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Vol. 72/No. 4      28 de enero de 2008

 
Aviones EE.UU. bombardean cerca
de Bagdad en nueva ofensiva
(portada)
 
POR SAM MANUEL  
WASHINGTON—En la segunda mitad de 2007 se registró la cantidad más baja de bajas mensuales de fuerzas militares estadounidenses desde 2003, el primer año de la guerra imperialista. Las bajas estadounidenses disminuyeron constantemente el año pasado de la cifra más alta de 126 en mayo a 23 en diciembre. El año pasado también se registraron 899 muertes entre las tropas estadounidenses, la cifra más alta de cualquier año de la guerra.

El general Walter Gaskin —el comandante de más alto rango en la provincia de Anbar, un antiguo bastión de al-Qaeda— dice que los ataques contra las tropas estadounidenses e iraquíes ahí han bajado a tal nivel que la provincia será entregada al ejército iraquí en marzo. La mitad de las 18 provincias iraquíes han sido entregadas al ejército iraquí.

Estos sucesos subrayan el progreso militar que Washington ha realizado en la guerra desde que el presidente George Bush anunció el año pasado que mandaría 30 mil tropas adicionales, denominado como una “oleada” por los medios masivos capitalistas.

En una rueda de prensa de fin de año en la embajada estadounidense el general David Petraeus, jefe de las fuerzas estadounidenses en Iraq, dijo que los ataques violentos, incluso grandes ataques, con cochebombas y dinamiteros suicidas, han disminuido aproximadamente en un 60 por ciento desde junio.

Una semana y media después, el 10 de enero, aviones de guerra estadounidenses lanzaron 40 mil libras de bombas sobre más de 40 blancos en las afueras del sur de Bagdad. El masivo ataque aéreo fue parte del comienzo de operación "Fénix Fantasma”, una ofensiva en todo el país dirigida por tropas estadounidenses contra las fuerzas de al-Qaeda.

‘Despertar Suní’
Petraeus citó como punto decisivo el cambio de postura de los jeques suníes contra al-Qaeda, que empezó en Anbar y se extendió a otras provincias de mayoría suní. Suníes ricos dentro y fuera de Iraq han sido el pilar financiero y organizativo de las milicias suníes que combaten contra las tropas estadounidenses y del gobierno iraquí. Anteriormente éstos eran la base de apoyo al régimen baazista de Saddam Hussein.

Sin embargo, comerciantes y jeques locales suníes se cansaron de las demandas de respaldo financiero por parte de al-Qaeda y de los asesinatos de suníes que consideraban traidores. La mayoría de las víctimas de los ataques dinamiteros de al-Qaeda han sido trabajadores, tanto suníes como chiítas. Líderes tribales suníes han ayudado a las fuerzas militares estadounidenses a reclutar una fuerza de 70 mil —muchos de los cuales recientemente estaban combatiendo en contra de las fuerzas estadounidenses— para luchar contra al-Qaeda. Esta fuerza ha sido nombrada el “Despertar Suní”.

Gaskin dijo que la entrega de Anbar a las fuerzas iraquíes no significa que los 35 mil infantes de marines y tropas del ejército estadounidenses en la provincia, con base en Fallujah, se irán.

El alto mando estadounidense dice que el objetivo de Fénix Fantasma es expulsar al-Qaeda de las provincias de Diyala y Nineva, al norte de Bagdad, donde están concentradas las operaciones del grupo islamista.

Al-Qaeda ha respondido con asesinatos de suníes que ayudan a los militares estadounidenses.

Mejoras en la seguridad en Iraq también han sido ayudadas por el alto al fuego de la milicia chiíta encabezada por Muqtada al-Sadr.

Muertes de civiles iraquíes
La tasa mensual de muertes de civiles iraquíes también disminuyó el año pasado, de un máximo de 2 155 en mayo a 691 en diciembre, según un informe de Prensa Asociada.

Otro indicio de las mejoras en las condiciones de seguridad en Bagdad es el retorno de miles de iraquíes que huyeron a países vecinos.

'Reconciliación'
En la rueda de prensa, Petraeus advirtió que sin progreso político y económico las mejoras en la situación de seguridad son "endebles" y "frágiles".

Progreso significativo fue hecho al respecto cuando el parlamento iraquí aprobó una ley el 12 de enero que permite reincorporar en empleos militares y de servicio civil a suníes que habían sido miembros del partido Baaz de Hussein. Altos oficiales del partido seguirán excluidos de cargos públicos pero recibirán pensiones.

Como respuesta, el principal bloque político suní dijo el 14 de enero que terminará un boicot de casi seis meses contra el gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki encabezado por chiítas y regresarán a sus puestos en el gabinete.

No obstante, no ha habido progreso en el tema mayor de dividir los ingresos del petróleo. El parlamento iraquí levantó la sesión al final del año sin llegar a ningún acuerdo.

El gobierno kurdo en el norte de Iraq, el cual ha logrado amplia autonomía, continúa desafiando al gobierno central mediante las firmas de contratos petroleros con compañías extranjeras y presionando por el control de Kirkuk, que contiene una de las reservas más grandes de petróleo del país. Bagdad, Washington y el gobierno turco tampoco han tenido éxito en desalojar a las guerrillas del Partido Obrero de Kurdistán (PKK) de sus bases en el norte de Iraq. El PKK, un grupo maoísta, que lleva una década realizando una guerra por la soberanía kurda en el sur de Turquía.  
 
 
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