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Vol. 72/No. 40      13 de octubre de 2008

 
Banqueros piden rescate,
se restringe el crédito
(portada)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
30 de septiembre—Con un voto de 228 a 205 la Cámara de Representantes rechazó el 29 de septiembre un plan de rescate de 700 mil millones de dólares para comprar de los bancos valores y otros “activos” cuyos valores han declinado rápidamente. La noticia de la derrota del proyecto de ley produjo una caída precipitosa de los precios de las acciones; con pérdidas de 1.2 billones de dólares en el peor declive en un día desde la caída de la bolsa de valores en 1987. El índice industrial de Dow Jones cayó casi 778 puntos.

Mientras el proyecto estaba bajo consideración en la cámara, se desplomaron dos de los bancos comerciales más grandes de Estados Unidos, el Washington Mutual y el Wachovia. El Congreso está considerando una nueva versión del proyecto de ley.

La declaración de bancarrota del banco de inversión Lehman Brothers el 15 de septiembre “provocó una reacción en cadena que desordenó por completo los mercados de crédito”, dijo el Wall Street Journal. “Aceleró la espiral de caída de la gigante compañía de seguros American International Group Inc. y precipitó pérdidas para todos, desde los pensionados noruegos a inversionistas en el Reserve Primary Fund, un fondo mutual de inversión estadounidense que supuestamente era tan seguro como el dinero en efectivo”.

“Al extenderse el miedo”, escribió Robert Samuelson en el Washington Post, “las instituciones financieras se volvieron reticentes a comerciar una con la otra, porque nadie sabía quién era solvente y quién no”.

Los gobernantes estadounidenses esperan que al dar cantidades masivas de dinero a los bancos podrán desatascar el congelamiento de crédito que sufren los bancos y el sistema financiero mundial.  
 
No es una política errónea
Sin embargo, la crisis financiera no es el resultado de una política equivocada, de falta de regulación adecuada o de una pérdida temporaria de confianza, sino el producto del hecho de que los capitalistas invirtieron cantidades masivas de dinero en todo tipo de papel financiero con la esperanza de sacar ganancias gigantescas, mucho mayores que las que podían obtener invirtiendo en la producción o en la creación de fábricas nuevas. Crearon enormes balones de deuda que se están desinflando rápidamente. Lo único que puedan hacer ahora es postergar sus problemas inmediatos. Al profundizarse la crisis eventualmente se verán despidos masivos que tendrán un impacto sobre millones de trabajadores.

Bajo el proyecto de ley, si el gobierno no recupera su dinero en un periodo de cinco años, el presidente tendrá que presentar un plan para recuperar el dinero “de las entidades que se beneficien del programa”. El gobierno prometió aprobar ajustes “razonables” de las hipotecas que tome bajo control.

Los candidatos presidenciales, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama respectivamente, anunciaron el 28 de septiembre que apoyaban el plan. Cuarenta por ciento de los legisladores demócratas y dos tercios de los republicanos votaron en contra el plan, con la esperanza de que esto mejorará las posibilidades de sean reelegidos en noviembre. Varios de ellos comentaron sobre la falta de popularidad del plan de rescate entre los trabajadores.

Quizás ni los 700 mil millones sean suficientes. “Una gama amplia de prestatarios, no solamente los deudores hipotecarios, están comenzando a incumplir sus deudas”, comentó un artículo en Australian Business. “Aproximadamente el 2.4 por ciento de los pagos de tarjetas de crédito están retrasados más de 90 días, según la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), el nivel más alto desde 1991.

En los últimos días de septiembre seis gobiernos en Europa se comprometieron a dar 160 mil millones de dólares para rescatar grandes instituciones financieras. Estas incluyen a Bradford & Bingley en el Reino Unido, Fortis en Bélgica, Hypo Real Estate Group en Alemania, Dexia Bank en Francia y Bélgica, y Glitnir Bank en Islandia.  
 
El fallo bancario más grande
El colapso de Washington Mutual es el fracaso bancario más grande en la historia de Estados Unidos. Ocurrió cuando clientes bancarios retiraron 16.7 mil millones de dólares de depósitos durante 10 días, el 9 por ciento de los 188 mil millones de dólares en depósitos de este banco.

El FDIC tomo control del banco Washington Mutual, cuando el precio de las acciones del banco cayeron a 45 centavos el 25 de septiembre, e inmediatamente lo vendió por 1.9 mil millones de dólares a J.P. Morgan Chase.

Es posible que todos sus fondos se hubieran gastado si el FDIC, que asegura depósitos de hasta 100 mil dólares, hubiera tenido que cubrir los depósitos asegurados en Washington Mutual y Wachovia.
 
 
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