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Vol. 73/No. 22      8 de junio de 2009

 
Casa Blanca usa pretexto
de ‘terror’ vs. derechos
(portada)
 
POR DOUG NELSON  
En un discurso que dio el 21 de mayo sobre “seguridad nacional” —presentado como crítica de la política de la ex administración Bush— el presidente norteamericano Barack Obama defendió el uso de tribunales militares, la “detención preventiva” por tiempo indefinido y el “privilegio de secretos estatales” del gobierno.

El presidente afirmó que su administración buscaba mejorar la imagen de Washington en el mundo. Criticó la prisión de Guantánamo y la autorización de técnicas de tortura por parte de Bush, diciendo que éstas habían socavado “la campaña militar y contraterrorista” de Washington.

Sin embargo, el principal objetivo de su discurso era justificar la ampliación y legitimación de los ataques del gobierno norteamericano contra los derechos constitucionales en nombre de la lucha contra el “terrorismo”.

Ya el año pasado había quedado evidente que la mayoría de la clase dominante estadounidense y la administración Bush habían comenzado a considerar la existencia de la prisión de Guantánamo —y el conocimiento público de las condiciones inhumanas y falta de derechos en esa prisión— como una desventaja política.

El 22 de enero Obama emitió una orden ejecutiva en que prometió cerrar la prisión de Guantánamo en el plazo de un año. El Senado, en una votación de 90 contra 6, rechazó el 20 de mayo la petición presidencial de 80 millones de dólares para cerrar la prisión. Los legisladores alegaron que Obama no había presentado un plan al Congreso sobre el destino de los 240 reos que permanecen.

Obama criticó a Bush por crear un sistema en Guantánamo en el que solo tres presos fueron juzgados y declarados culpables en siete años, y donde más de 525 presos fueron puestos en libertad.

Al mismo tiempo que toma una posición crítica sobre la muy conocida prisión en Guantánamo, la administración Obama ha insistido en que los presos provenientes de todas partes del mundo que se encuentran en la base estadounidense en Bagram, Afganistán, pueden ser encarcelados indefinidamente sin acusaciones contra ellos y sin derecho a impugnar su detención.

Obama dijo que el objetivo de su administración “es definir un marco jurídico legítimo” para el encarcelamiento indefinido de los presos de Guantánamo que “representan un peligro” pero no pueden ser procesados.

En su decreto presidencial de enero, Obama había suspendido el trabajo de los tribunales militares mientras una comisión especial revisaba los procedimientos.

El Congreso estableció en 2006 las actuales reglas para los tribunales de Guantánamo. El juez y el jurado son militares nombrados por el Pentágono. En estas cortes se permite usar como pruebas los rumores, la evidencia secreta y las confesiones obtenidas por amenazas, golpizas y otras formas de tortura.

En su discurso Obama abordó el tema de los juicios militares. Los que “violan las leyes de guerra”, dijo Obama, deben ser juzgados por tribunales militares, que permiten usar pruebas que “no siempre se pueden presentar con efectividad en los tribunales federales”.
 
 
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