Vol. 74/No. 10      15 de marzo de 2010

Entre los manifestantes había estudiantes de las universidades de Edimburgo, Napier y Heriot-Watt. Ellos portaban pancartas pintadas a mano que decían, “Estudiantes de Heriot-Watt contra el racismo” y “Fascistas: fuera de nuestras calles”.

También se manifestaron grupos de jóvenes asiáticos y negros, así como contingentes del sindicato de maestros en Escocia, del sindicato UNITE, del sindicato de empleados públicos Unison y del sindicato de bomberos. Los manifestantes llegaron desde distintas ciudades de Escocia.

La SDL surgió de la antiobrera Liga de Defensa Inglesa (EDL). El grupo dice que se opone al “islam militante”. Uno de los grupos islamistas a los que se opone, el Islam4UK, fue proscrito recientemente por el gobierno, resultado que la EDL se atribuyó.

La SDL, en su sitio web, promueve orgullo en “ser británico” o “ser escocés”. Respalda la guerra de la clase dominante británica en Afganistán. Los derechistas rechazan las acusaciones de que son racistas. La EDL invitó a un orador negro y a un sij para que hablaran al público en su reciente manifestación en Stoke-on-Trent en Inglaterra.

La principal contramanifestación la organizó Scotland United, la cual incorpora al Congreso Sindical Escocés y tiene el apoyo de la Unión contra el Fascismo, una organización que existe a nivel de todo el Reino Unido.

Representantes de todos los principales partidos dieron discursos en la manifestación de Scotland United aquí. En sus discursos promovieron los temas de forjar una Escocia “multicultural”, confiar en la policía y aprobar leyes que —en nombre de hacer frente al peligro del “fascismo”— socavarían la libertad de prensa y de asociación.

Paul Davies, candidato de la Liga Comunista en el distrito de Bethnal Green en Londres, viajó al norte para participar en la protesta. “Fue muy bueno ver que tantas personas se volcaron a las calles para oponerse a estas fuerzas ultraderechistas”, dijo Davies, quien es obrero empacador de carne. “Indica buenas posibilidades para forjar un movimiento que pueda hacer frente a los ataques a las organizaciones obreras y combatir las pandillas callejeras fascistas en el futuro”.

Por otra parte, agregó Davies, “es muy peligroso confiar en el estado capitalista y su policía. Son las mismas fuerzas que hoy están socavando los derechos de los trabajadores y que van a fomentar y proteger a las fuerzas fascistas en los próximos años”.  
 
 
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