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Vol. 72/No. 7      18 de febrero de 2008

 
Obrera en Chicago resiste deportación,
lucha por la legalización para todos
(portada)
 
Militante/Martha Contreras
Flor Crisóstomo, trabajadora en Chicago que lucha contra la deportación.

POR JORGE LERTORA  
Chicago, 3 de febrero—Flor Crisóstomo, una trabajadora de fábrica, rehusó presentarse ante las autoridades de inmigración para ser deportada el 28 de enero y tomó refugio en la Iglesia Unitaria Metodista Adalberto, en el barrio predominantemente puertorriqueño de Humboldt Park en Chicago.

El departamento de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) le negó su apelación y le ordenó que se presentara con una maleta de no más de 40 libras y un boleto de avión para que sea deportada. “En este momento digo que no me voy”, relató Crisóstomo. “He pedido santuario a mi pastor y a mi iglesia y me lo ha concedido”.

En una entrevista en la iglesia, dijo que buscaba no ser vista “como símbolo de miedo, más bien como símbolo de que se debe luchar”. Crisóstomo, quien es considerada “prófuga de la justicia” por las autoridades, dijo que lo más importante ahora es ganar la “legalización para todos, por que así podemos ganar los derechos para el aumento de salarios, formar sindicatos, tener atención médica y educación”.

Crisóstomo, de 28 años de edad, fue una de las dos mujeres arrestadas en marzo de 2006 en redadas de la migra en las fábricas IFCO. La compañía fabrica estructuras de embalaje. Más de mil trabajadores fueron detenidos. Crisóstomo fue puesta en libertad después de 30 horas gracias a la presión de las protestas aquí.

Seis de los 38 trabajadores en la planta participaron en la marcha por la legalización del 10 de marzo de 2006 en Chicago. “El patrón no nos dio permiso, pero igual nos fuimos a la marcha”, dijo.

Ya para la marcha del 1 de mayo por la legalización ese año, los 38 trabajadores se unieron y fueron a la oficina del patrón para pedir permiso. A este no le quedó más remedio que darlo. Sin embargo les pidió que trabajaran hasta el mediodía, a lo que estuvieron de acuerdo y durante su tiempo de descanso prepararon pancartas y marcharon juntos al almuerzo. Las pancartas exigían legalización ya, y que se les reconozca como trabajadores, no criminales.

El gobierno de Estados Unidos puede “poner la valla [en la frontera] hasta el cielo, nuestra gente va a cruzarla impulsada por el hambre”.

Instó a que se organicen grandes manifestaciones para los derechos de los inmigrantes este 1 de mayo: “El Primero de Mayo debe seguir siendo el Día del Trabajador”, y ya venimos organizando para marchar en Chicago”.  
 
 
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