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Vol. 74/No. 5      8 de febrero de 2010

 
Papel de vanguardia
de trabajadores negros
(especial)
 
El Militante está reproduciendo extractos del nuevo libro de Pathfinder, Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, por Jack Barnes, el secretario nacional del partido Socialista de los Trabajadores. Instamos a nuestros lectores a comprar, leer y debatir este libro.

A continuación reproducimos extractos del capítulo “La Reconstrucción Radical: Sus conquistas y las consecuencias de su derrota”. Explica que el papel de vanguardia que ocupan los trabajadores que son negros en la dirección de batallas sociales y políticas amplias con base en el proletariado de Estados Unidos, se remonta a los últimos años de la Guerra Civil y especialmente a la batalla por la Reconstrucción Radical que se dio después de la guerra. Los negros brindaron liderazgo en gran parte del Sur, tanto a los esclavos liberados como a los agricultores y trabajadores explotados que eran blancos. Copyright © 2009 por Pathfinder Press. Reimpreso con permiso.

POR JACK BARNES  
La clase dominante de Estados Unidos, sus escuelas y sus historiadores burgueses pretenden ocultar o tergiversar lo que ocurrió durante la Reconstrucción Radical. Pero esta experiencia revolucionaria de las clases productoras es una historia que la necesita relatar un partido proletario en Estados Unidos, como ejemplo de aquello por lo cual muchos de nuestros antecesores lucharon hace un siglo: un precursor del tipo de alianza combativa de trabajadores y agricultores por la que estamos luchando hoy.

Los más avanzados de estos regímenes de Reconstrucción Radical, como los de Carolina del Sur y de Mississippi, aprobaron reivindicaciones inmediatas y democráticas que beneficiaban al pueblo trabajador. Esta legislación social progresista incluía la proscripción de la discriminación racial, sufragio universal para los hombres sin importar la raza; impuestos a la propiedad que gravaban más a los dueños de plantaciones y las clases adineradas, las primeras escuelas públicas gratuitas en estos estados (incluida la enseñanza universitaria gratuita en Carolina del Sur), hospitales y atención medica públicos, sistemas de asistencia pública, la eliminación del azote y de otros castigos crueles e inhumanos, y la ampliación de los motivos por los cuales una mujer podía obtener un divorcio.

Los pequeños agricultores y artesanos que eran blancos enfrentaban los mismos explotadores que los esclavos liberados. Muchos se habían opuesto a escindirse de la Unión, detestaban a la esclavocracia privilegiada que gobernaba la Confederación, y apoyaban la emancipación. Durante la Guerra Civil, Marx y Engels estudiaron cuidadosamente los reportajes de la prensa sureña sobre la resistencia de los agricultores y de los trabajadores en pueblos pequeños y ciudades contra la conscripción y la imposición de impuestos. Un número considerable de estas masas trabajadoras acogieron con agrado las medidas que se llevaron a cabo durante la Reconstrucción Radical y se sumaron a su defensa….

Las aspiraciones de los negros liberados y proletarizados, y de sus aliados entre el pueblo trabajador blanco del Sur se vieron frustradas por el poder creciente de la clase capitalista estadounidense, la cual en esos mismos años de la posguerra estaba asestando golpes fuertes contra la clase trabajadora y el joven movimiento obrero. El pacto entre los partidos Demócrata y Republicano para retirar del Sur a las tropas de la Unión en 1877 aceleró un reino de terror que desataron el Ku Klux Klan, los Caballeros de la Camelia Blanca y otras bandas racistas comprometidas con los intereses de los explotadores.1

Farrell Dobbs explicó este capítulo culminante de la derrota de la Reconstrucción Radical en el primer tomo de Revolutionary Continuity: Marxist Leadership in the U.S. (Continuidad revolucionaria: Liderazgo marxista en Estados Unidos). Farrell escribió:

Para 1877 la Reconstrucción Radical había terminado en una derrota sangrienta, y no solo los afroamericanos sino toda la clase trabajadora había sufrido el peor revés de su historia.

Los pobres del campo y la clase trabajadora se vieron divididos a la fuerza en términos de color en los años después de 1877. Se redujo el valor de la fuerza de trabajo y quedó lisiada la solidaridad de clase. Se legalizó Jim Crow, el sistema extenso de segregación. El racismo se propagó a un ritmo acelerado por todo Estados Unidos.

Esta derrota ocurrió no solo porque los esclavos liberados, quienes aspiraban a obtener tierra para ser pequeños agricultores, fueron traicionados por la burguesía y ambos partidos políticos capitalistas. Ocurrió también porque la clase trabajadora norteamericana y sus organizaciones eran aún demasiado débiles y políticamente inexperimentadas como para brindar un liderazgo obrero para el tipo de movimiento social de lucha de clases que podría haber permitido la expropiación y redistribución masiva de tierras a los esclavos liberados.

Todo intento de acción unida de los oprimidos y explotados tuvo que afrontar más y más el desarrollo del imperialismo estadounidense durante las últimas décadas del siglo XIX. Los barones ladrones del capital financiero en ascenso fomentaron el veneno del racismo como parte de sus justificaciones ideológicas para imponerles la dominación norteamericanos a los pueblos de piel negra, morena y “amarilla” en Puerto Rico, Cuba y Filipinas y Hawai….2

La clase trabajadora en Estados Unidos quedó más profundamente dividida por la opresión nacional de los negros que se institucionalizó sobre nuevas bases después del desenlace sangriento de 1877. El primer paso de gigante del movimiento obrero norteamericano hacia la formación de grandes sindicatos industriales no llegó sino seis décadas más tarde, y la formación del partido obrero que Marx anticipó hace 108 años sigue siendo hasta la fecha una tarea incumplida de nuestra clase.

Sin embargo, Marx no pudo estar más acertado respecto a la alianza de fuerzas sociales que tendrían que ser parte integral de una revolución exitosa en Estados Unidos: la clase trabajadora, los trabajadores que son negros y los agricultores explotados.


1. En las elecciones presidenciales de 1876, el candidato del Partido Demócrata, Samuel Tilden, ganó más del 51 por ciento del voto popular, pero ni Tilden ni el republicano Rutherford Hayes recibieron los 185 votos electorales requeridos para ser presidente. Con un pacto confeccionado por una comisión de miembros demócratas y republicanos del Congreso norteamericano, se entregó la Casa Blanca a Hayes a cambio de una promesa de retirar todas las tropas de la Unión del Sur, promesa que Hayes cumplió con mucha presteza.

2. En 1898, en los albores de la época imperialista, Washington se apoderó de Puerto Rico, Cuba y Filipinas, ex colonias de España, como botín del vencedor en lo que la clase dominante norteamericana llama la Guerra Hispano-Americana. Ese mismo año, el imperialismo estadounidense ocupó militarmente, y más tarde se anexó Hawai, que entonces eran un país independiente.


 
 
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