Vol. 72/No. 28 14 de julio de 2008
La decisión anuló leyes en seis estados que permiten ejecuciones en dichos casos. En Louisiana dos hombres enfrentaban la pena capital por ese delito cuando se dictó este fallo.
La pena de muerte en estos casos es “cruel e inusual”, afirmó la decisión de la corte. Hay una diferencia “entre el homicidio intencional de primer grado, por un lado, y delitos contra individuos que no son homicidios, incluidos casos de violación de niños, por el otro”.
Por horroroso que sea el delito, “la pena de muerte no es un castigo proporcional por la violación de un niño”, escribió el juez Anthony Kennedy. Dijo que existe un consenso nacional contra la aplicación de la pena capital por estos delitos, demostrado por el número de estados donde actualmente no se aplica. Cuarenta y cuatro estados prohíben la pena de muerte para cualquier tipo de violación sexual.
No obstante, la corte afirmó que aún se puede usar la pena capital en casos de “delitos contra el estado” como traición, espionaje y “terrorismo”.
Los candidatos presidenciales demócrata y republicano manifestaron su oposición al fallo judicial. El republicano John McCain dijo que “atenta contra los intentos de las fuerzas del orden de castigar a estos criminales atroces por el delito más despreciable”.
El demócrata Barack Obama argumentó que en estos casos la pena de muerte es “al menos aplicable potencialmente” y no viola la constitución si los estados la aplican bajo “circunstancias limitadas y bien definidas”.
Ambos senadores han apoyado consecuentemente la pena de muerte.
Róger Calero, candidato presidencial por el Partido Socialista de los Trabajadores, respondió, “La pena de muerte es un arma de terror que la clase dominante y su gobierno usan para recordarle al pueblo trabajador lo que nos tocará cuando decidamos luchar por nuestros derechos”.
Hablando en un foro en Nueva York, Calero explicó cómo el gobierno capitalista usa la pena capital para tratar de infundir temor, ya sea con ejecuciones legales usando la silla eléctrica o una inyección letal, o con ejecuciones extralegales cuando la policía asesina con impunidad a trabajadores y jóvenes en la calle.
“La reafirmación por la Corte Suprema de la pena capital en llamados delitos contra el estado se enmarca en los preparativos de los gobernantes capitalistas para usar esta arma contra sindicalistas y otros que resisten los ataques a nuestros derechos y nivel de vida”, dijo el candidato socialista. “La pena de muerte debe abolirse por completo”.
Actualmente hay más de 3 300 hombres y mujeres presos en el pabellón de la muerte en Estados Unidos. La gran mayoría son trabajadores y el 42 por ciento son afroamericanos.
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