. “Ya sea que seas negro, blanco, asiático o hispano, esto se trata de lo que es correcto, lo que es bueno y lo que es justo”, dijo.

Amos Edmonds, un camionero de Tennessee se encontró con un grupo de manifestantes de Nueva York en una parada de carretera e insistió en pagarles la cena a muchos cuando oyó donde habían estado ese día. “Hay muchas otras Jenas, Louisiana, por este país”, dijo.

Laura Anderson, Willie Cotton, y John Staggs contribuyeron a este artículo.

 
 
 
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