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Vol. 73/No. 45      23 de noviembre de 2009

 
Casa Blanca planea
escalar guerra afgana
Obama enviará 30 mil tropas más
artículo principal

POR SAM MANUEL 
Aun negando que se haya tomado una decisión, funcionarios de la Casa Blanca dicen que el presidente Barack Obama probablemente aprobará el envío de entre 30 y 40 mil soldados adicionales a Afganistán.

Las muertes de civiles continúan aumentando en esta guerra de ocho años. Nueve civiles, incluyendo al menos tres niños, murieron en un ataque con misiles de la OTAN el 5 de noviembre, informó Associated Press.

El resultado de las elecciones presidenciales en Afganistán no ha ayudado a la administración Obama, que Washington esperaba que establecería un régimen más creíble en Kabul. Por el contrario, ha estado cargada de acusaciones de fraude en las elecciones y su principal oponente, Abdullah Abdullah, se ha retirado de la programada segunda vuelta.

Según AP, funcionarios de la Casa Blanca dicen que el desplazamiento de efectvos adicionales a Afganistán posiblemente empezará en enero, con el objetivo de reforzar su presencia en diez ciudades y poblaciones claves. El general en jefe de Washington en Afganistán, Stanley McChrystal, ha presentado una evaluación de la estrategia de la guerra en Afganistán solicitando 40 mil soldados adicionales.

Los funcionarios de la Casa Blanca han explicado que el aumento de las tropas es inevitable, informaba AP. El general George Casey, de la junta de jefes del ejército, añadió su voz el 8 de noviembre a la de aquellos militares de alto rango que piden que se envíen más tropas. Hablando en el programa “Meet the press” de la cadena de televisión NBC, Casey dijo “Creo que necesitamos poner fuerzas adicionales en Afganistán para dar al general McChrystal la capacidad de frustrar los éxitos del Talibán mientras adiestramos fuerzas civiles afganas.

La nueva estrategia antiinsurgencia de McChrystal en Afganistán acentúa la necesidad de reducir el número de muertes entre los civiles. La estrategia se apoya en las lecciones del éxito de la administración Bush en Irak. Pero el número de civiles muertos continúa aumentando como resultado del fuego de la artillería y los misiles de la OTAN.

El 5 de noviembre fuego de misiles hizo blanco sobre la población de Korkhashien, en la provincia de Helmand. Los residentes del pueblo llevaron lo cuerpos de los fallecidos a las oficinas del gobernador. Funcionarios locales afganos habían negado tener conocimiento de civiles muertos, informó el Miami Herald. Helmand se ha visto en en centro de los combates más duros y las bajas más altas como resultado de la intervención dirigida por Estados Unidos.

La OTAN ha dicho que los muertos por los misiles eran sospechosos de poner bombas. Una portavoz de la OTAN, la capitán de marina Jane Campbell, dijo que la alianza “toma todos los alegatos de bajas civiles muy seriamente e investiga cada alegato para determinar los hechos. Si algún civil fue herido como resultado de nuestras acciones, lo lamentamos profundamente”.

Un residente de la población dijo a AP que nueve personas habían muerto mientras cosechaban el maíz en el campo.

El presidente Hamid Karzai condenó lo que su comunicado llamó “un ataque contra civiles”. Al día siguiente de ser declarado ganador en las elecciones presidenciales de Afganistán, Karzai dijo que quería un “gobierno inclusivo”. El gobierno de Estados Unidos ha presionado a Karzai para que instituya reformas y para que llegue a un acuerdo con Abdullah. Obama ha llamado por “un capítulo nuevo” en el gobierno afgano.

El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo que Kazai tiene que dejar claro que va a terminar la corrupción en el gobierno. También reiteró el continuo compromiso con la guerra por parte del gobierno británico. “Si vamos a defender a Gran Bretaña correctamente de esta amenaza terrorista, no es suficiente defendernos solo aquí. Tenemos que asegurarnos que disminuimos el efecto de esa gente que está planeando actividades terroristas en la frontera entre Afganistán y Pakistán”, dijo Brown, según el Irish Times.

La oposición a la participación de Gran Bretaña en la guerra continúa aumentando, incluso en círculos dirigentes. El 3 de noviembre, Kim Howells, anterior ministro de asuntos exteriores en el gobierno de Brown, llamó por una retirada por fases de las tropas de Helmand, a la vez que un aumento en la vigilancia de las comunidades musulmanas en el Reino Unido. Howell es en la actualidad el representante del gobierno para inteligencia y seguridad.  
 
 
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