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Vol. 73/No. 29      3 de agosto de 2009

 
300 mil tamiles
internados en Sri Lanka
(portada)
 
POR DOUG NELSON  
El gobierno de Sri Lanka tiene detenidos a unos 300 mil tamiles en campos de concentración inmundos por tiempo indefinido. El internamiento indiscriminado de los tamiles vino tras la derrota de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).

Las acciones del gobierno después de su ofensiva militar demuestran claramente que su guerra no estaba dirigida exclusivamente contra la guerrilla tamil sino de forma más amplia contra el pueblo tamil. Los tamiles han sido sometidos a la discriminación y la violencia bajo los gobiernos dominados por la mayoría cingalés en las décadas posteriores a la independencia del país de Gran Bretaña en 1948.

Los límites de los campos de concentración están marcados con alambre concertina y guardias armados. Nadie puede salir. Está restringido el acceso de reporteros e investigadores de derechos humanos a determinadas áreas bajo estricta supervisión.

Los informes de prensa indican que la falta de agua, comida y servicios higiénicos en los campamentos hacinados, ha resultado en muertes por enfermedades y desnutrición. Personal de organizaciones de asistencia humanitaria han reportado acusaciones de abusos físico y sexual a manos del ejército. Han ocurrido protestas en algunos de los campamentos, según el servicio de noticias al-Jazeera.

Los campamentos están diseminados por toda la Provincia Norte del país, zona que antes era controlada por el LTTE.

A pesar de que el gobierno ha afirmado que va a reubicar al 80 por ciento de los tamiles en los campos de concentración para finales de este año, la construcción de instalaciones en el campamento principal sugiere que por lo menos algunas de las áreas están siendo preparadas como asentamientos permanentes.

El gobierno dice que el prolongado internamiento es necesario para limpiar a la población de aquellos que tengan conexiones con el LTTE, cuya dirección central y muchos de sus miembros fueron aniquilados en los cinco meses de la ofensiva militar.

Cada semana, unos 20 o 30 jóvenes son delatados por informantes encapuchados y removidos de los campos, según la organización de derechos humanos Sri Lanka Information Monitor. Sri Lanka ocupa el segundo lugar en el mundo en el número de desaparecidos, según informes de Naciones Unidas.

La ofensiva militar del ejército de Sri Lanka realizada de enero a mayo fue la última ronda en la guerra de 26 años del gobierno contra el LTTE y otros grupos armados tamiles, que ha costado hasta 100 mil vidas.

A pesar de que de hecho el LTTE ha sido aniquilado, el ejército de Sri Lanka anunció su intención de aumentar sus fuerzas, de 200 mil a 300 mil efectivos, para establecer una base permanente en la región norteña tamil.

Un grupo de Sri Lanka llamado Maestros Universitarios por los Derechos Humanos ha informado de las atrocidades cometidas por ambos bandos. Según este grupo, existen testigos que dicen que las fuerzas del gobierno utilizaron excavadoras motorizadas para enterrar a los heridos junto con los muertos y masacraron a combatientes del LTTE, incluso a mujeres y niños, después que se rindieran y fueran desarmados.

Según el informe del grupo, el LTTE también mató a civiles intencionalmente y sacrificó de forma innecesaria a muchos de sus jóvenes combatientes. “Aún cuando los dirigentes del LTTE discutían los términos de la rendición”, dice, “estaban enviando a cuadros suicidas muy jóvenes para que retrasaran el avance del ejército”. El informe condenó al LTTE, diciendo que ellos “ahogaban a las voces alternativas” y reclutaban a niños para sus fuerzas armadas.

Naciones Unidas estima que 7 mil civiles murieron y 14 mil fueron heridos durante la ofensiva que duró cinco meses.

Según el último censo del gobierno en 2001, se estima que había 3.1 millones de tamiles en Sri Lanka, aproximadamente 16.5 por ciento de la población. Tres cuartas partes del país es cingalés.  
 
 
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