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Vol. 73/No. 30      10 de agosto de 2009

 
Conferencia debate legado chino en
Nueva Zelanda, y el mundo
(portada)

POR PATRICK BROWN  
AUCKLAND, Nueva Zelanda—Unas 320 personas participaron en una conferencia internacional celebrada aquí del 17 al 19 de julio que trató sobre la historia de los chinos-neozelandeses y de la diáspora china alrededor del mundo en los últimos dos siglos. La mayoría de los participantes fueron ciudadanos neozelandeses de ascendencia china, a quienes se sumaron muchos otros residentes de Nueva Zelanda y personas de otros países.

La filial de Auckland de la Asociación China de Nueva Zelanda organizó la conferencia, conjuntamente con la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos en Ultramar (ISSCO), una asociación de individuos enfocados en la investigación y la educación sobre los chinos en países por todo el mundo.

Casi la mitad de los 70 oradores de la conferencia vinieron de afuera de Nueva Zelanda. La mayoría provino de Asia, otros de las Américas, Australia, Europa y Rusia.

Varias de las sesiones plenarias en la sala de conferencias en la escuela de negocios de la Universidad de Auckland se enfocaron en las historias de chino-neozelandeses involucrados en negocios, las artes y el deporte. En otras sesiones plenarias se debatió los cambios en los patrones de la migración china en el mundo. En una sesión bajo el título “El peligro amarillo, los primeros chinos en Nueva Zelanda”, dos historiadores neozelandeses describieron la violencia racista y las diversas formas de discriminación que los chinos y otros inmigrantes asiáticos enfrentaron aquí a finales del siglo 19 y principios del 20.

Docenas de participantes asistieron a sesiones en grupos pequeños de trabajo organizados por ISSCO. Estos paneles abordaron temas tan diversos como “Esquemas de trabajadores de contrata indios y chinos en Sudáfrica”, presentado por Karen Harris de la Universidad de Pretoria; “Los inmigrantes chinos y su interacción local en Guinea Ecuatorial”, presentado por Mario Esteban de la Universidad Autónoma de Madrid; e “Intereses corporativos y el racismo medioambiental en una lucha comunitaria para la educación de inmigrantes adultos en el Barrio Chino de San Francisco”, en la que se describió el reciente éxito de una lucha que duró 30 años para que el Colegio Comunitario de San Francisco abriera un recinto en el Barrio Chino, que fue presentada por Ling-chi Wang de la Universidad de California, Berkeley.

Una ponencia sobre la “Singular historia de los chinos en Cuba” por Mary-Alice Waters, la editoria de la obra Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana, fue presentada en otro de los paneles de ISSCO. Este mismo panel también discutió “Los chinos en El Cabo colonial a finales del siglo 19”, presentado por Karen Harris, y “La historia de Nueva Zelanda y el paradigma chino del siglo 18”, presentado por Lewis Mayo de la Universidad de Melbourne. La ponencia de Waters se ha publicado en este número en inglés.

Las sesiones organizadas por ISSCO añadieron un espacio al encuentro, que ha sido el último de las conferencias que fueron iniciadas hace cinco años por la Asociación China de Nueva Zelanda. Las conferencias se han llevado a cabo anualmente desde 2005, excepto en 2008.

Tres años antes del primero de estos encuentros, la ex primer ministro neozelandés Helen Clark del Partido Laboral pidió disculpas públicamente por el “impuesto por persona” ordenado por la Ley del Inmigrante Chino de 1881. Esa ley exigía que todo inmigrante chino que entrase en Nueva Zelanda pagara un impuesto personal de 10 libras. En 1896 ese impuesto subió a 100 libras, una suma alta en la Nueva Zelanda del siglo 19.

El impuesto se recolectó hasta 1934. Y no fue abolido oficialmente por otros diez años, cuando la alianza durante la guerra entre el Partido Nacionalista de China y los gobiernos imperialistas que combatían contra Tokio también llevó a la abolición de medidas en contra de los chinos en Estados Unidos, Canadá y otras partes.

La conferencia de 2005 aplaudió las disculpas del primer ministro y expresó su solidaridad con una campaña en Canadá para exigir una disculpa del gobierno y compensación por un impuesto similar —conocido en Canadá como “impuesto por cabeza” que estuvo en vigor de 1885 a 1923. En 2006 el gobierno canadiense emitió una disculpa y prometió una compensación “simbólica”.

En la conferencia de este año, Manying Ip, dirigente de la Asociación China de Nueva Zelanda y Directora de ISSCO en Oceanía, explicó, “la xenofobia y el escándalo anti inmigrante de los 1990s han despertado un sentido de deja vu entre los chinos”.

Se refería a la respuesta de sectores derechistas al aumento en la inmigración asiática que surgió después de la introducción por parte del gobierno de Nueva Zelanda en 1991 de un nuevo criterio para entrar al país, diseñado para garantizar a los capitalistas del país acceso a mano de obra preparada. La subsiguiente afluencia de inmigrantes fue denominada como una “invasión asiática”, por el derechista Primer Partido de Nueva Zelanda dirigido por el ex ministro de gabinete Winston Peters del Partido Nacional.

Desde el principio, estos encuentros organizados por la Asociación China en Nueva Zelanda han sido conocido como las conferencias “Volviéndose Bananas”. Por ejemplo, el evento de este año adoptó el lema, "Dragones creciendo, Bananas aumentando".

La página web de la conferencia explica que históricamente “Bananas es un término despectivo utilizado para describir a asiáticos nacidos fuera de Asia que han adoptado características culturales occidentales: amarillos por fuera, blancos por dentro. En tiempos recientes se ha recuperado como símbolo de identificación de los que viven fuera de Asia y que celebran y abrazan la mezcla de culturas e influencias orientales y occidentales”.

La conferencia ha reafirmado la identidad de la comunidad china-neozelandesa ante la discriminación y las presiones de volverse invisible. El presidente de la Asociación China Kai Luey, por ejemplo, le dijo al New Zealand Herald en abril que la imagen que la gente en Nueva Zelanda “tiene de los chinos no es necesariamente tan buena como nos gustaría que fuese, y esperamos que la conferencia de este año ayude a mejorarla o por lo menos que ayude a mejorar el entendimiento que tenemos sobre China y los chinos”.

Al mismo tiempo, los organizadores de la conferencia y los oradores frecuentemente se refirieron a tal discriminación como algo principalmente del pasado y repiten el nacionalismo de los gobernantes capitalistas aquí, que buscan como promover la “diversidad multicultural” del país con el propósito de encubrir las desigualdades de clase y el continuo saqueo del imperialismo de Nueva Zelanda del fruto de la labor de los trabajadores en el país, por todo el Pacífico y Asia, y más allá.

En el artículo del New Zealand Herald en abril, por ejemplo, Luey recalcó que la asociación habla en nombre de aquellos “nacidos en Nueva Zelanda cuya lealtad es a Nueva Zelanda” y que “somos principalmente gente occidental y por eso nos llamamos ‘bananas’”.

En la clausura de la conferencia, Manying Ip notó que este año los participantes de la conferencia fueron más jóvenes que en eventos anteriores y que entre estos había un número mayor de nuevos inmigrantes de China.

Esta afluencia más reciente desde China y otras partes de Asia están transformando la sociedad y la clase trabajadora en Nueva Zelanda. En un discurso principal en la conferencia, el presidente de ISSCO Leo Suryadinata, director del Centro para la herencia china en Singapur, señaló que la proporción de nuevos inmigrantes chinos en la población total de Nueva Zelanda ha aumentado de un poco más de 1 por ciento en 1990 a 3,6 por ciento en 2006.

Esta inmigración se ve registrada también en otros países imperialistas a medidas que más chinos salen en búsqueda de trabajos en ultramar, con menos ellos relativamente viajando a Asia Sudoriental, que continúa siendo el destino más grande de chinos en el exterior.

Actualmente, el 10 por ciento de la población de Nueva Zelanda se identifica como proveniente de un país asiático, y en Auckland, el número es casi el doble. En 2006 alrededor del 22 por ciento de los residentes de Nueva Zelanda eran nativos de otros países. Desde 1996 hasta 2004 China ha sido el principal país de proveniencia de nuevos inmigrantes.  
 
 
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