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Vol. 71/No. 38      15 de octubre de 2007

 
Conferencia internacional
discute chinos en ultramar
(especial)
 
POR MARTÍN KOPPEL
Y MARY-ALICE WATERS
 
BEIJING—Unas 175 personas participaron en la Sexta Conferencia Internacional de Chinos en Ultramar que se llevó a cabo en la Universidad de Pekín aquí, del 21 al 23 de septiembre. La mayoría eran investigadores que enfocan su labor en la historia y desarrollo de las comunidades chinas que actualmente existen en una gran mayoría de los países del mundo y que en muchos casos vienen creciendo por la inmigración: desde el continente americano, hasta Africa y el sureste de Asia.

La conferencia, organizada por la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos en Ultramar (ISSCO), atrajo a participantes de 20 países. Dos tercios provenían de Asia, siendo las representaciones más grandes de China continental, Singapur y Japón, así como de Hong Kong, Taiwan, Indonesia, Filipinas, Malasia y Corea del sur. Varios participantes observaron durante la conferencia que 20 millones de chinos viven en el sureste asiático, aproximadamente el 75 por ciento del total que reside fuera de China.

Otros delegados vinieron de Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Trinidad, Perú, Cuba, Reino Unido y otros países.

La ISSCO fue fundada en una conferencia en San Francisco en 1992. Ling-chi Wang, uno de sus fundadores y su vicepresidente por una década, dijo en una ponencia que la idea de tener una asociación internacional dedicada al estudio de la diáspora china se había discutido desde principios de la década de 1980. En el marco de la política y divisiones de la Guerra Fría, incluso dentro del campo socialista, resultó ser un objetivo irrealizable. Solo a principios de los 90 se hizo posible tal asociación. Subsecuentemente se realizaron conferencias de la ISSCO en Hong Kong en 1994, Manila en 1998, Taipei en 2001, y en Copenhague en 2004.

Esta fue la primera conferencia de la ISSCO en China. Se llevó a cabo en un edificio nuevo y bien equipado de la Universidad de Pekín, la primera universidad moderna en China. Fundada en 1898, la actual universidad cuenta con unos 30 mil matriculados a tiempo completo. Una cuadrilla de estudiantes, muchos de los cuales hablaban inglés y que estaban ansiosos de conocer a participantes de diversas partes del mundo, fue parte del personal voluntario que organizó la conferencia.

Representantes de la Universidad de Pekín, de la Oficina de Asuntos de los Chinos en Ultramar del gobierno chino, de la Federación de Toda China de Chinos Retornados de Ultramar, y la presidenta saliente de la ISSCO, Teresita Ang See de Filipinas, dieron la bienvenida a los delegados en la sesión de apertura. El ex presidente de ISSCO, Wang Gungwu, de la Universidad Nacional de Singapur, y Ling-chi Wang, profesor emérito de la Universidad de California en Berkeley, dieron los discursos de apertura.  
 
Inmigrantes chinos en el mundo
El lugar que actualmente ocupa China en el mundo y el papel que juegan los inmigrantes chinos alrededor del mundo fue el foco de muchos paneles de discusión durante los dos días de la conferencia. En una mesa redonda, por ejemplo, Manying Ip, de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, bosquejó la historia de los chinos en ese país, remontándose a las leyes que excluían a los chinos, los impuestos por persona y los “permisos de reingreso” que se exigían a los neozelandeses chinos al retornar del exterior en décadas anteriores. Señaló el rápido crecimiento de la inmigración asiática hoy día en Nueva Zelanda, donde la mayoría proviene de China.

Hablando en el mismo panel, Grace Chew, del Centro de la Herencia China en Singapur, describió las vivencias de los chinos que residen en la isla vietnamita de Phu Quoc, basándose en sus entrevistas con moradores del área. Dijo que estaba muy sorprendida por la cantidad de cultivadores de pimientos y otros chinos de las zonas rurales que habían peleado al lado de las fuerzas antiimperialistas en lo que los vietnamitas conocen como “la guerra americana”. Este hecho, dijo, a menudo se omite de la historia de Vietnam. Es solamente el papel reaccionario de los acaudalados comerciantes chinos de Saigón (ahora Ciudad Ho Chi Minh) lo que se destaca.

Otros paneles abordaron una amplia gama de temas, como “La migración china al Africa y la política exterior de China”, “Reconciliándose con el pasado: la compensación por el impuesto por persona a los chinos en Canadá”, “Chinos en el exterior: literatura y artes”, “Los chinos en París: ¿enfrenta la nueva inmigración una nueva discriminación?” y “La diáspora china en Latinoamérica y el Caribe”.

Una pequeña muestra de libros fueron ofrecidos a la venta por el Centro de la Herencia China y la editorial Pathfinder. Uno de las libros que captó particular interés fue el editado por la Pathfinder Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana, por Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong. Su historia sobre la inmigración china a Cuba y los logros de la revolución socialista cubana al erradicar la discriminación contra los cubanos de ascendencia china fue algo nuevo para muchos participantes. Se vendieron 20 ejemplares del libro en inglés y en español.  
 
Relaciones Estados Unidos - China
En su discurso central a la conferencia, titulado “El impacto de las relaciones de EE.UU. con China sobre los chinos estadounidenses”, Ling-chi Wang subrayó la importancia del hecho que la sexta conferencia de la ISSCO se estaba llevando a cabo en China.

Washington condena a los gobiernos de China, Cuba y otros países por tener “gobiernos de un solo partido”, señaló Wang. En Estados Unidos, sin embargo, “los dos partidos están comprometidos con el capitalismo y obtienen sus fondos económicos de las empresas norteamericanas. En realidad existe un solo partido, el partido capitalista”.

No existen “diferencias sustanciales” entre demócratas y republicanos en cuanto a la política interna y exterior, explicó Wang. La política de Washington hacia la República Popular China se ha basado en “el consenso bipartidista dictado por las empresas norteamericanas”, empezando con su debate sobre “¿Quién perdió China?” luego de la victoria de la Revolución China en 1949. “Por supuesto, China no les pertenecía para perderla”, subrayó en medio de muchas risas.

En las décadas siguientes, recalcó Wang, los gobiernos de Estados Unidos, de ambos partidos capitalistas, han dependido de amenazas del “peligro amarillo” y de la “amenaza roja” para justificar sus políticas de agresión contra China y el acoso de los americanos chinos opositores a las políticas de Washington. Hizo notar que aún después que el gobierno norteamericano cambió su política, de una de “contención” por una de “arreglos” con la República Popular China, con el entonces presidente Richard Nixon, en su visita a Beijing en 1972, a los “chinos en los Estados Unidos se les ha visto usualmente como espías al servicio de China”.

Hoy, dijo, el gobierno norteamericano busca ganar el apoyo de Beijing para “la guerra mundial contra el terrorismo” que ellos encabezan.

Los trabajadores inmigrantes chinos fueron “indispensables para el desarrollo económico del oeste de Estados Unidos, al haber servido como fuente de mano de obra barata”, dijo Wang, y “los demócratas y republicanos se han mantenido firmes en sus políticas sobre inmigración”, que procuran que siga siendo ese el caso.

Observó que actualmente por lo menos 3 millones de personas de ascendencia china viven en Estados Unidos y que la inmigración continúa creciendo. “Ahora estamos viendo una mayor diversidad de la población chino-americana” por la gran cantidad de inmigrantes chinos que proceden no solo de China sino de otros países de Asia y Latinoamérica, dijo. Los inmigrantes chinos en Estados Unidos hablan muchas lenguas y dialectos diferentes, no solo cantonés como sucedía antes.

“Se han bifurcado en ricos y en pobres”, en profesionales bien pagados e inmigrantes fujianeses superexplotados cuya mano de obra se utiliza en la construcción y en las fábricas de ropa.

El auge del desarrollo económico de China, conjuntamente con las luchas sociales en Estados Unidos, han incrementado la seguridad de los inmigrantes chinos en sí mismos, acotó, “pero el racismo, la discriminación por el color de la piel y la violencia contra los chinos continúan en ascenso”.

Los chinos americanos “se deben involucrar para influir en las relaciones de Estados Unidos con China y para oponerse al racismo”, concluyó Wang.

La siguiente conferencia internacional plenaria de la ISSCO se llevará a cabo en Singapur en 2010. Antes de eso se planea celebrar por lo menos una conferencia regional, lo más probable a realizarse en Nueva Zelanda.

El evento terminó con la elección de su directiva. Leo Suryadinata del Centro de la Herencia China en Singapur, que será anfitrión del encuentro en 2010 fue elegido presidente. Peter Li, de la Universidad de Saskatchewan, en Saskatoon, Canadá, continúa como vicepresidente, y Teresita Ang See fue elegida secretaria-tesorera.  
 
 
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