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Vol. 73/No. 33      31 de agosto de 2009

 
Cómo Washington armó caso
amañado contra revolucionario cubano
Hechos sobre derribo de aviones en 1996
(especial)

(Sexto de una serie)

La semana pasada el Militante publicó la séptima parte de una serie sobre el caso de los Cinco Cubanos escrita por Martín Koppel, habiéndonos brincado involuntariamente la sexta parte. Previamente el Militante publicó las primeras cinco partes. A continuación publicamos la sexta parte. El editor ofrece sus disculpas por este error.

POR MARTÍN KOPPEL  
¿Qué pasó el 24 de febrero de 1996 frente a la costa de La Habana? Los hechos ayudan a exponer el caso amañado que el gobierno norteamerican montó contra Gerardo Hernández, uno de los cinco revolucionarios cubanos que cumplen largas condenas de cárcel en Estado Unidos.

Hernández fue sentenciado a doble condena perpetua más 15 años, acusado falsamente, entre otras cosas, de “conspiración para cometer homicidio”. En una acusación sin precedentes, los fiscales federales lo responsabilizaron del acto soberano del gobierno cubano de derribar dos aviones hostiles que invadieron su territorio.

El 24 de febrero de 1996, tres avionetas despegaron del aeropuerto de Opa-locka cerca de Miami y penetraron el espacio aéreo cubano. Estaban pilotadas por miembros de Hermanos al Rescate, un grupo contrarrevolucionario cubanoamericano que durante años había organizado vuelos provocadores sobre territorio cubano a pesar de las repetidas advertencias cubanas a Washington numerosas veces. Esta vez, después que desafiaron advertencias de los controladores aéreos cubanos, dos de las avionetas fueron derribadas por la fuerza aérea cubana.

Sin embargo, funcionarios del gobierno norteamericano ha intentado convertir a las víctimas en criminales y a los criminales en víctimas. Alegan que Hermanos al Rescate estaba realizando una misión “humanitaria” para rescatar a cubanos en balsas que intentaban alcanzar la costa de Florida. Aseveran que los aviones fueron derribados en el espacio aéreo internacional y no cubano. Y alegan que Hernández sabía de antemano que existía un plan para derribar los aviones ese día.

¿Cuáles son los hechos?  
 
Basulto: matón entrenado por CIA
Lejos de ser un humanitario, José Basulto, dirigente fundador de Hermanos al Rescate, es un contrarrevolucionario entrenado por la CIA. Al ser interrogado durante su testimonio en marzo de 2001 en el juicio federal contra los cinco revolucionarios cubanos, Basulto reconoció con orgullo su largo historial.

En su testimonio Basulto dijo que después del triunfo de la Revolución Cubana fue entrenado por la CIA en Panamá, Guatemala y Estados Unidos en temas de “inteligencia, comunicaciones, explosivos, sabotaje y subversión”, informó el Miami Herald del 13 de marzo de 2001. La CIA lo infiltró a Cuba, con la identidad de un estudiante de física en la Universidad de Santiago, para ayudar a preparar la invasión mercenaria en Playa Girón que Washington organizó en 1961, y que fue aplastada por el pueblo cubano en 72 horas.

En agosto de 1962, Basulto y otros contrarrevolucionarios llevaron a la costa habanera una lancha armada con un cañón de 20 milímetros y dispararon contra el hotel Sierra Maestra y un teatro cercano. En los años 80 transportó suministros en avión para los contras organizados por Washington, los cuales intentaban derrocar la revolución nicaragüense.

Basulto, quien llegó a ser un empresario adinerado en Miami, dijo en su testimonio que organizó Hermanos al Rescate en 1991 como “grupo humanitario para rescatar a balseros”. Esta fue la pantalla bajo la cual el grupo llevó a cabo numerosas operaciones provocadoras sobre las costas cubanas, y de paso se embolsilló millones en donaciones a su organización “benéfica sin fines de lucro”.

Sin embargo, el grupo cambió de táctica después de los acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos en 1994 y 1995, bajo los cuales las autoridades norteamericanas empezaron a devolver a la isla a cubanos que encontraban en alta mar. En su testimonio Basulto reconoció, dijo el Miami Herald, que “sin los balseros, el dinero se evaporó”.  
 
Provocaciones contra Cuba
Alentados por la inacción de Washington, Hermanos al Rescate aumentó sus vuelos provocadores sobre Cuba en 1994. El 10 de noviembre de ese año, dos de sus avionetas volaron de la base naval estadounidense en Guantánamo y lanzaron volantes que instaban a la población a que se rebelara. El grupo reconoció públicamente haber realizado vuelos directamente sobre La Habana en julio de 1995 y dos veces en enero de 1996, lanzando volantes contra la revolución.

Las autoridades cubanas informaron que en el lapso de 20 meses, Hermanos incursionó 10 veces en territorio cubano. La Habana exigió repetidamente a Washington que los impidiese. Después de una incursión a baja altitud sobre la capital el 13 de julio de 1995, Cuba declaró públicamente que “toda embarcación del extranjero puede ser hundida y toda aeronave derribada” si entraba en territorio cubano con motivos hostiles. Aún así, Washington no hizo nada para frenar esta escalada de provocaciones; ni siquiera revocó las licencias de los pilotos.

El 24 de febrero de 1996 ocurrieron dos incursiones hostiles en el espacio aéreo cubano, informaron las autoridades cubanas. En la primera, tres avionetas Cessna se retiraron después de ser interceptadas por aviones caza MiG de Cuba.

En la segunda incursión del día, el centro de control de tráfico aéreo de La Habana detectó una de las tres Cessna que nuevamente se dirigía hacia el espacio aéreo cubano al norte de La Habana. Le advirtió al piloto, quien, según el ministerio del exterior cubano “dijo que le quedaba claro que no debía volar en esa zona pero que de todas maneras lo iba a hacer”.

Una transcripción emitida por Washington, basada en grabaciones de la inteligencia norteamericana, contiene el siguiente intercambio radial entre la torre de control aéreo de La Habana y Basulto:

La Habana: “Le informamos que el área al norte de La Habana está activada. Se arriesgan si vuelan al sur del 24 norte [el paralelo 24]”.

Basulto: “Estamos conscientes de que estamos en peligro cada vez que volamos en la zona al sur del 24, pero estamos dispuestos a hacerlo como cubanos libres”.

Las tres avionetas penetraron el espacio aéreo cubano. Después de desafiar los pases de advertencia de los aviones de la fuerza aérea, dos de las avionetas fueron derribadas entro de los límites territoriales cubanos de 12 millas. La tercera avioneta, pilotada por Basulto, se alejó de las otras dos y regresó al espacio aéreo internacional.

Las autoridades cubanas dieron pruebas de que las dos avionetas habían sido derribados sobre aguas cubanas, incluidos escombros de las naves y pertenencias particulares de los cuatro pilotos derribados.

Después de esa acción decisiva, se acabaron los vuelos hostiles sobre Cuba.  
 
Acción soberana en espacio cubano
Washington insiste en que el derribo se produjo en el espacio aéreo internacional, aunque reconoció que Basulto violó brevemente el territorio cubano. Esta posición fue repetida por la Organización de Aviación Civil Internacional, que se basó en gran medida en datos proporcionados por el gobierno de Estados Unidos.

La administración Clinton usó estas afirmaciones para justificar la aprobación de la ley Helms-Burton, que fue una importante intensificación del embargo económico norteamericano contra Cuba. Y en enero de 2001 Clinton firmó una orden ejecutiva para entregar 96 millones de dólares en fondos cubanos congelados a las familias de los pilotos derechistas muertos. El dinero fue tomado de los fondos que se le debían a la compañía telefónica cubana por servicios de telecomunicaciones entre los dos países.

Sin embargo, George Buchner, un coronel retirado de la fuerza aérea norteamericana contradijo en el juicio las afirmaciones del gobierno norteamericano. En su testimonio como testigo de la defensa el 21 de marzo de 2001, Buchner dijo que las pruebas mostraban que los pilotos de Hermanos al Rescate estaban bien al interior del espacio aéreo cubano cuando fueron derribados.

Buchner, ex comandante del Comando de Defensa Aérea Norteamericana (NORAD), dijo que había revisado las transcripciones —proporcionadas por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos— de las conversaciones entre los pilotos de los MiG y un comandante cubano en el terreno. Llegó a la conclusión que las dos avionetas fueron derribadas a unas seis millas y 5.5 millas, respectivamente, de las costas cubanas.

“El detonante fue cuando el primer avión cruzó el límite territorial a las 12 millas”, afirmó Buchner. “Eso le permitió al gobierno cubano ejercer su derecho soberano a proteger su espacio aéreo”.

De hecho, dijo Buchner, el piloto de la fuerza aérea cubana “demostró moderación” al desistir de perseguir el avión de Basulto cuando este se dirigió hacia el espacio aéreo internacional.

Además, según el Miami Herald, “Buchner dijo que las Cessna habían dejado de ser de carácter “civil” porque todavía llevaban las insignias de la Fuerza Aérea estadounidense y habían sido usadas lanzar volantes que condenaban al gobierno cubano”.

Efectivamente, a lo largo de los años, contrarrevolucionarios basados en Estados Unidos han utilizado Cessnas y otras aeronaves “civiles” para lanzar armas biológicas sobre cañaverales y otros cultivos cubanos, echar bombas incendiarias e introducir saboteadores y espías en la isla.  
 
El derribo no fue ‘conspiración’
Gerardo Hernández fue acusado de conspiración para cometer homicidio por supuestamente haber dado información a las autoridades cubanas sobre el plan del vuelo de Hermanos al Rescate del 24 de febrero de 1996, como parte de un supuesto complot para derribar los aviones del grupo.

De hecho, los propios Hermanos al Rescate habían informado de su plan de vuelo a la Administración Federal de Aviación (FAA), que luego transmitió esa información a las autoridades de control aéreo de La Habana.

Después de meses de una escalada de provocaciones de Hermanos al Rescate y de advertencias cubanas de que estas no serían toleradas, tanto Washington como La Habana habían previsto un incidente. El día antes del derribo, una nota interna de la FAA advirtió que “no sería improbable que [Hermanos al Recate] intentara un vuelo no autorizado en el espacio aéreo cubano mañana, desafiando al gobierno de Cuba y su política” y que era posible que La Habana “sea menos propensa a mostrar moderación en esta ocasión”.

El derribo de los aviones tampoco fue sorpresa para los dirigentes de Hermanos al Rescate. Juan Pablo Roque, un ex piloto de la fuerza aérea cubana que había ido a Miami en 1992 y que, haciéndose pasar por contrarrevolucionario, había penetrado Hermanos al Rescate para vigilar sus actividades, regresó a Cuba el día antes del derribo. Roque apareció en la televisión cubana tres días más tarde y expuso algunas de las actividades del grupo. Estas incluían, dijo, planes para introducir municiones antipersonal a Cuba y volar torres de alta tensión para interrumpir el suministro de energía.

En una entrevista con la CNN el 27 de febrero de 1996, Roque dijo que le había dicho a Basulto que las autoridades cubanas esperaban una provocación y estaban dispuestos a derribar aviones intrusos de Estados Unidos.

“Intenté persuadir a Hermanos al Rescate a que no continuaran sus vuelos”, dijo. “Pero no me escuchaban. Mi opinión no contaba, porque querían mártires para impulsar su industria anticastrista”.  
 
 
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