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Vol. 73/No. 28      27 de julio de 2009

 
‘Reforma’ del seguro
médico beneficia a ricos
(portada)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
Diversos proyectos de “reforma de salud” que se debaten en el Congreso representarían una bonanza de ganancias para las compañías de seguros, crecientes gastos para los trabajadores y grandes recortes en los programas de Medicare y Medicaid. La administración del presidente Barack Obama ha declarado que la aprobación de una ley sobre el seguro médico es una de sus prioridades legislativas este año.

Los proyectos que se debaten en el Senado y la Cámara de Representantes obligarían a los residentes de Estados Unidos a comprar seguro médico, ya sea de compañías privadas o de un plan del gobierno. Habría severas multas para los que no se inscriben. Ninguna de las propuestas brindaría seguro médico para los trabajadores indocumentados.

Un proyecto del Senado impondría multas de más de mil dólares contra individuos que no tengan seguro médico, y sumas aún mayores contra familias.

Los trabajadores que sí compran seguro tendrían que pagar no solo las primas sino elevados co-pagos y deducibles. Un “paquete de beneficios esenciales” que incluye la hospitalización y visitas al consultorio con un plan de “bajo costo” cubriría apenas el 65 por ciento de los costos como promedio.

La Cámara de Representantes debate un plan para limitar los co-pagos y deducibles anuales a 11 600 dólares para las familias y a 5 800 dólares para los individuos.

En 2006 el estado de Massachusetts promulgó una ley de seguro médico obligatorio. Desde entonces el porcentaje de las personas sin seguro bajó del 6 por ciento al 2.6 por ciento. “Muchos de los recién ‘cubiertos’ todavía no pueden comprar siquiera servicios médicos básicos,” afirmó un artículo del Washington Examiner fechado el 6 de julio. “En los últimos 12 meses, un 10 por ciento de los residentes del estado no pudieron comprar una receta médica, incumplieron un pago de una factura médica o se abstuvieron de acudir a servicios médicos esenciales.

La administración Obama ha prometido que la mayoría de los costos de un paquete de “reforma de salud” se financiará con importantes recortes en gastos para la salud. Dos tercios de los 948 mil millones de dólares que el presidente proyecta “ahorrar” a lo largo de 10 años serían el resultado “de una serie de reducciones en gastos proyectados de Medicare,” observó el New York Times.

Con ese fin, las asociaciones de hospitales han anunciado un arreglo en que el gobierno reduce sus pagos por el Medicare y Medicaid en 155 mil millones de dólares en la próxima década.

El Comité de Finanzas del Senado ha sugerido reducir los pagos del Medicare en los casos donde los gastos individuales del beneficiario sean más del promedio nacional. Unos de los argumentos a favor de dichos recortes es reducir el “uso excesivo de servicios médicos” y que los procedimientos médicos caros deben ser “de costo eficaz”.

Entre otras propuestas que se contemplan en el Congreso son impuestos a los beneficios médicos de empleados y mayores impuestos a los refrescos azucarados, a los productos de tabaco y a las bebidas alcohólicas.

El gobierno podría ofrecer limitados subsidios a algunos trabajadores para comprar primas de seguro. La Cámara de Representantes también debate ampliar levemente el número de personas con derecho al Medicaid, a fin de cubrir a individuos con ingresos de hasta el 133 por ciento del nivel federal de pobreza ($14 404).

Obama ha dicho que está a favor de un plan gubernamental que compita con las aseguradoras privadas. Pero no propone un sistema único administrado por el gobierno. En una asamblea municipal el 1 de julio en Annandale, Virginia, dijo que dicha medida “podría ser sumamente perjudicial”.

Hay unos 46 millones de personas desprovistas de seguro médico en Estados Unidos, según la Oficina del Censo. De estos, unos 18 mil mueren cada año por falta de acceso a servicios médicos, según un estudio del Instituto de Medicina.  
 
 
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