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Vol. 72/No. 32      18 de agosto de 2008

 
Conferencia Socialista envia saludos
a los Cinco Cubanos
(especial)
 
A continuación reproducimos los saludos enviados por la Conferencia Socialista Educacional y de Trabajadores Activos a los Cinco Cubanos: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González, y René González. La conferencia tuvo lugar en Oberlin, Ohio, del 10 a 13 de julio. Los Cinco son revolucionarios que están cumpliendo sentencias severas en cárceles estadounidenses—incluyendo tres a cadena perpetua. Fueron arrestados en 1998 en Miami donde estaban vigilando las actividades de grupos derechistas cubano-americanos quienes, con la aprobación de Washington, han llevado a cabo ataques contra Cuba revolucionaria por varias décadas. Después de ser condenados por cargos fabricados de conspiración, los cinco han estado encarcelados desde entonces.

12 de julio de 2008

Estimados Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René:

Calurosos saludos y un abrazo fuerte de parte de los 400 trabajadores, agricultores, estudiantes y otras personas de todo Estados Unidos y otras partes del mundo que participan en la Conferencia Socialista Educacional y de Trabajadores Activos, celebrada del 10 al 13 de julio en Oberlin, Ohio, organizada por el Partido Socialista de los Trabajadores y la Juventud Socialista.

Aunque estén encerrados en este país contra su voluntad y la nuestra, el ejemplo que ustedes están sentando en las primeras filas de la lucha de clases en Estados Unidos nos fortalece a todos. Un número creciente de personas ha llegado a reconocer vuestra claridad política, dignidad e inquebrantable confianza en las capacidades —la humanidad— de millones de hombres y mujeres sencillos en Cuba y en todo el mundo que luchan por liberarlos.

La peor crisis financiera capitalista desde el inicio de la Gran Depresión de los años 30 incide cada vez más en todo aspecto de la lucha de clases que se va agudizando en Estados Unidos y a nivel internacional. A medida que las familias gobernantes se ven obligadas a tratar de resolver la crisis del sistema capitalista a costa nuestra, va creciendo en este país una vanguardia de la clase trabajadora. Forjada en el crisol de la resistencia a los ataques de los patrones, su gobierno, sus partidos políticos y su policía, esta vanguardia combativa ya ha salido a las calles en protestas tanto grandes como pequeñas, en ciudades y pueblos por todo Estados Unidos. Desde la primavera de 2006, han participado millones de personas, literalmente.

La respuesta desafiante de trabajadores tanto inmigrantes como nacidos en Estados Unidos ante la reciente redada en una fábrica en Postville, Iowa —el mayor ataque de este tipo en la historia de Estados Unidos— que prácticamente convirtió al pueblo cercano de Waterloo en un campo de concentración, da un indicio del espíritu combativo. El gesto expresivo de las obreras recién arrestadas, quienes se incorporaron a los piquetes de protesta con los pantalones arremangados para mostrar los brazaletes electrónicos que les obligan a portar, capta su voluntad combativa de “sí se puede” más nítidamente que mil palabras.

A medida que batallamos para conquistar y ejercer el poder sindical para detener las redadas en las fábricas y las deportaciones, para exigir la legalización de todos los inmigrantes, y para proteger la vida y el bienestar físico en los centros de trabajo, esta vanguardia, con una creciente claridad, reconocerá que la lucha por la libertad de ustedes es al mismo tiempo una lucha para defender nuestros derechos y el espacio político que necesitamos aquí para organizarnos y defendernos.

Las leyes y medidas que el gobierno de Estados Unidos usó para fabricarles un caso y declararlos culpables son las mismas que están usando diariamente contra el pueblo trabajador —intercepciones inconstitucionales de las comunicaciones, espionaje policiaco y operaciones de registro e incautaciones en hogares; leyes contra el “robo de identidad”; denegación del derecho a un juicio por un jurado imparcial de nuestros iguales; denegación del acceso (tanto a los abogados defensores como a los acusados) a las “pruebas” en las cuales la fiscalía basa sus cargos amañados; el uso de cargos de “conspiración” cuando no pueden probar violaciones de sus leyes; castigos crueles e inusuales, incluyendo meses de confinamiento solitario y lockdowns en las prisiones; denegación del derecho de visitas de esposas, hijos, padres y otros seres queridos— y muchísimo más.

La promulgación esta semana de una ley, aprobada con amplio apoyo bipartidista en ambas cámaras del Congreso, para ampliar los poderes de intercepción de comunicaciones y vigilancia electrónica por parte de las agencias policíacas del gobierno norteamericano es solo la más reciente ilustración de lo que pretenden hacer. Hasta dónde podrán llegar en ese sentido: eso depende de nosotros.

Hemos aprovechado esta conferencia a fin de prepararnos mejor para explicar estos hechos a nuestros compañeros de trabajo, agricultores, estudiantes y todos los que rehúsan aceptar el futuro que nos depara el capitalismo. A todos aquellos que, en números cada vez mayores, lucharán contra dicha catástrofe y por un futuro socialista. Sabemos que más y más de ellos también se verán convencidos de ver el ejemplo de la Revolución Cubana como el camino que nuestra clase debe seguir, y al seguir ese curso el ejemplo que ustedes nos brindan resultará ser una arma poderosa.

Al igual que ustedes, no dejaremos de luchar hasta que cada uno de ustedes esté libre.

Reciban nuestros más calurosos saludos fraternos,

Róger Calero
A nombre de los conferencistas
 
 
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