El Militante (logo)  

Vol. 73/No. 39      12 de octubre de 2009

 
Gobernantes EUA socavaron
derecho al aborto
(especial / Segunda parte)
 
POR BEN JOYCE  
Para fines de los años 60, la lucha por el derecho al aborto y en contra de la maternidad obligatoria surgió como precondición para la plena liberación de la mujer. Para poder integrarse enteramente en la sociedad, incluyendo para poder tener un empleo, ser activista en los sindicatos y para poder participar en actividades políticas, la mujer debe antes de todo ejercer pleno control sobre su propio cuerpo.

El crecimiento rápido del movimiento de la mujer planteó la cuestión del derecho al aborto, convirtiéndolo en una cuestión que la clase dominante ya no podía ignorar. Se ganaron victorias parciales cuando algunos de los estados de Estados Unidos empezaron a despenalizar el aborto, incluyendo Nueva York en 1970.

El 22 de enero de 1973 se logró una victoria histórica en la lucha por los derechos de la mujer cuando la Corte Suprema de Estados Unidos despenalizó el aborto en el caso conocido como Roe v. Wade.

Bajo el alias “Jane Roe”, una mujer soltera de Texas que estaba embarazada presentó una demanda colectiva en nombre de todas las mujeres embarazadas, retando las leyes que penalizaban el aborto en Texas, leyes que prohibían el aborto o el intento de tener un aborto, salvo si era necesario para salvar la vida de la madre.

La corte falló a favor de Roe, declarando inconstitucional las leyes sobre el aborto de Texas. La decisión decía que las leyes violaban la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, que dice que ningún estado puede “privar a ninguna persona de vida, libertad o propiedad, sin el debido proceso conforme a la ley”. La corte determinó que el “derecho a la privacidad… es lo suficiente amplio para incluir la decisión de una mujer de interrumpir o no su embarazo”.

La corte decretó que los estados no pueden restringir el derecho de la mujer a elegir el aborto durante los primeros tres meses del embarazo. Durante el segundo trimestre, el estado puede “regular el procedimiento del aborto en maneras relacionadas razonablemente a la salud de la madre”. Después del comienzo del tercer trimestre, el estado puede prohibir el aborto salvo en caso de proteger la vida o la salud de la madre.

El fallo de la Corte Suprema en Roe v. Wade fue un avance histórico para la liberación de la mujer en Estados Unidos, otorgándole.

Sin embargo, poco después del fallo, los que se oponen a los derechos de la mujer comenzaron una campaña en su contra. Ellos se han aprovechado de la restricción a los abortos durante el tercer trimestre, y de la discreción permitida a los estados en la aplicación de la ley, para atacar el derecho al aborto y tratar de derrocar el aborto legal.

Al no poder revocar Roe v. Wade por completo dada la amplitud y fuerza del apoyo al aborto legal, por tres décadas y media la clase gobernante ha buscado como limitar aspectos de este derecho. Los ataques han sido parte del asalto capitalista contra la clase trabajadora, dirigidos a los sectores más vulnerables de la población, en este caso las mujeres de la clase trabajadora, especialmente las negras y latinas así como las mujeres jóvenes.

En el otoño de 1976 se dió uno de los golpes más grandes contra el derecho al aborto. El congreso aprobó, con apoyo bipartidista, la ley conocida como la Enmienda Hyde. Esta ley prohíbe el uso de fondos federales de Medicaid para obtener un aborto, salvo en caso de violación, incesto, o un embarazo que ponga en peligro la vida de la mujer.

Las organizaciones más grandes dentro del movimiento por los derechos de la mujer, en particular la Organización Nacional para la Mujer (NOW), fallaron al no sonar la alarma antes o después de que se aprobara la enmienda. Muchas de las dirigentes de NOW se preocupaban que el aborto era demasiado controversial y que podría minar el apoyo a los candidatos Demócratas que ellas apoyaban en las elecciones.

No se organizaron protestas grandes de partidarios del derecho al aborto en contra de la Enmienda Hyde. Las fuerzas antiaborto obtuvieron una victoria sin que hubiera una batalla.

Hoy en día solo 17 estados proveen fondos para abortos más alla de los casos especiales permitidos bajo la Enmienda Hyde. South Dakota prohíbe el uso de fondos de Medicaid aún en casos de violación o incesto.

La Enmienda Hyde ha tenido un gran impacto en la accesibilidad de la mujer trabajadora al aborto. Lo que demuestra el efecto diferencial que tienen las leyes antiaborto sobre mujeres de diferentes clases sociales.

Como resultado de la Enmienda Hyde y otras restricciones en el financiamiento de abortos, muchas mujeres se ven forzadas a recurrir a abortos más peligrosos. Rosie Jiménez fue la primera víctima conocida de la Enmienda Hyde cuando ella recurrió a un aborto ilegal porque no podía pagar por uno en una clínica. Sufrió una infección que la mató en octubre de 1977 a los 27 años de edad.  
 
Se pierde más terreno
En varios estados de Estados Unidos se han tomado otras medidas que limitan el derecho a elegir el aborto. Hoy treinta y cinco estados requieren que mujeres menores de cierta edad, en la mayoría de los casos las menores de 18 años, le informen o consigan el permiso de sus padres antes de poder obtener un aborto. En estos estados muchas mujeres jóvenes se ven forzadas a continuar el embarazo en contra de sus deseos porque la decisión cae en manos de sus padres. La Asociación Americana de Médicos ha declarado que “el deseo de mantener el secreto ha sido una de las causas principales de las muertes por abortos ilegales” desde 1973.

En las ultimas dos décadas ha caído rápidamente el número de sitios que ofrecen abortos. El número de hospitales que proveen abortos bajó de 1 500 en 1980 a unos 600 en 2004. En 2005 un 87 por ciento de los condados de Estados Unidos no disponían de un proveedor de abortos. En zonas no metropolitanas esta cifra llega a un 97 por ciento. El asesinato reciente del Dr. George Tiller, un proveedor de abortos en Wichita, Kansas, a manos de un activista antiaborto, resultó en el cierre de su clínica. La clínica de Tiller era el único lugar en la región de Wichita, donde se podía obtener un aborto y una de tres en el país donde se podía obtener un aborto de embarazos avanzados.

Además, 24 estados requieren que las mujeres esperen un plazo de tiempo, generalmente 24 horas, entre el momento en el que solicitan el aborto y el momento en el que se pueda llevar a cabo. Estos obstáculos afectan de forma desproporcionada a las mujeres trabajadoras, para quienes es más difícil ausentarse del rabajo y pagar los gastos del viaje.

El número de mujeres que han obtenido un aborto ha bajado desde 1980. Hoy es dos tercios lo que era ese año. El progreso que los derechistas y los políticos capitalistas han logrado en limitar el derecho al aborto demuestra la necesidad urgente de reconstruir un movimientos que pueda defender y extender el derecho de la mujer a elegir el aborto.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto