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Vol. 72/No. 23      9 de junio de 2008

 
Jóvenes aprenden sobre Cuba en
evento en Universidad de California
(portada)
 
POR BETSEY STONE
Y ROBBY SILVER
 
DAVIS, California—Estudiantes que han participado en luchas obreras y se ven atraídos al ejemplo de la Revolución Cubana dejaron su marca en un evento celebrado el 20 de mayo en la Universidad de California en Davis sobre el libro Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana.

El evento fue auspiciado por el departamento de estudios asiático-americanos, la cátedra de estudios de la mujer y del género y Libros Pathfinder. La mayoría de los 70 presentes eran estudiantes, entre ellos unos cuantos que han cursado estudios en Cuba. Miembros del capítulo universitario de MEChA (Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán), muchos de los cuales participan en la lucha por los derechos de los inmigrantes, luchas de los trabajadores universitarios y protestas sobre otros problemas sociales, promovieron la actividad y participaron en la discusión.

“Cuando estuve en Cuba, asistí a la feria anual del libro en La Habana, donde me presentaron por primera vez a Nuestra historia aún se está escribiendo”, dijo la panelista Ana Ochoa. Ella estudió en Cuba durante el trimestre del invierno de 2007 como parte de un programa de la universidad. Estando allí, asistió a un evento en la Feria Internacional del Libro de La Habana donde hablaron los autores del libro, los generales Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong así como Mary-Alice Waters, editora del libro.

Ochoa dijo que le había impresionado la campaña del gobierno revolucionario cubano conocido como la “Batalla de Ideas”. En el libro, dijo, Sio Wong describe como ya para fines de los años 90, 76 mil jóvenes en Cuba no estaban en la escuela o trabajando. En respuesta, el gobierno cubano y las organizaciones de masas iniciaron una serie de programas sociales “para proveer una vía para que estos jóvenes puedan contribuir a la sociedad. Fueron creados programas educacionales donde pudieran estudiar sin pagar nada”.

Nuestra historia aún se está escribiendo, publicado por Pathfinder, se basa en entrevistas a los tres generales, quienes de adolescentes se incorporaron a la lucha revolucionaria en los años 50 para derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista.  
 
‘Batalla de Ideas’
Ochoa dijo que le impresionó la campaña del gobierno cubano que se cono ce como “Batalla de Ideas”. En el libro, dijo, Sío Wong explica que a fines de los años 90, unos 76 mil jóvenes cubanos no iban a la escuela ni trabajaban. En respuesta, el gobierno y las organizaciones de masas en Cuba lanzaron una serie de programas sociales “para ofrecer una vía para que estos jóvenes aportaran a la sociedad. Se crearon programas educativos donde pudieran estudiar gratuitamente.

Ella agregó que la Batalla de Ideas también se refiere a la necesidad de que los cubanos conozcan su historia, tanto las dificultades como los logros, para entender la política actual. Dijo que es el resultado de la revolución socialista que cree que todos deben tener acceso a la educación y cultura.

El evento fue inaugurado por My Diem Nguyen, responsable de Asuntos Estudiantiles del programa de estudios asiático-americanos, y que ayudó a organizar una manifestación el 24 de abril contra los intentos del gobierno estadounidense de deportar a inmigrantes vietnamitas, laosianos y camboyanos. Ella señaló que las actuales protestas estudiantiles dan mucha vigencia a la historia de los tres generales cubano-chinos. “Fue una inspiración leer cómo el movimiento empezó con estudiantes en las escuelas, con jóvenes que se organizaban”, dijo.  
 
Ejemplo de agricultura cubana
Wendy Ho, directora de estudios asiático-americanos, quien moderó, explicó que sus propios antepasados llegaron a Hawai para trabajar en las plantaciones. Señaló el ejemplo, que el libro explica, del desarrollo de la agricultura urbana en Cuba en respuesta a la escasez de alimentos en los años 90. “Debemos examinar esto”, dijo, “dado los motines por la falta de alimentos en Africa, Etiopía, las Américas, Haití, donde hay hambre y escasean alimentos básicos como el arroz y el trigo”.

La panelista Luz Mena, profesora de estudios de la mujer y el género, imparte un curso popular sobre “Mujer y revolución y vivió en Cuba a principios de los 90 durante lo peor de la crisis económica conocida como el Periodo Especial. Viaja frecuentemente a Cuba para investigar la historia de La Habana del el siglo XIX. Empezando en la década de 1840, dijo, centenares de miles de chinos fueron traídos para remplazar y trabajar junto a los esclavos africanos en las plantaciones azucareras. “Habían motivos racistas detrás de esto. Los colonialistas españoles temían una toma del poder por los negros como sucedió en Haití”, dijo. “Ella describió la resistencia de los obreros chinos al trato racista.

Mary-Alice Waters, presidenta de Pathfinder, describió cómo los tres generales llegaron a ser revolucionarios. Explicó cómo, al llevar a cabo una profunda reforma agraria, eliminar el analfabetismo, tomar medidas para prohibir la discriminación racista e incorporar a más mujeres a la fuerza laboral, entraron en conflicto con los intereses de los capitalistas en Cuba y Estados Unidos. Ante esta resistencia, “simplemente se negaron a retroceder”, dijo Waters, “organizando a millones de trabajadores a tomar los campos y las fábricas y minas en sus propias manos”.

Waters relacionó el amplio interés en Nuestra historia aún se está escribiendo con la resistencia obrera en Estados Unidos hoy día y el papel de vanguardia de muchos trabajadores y estudiantes inmigrantes.

En el periodo de discusión, un estudiante de origen cubano cuestionó si era positivo que los generales, y el ejército cubano, estuviera envuelto en tantas cosas. “No confío en el ejército norteamericano para que extienda su influencia, que esté envuelto en la educación y otros temas”, dijo.

“Respecto al ejército norteamericano, estoy de acuerdo 100 por ciento”, respondió Waters. “El ejército norteamericano es un ejército imperialista que no actúa en los intereses tuyos o míos. Defiende el capitalismo y los intereses de los grandes intereses propietarios estadounidenses por todo el mundo”.

“El ejército cubano es lo contrario”, dijo. “Es una cuestión de clase. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias nacieron al fragor de la lucha para derrocar a la dictadura de Batista, de la defensa de Cuba contra el imperialismo, como vimos en Bahía de Cochinos, y de la “crisis de los misiles”. Esto se refleja en la composición de las fuerzas armadas. Defiende los intereses del pueblo trabajador de Cuba. Tienen como política que el 50 por ciento de los estudiantes que ingresan a las escuelas de formación de oficiales provienen de familias obreras y campesinas”.

“No hay una casta privilegiada de oficiales como en la antigua Unión Soviética, en China o en Vietnam”, dijo Waters. “En los años 80, cuando el gobierno soviética presionó para que se hiciera lo contrario, rechazaron tajantemente los privilegios para oficiales militares como hospitales y centros de turismo especiales y raciones adicionales”.

En respuesta a la pregunta de una estudiante, Waters dijo que la posibilidad de los cubano de tener mayor acceso a teléfonos celulares refleja los avances económicos en Cuba. Las limitaciones anteriores en la disponibilidad de los teléfonos celulares, dijo, se debieron principalmente a que Cuba todavía no tenía la infraestructura necesaria para satisfacer la demanda.

“Muchos de mi generación conocemos poco sobre Cuba excepto lo que oímos en los medios sobre Fidel y Che: a Fidel lo presentan como el malo absoluto, y a Che lo convierten en un ídolo pop”, dijo Verónica López después del evento. “Lo que me impresionó de la discusión es que ésta es una revolución que tumbó el racismo”.  
 
 
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