El Militante (logo)  

Vol. 74/No. 12      29 de marzo de 2010

 
General cubano-chino
ofrece charlas en Montreal
(portada)
 
POR JOHN STEELE
Y MAGGIE TROWE
 
MONTREAL, 16 de marzo—El general de brigada cubano retirado Armando Choy comenzó una gira de conferencias de cinco días aquí con una presentación sobre la Revolución Cubana ante un público de más de 50 estudiantes en la escuela preuniversitaria Marianopolis College. Después de sus palabras hubo un intercambio muy animado, que continuó informalmente con más de una docena de estudiantes y catedráticos.

Los profesores Philip Dann y Dolores Chew, los departamentos de humanidades y de inglés, y los estudiantes que participan en el programa del Certificado de Estudios sobre el Tercer Mundo lo invitaron a hablar.

Choy relató que, siendo “estudiante como ustedes”, él se incorporó al movimiento contra la dictadura apoyada por Washington de Fulgencio Batista después de que Batista tomara el poder en un golpe militar en 1952. Choy combatió en la guerra revolucionaria cubana, que culminó en una insurrección de masas del pueblo trabajador en 1959, en la cual el régimen batistiano fue derrocado y se estableció un gobierno de trabajadores y campesinos que empezó a implementar medidas sociales para beneficio del pueblo trabajador.

Dos años después del triunfo revolucionario Choy participó en la lucha para repeler una invasión de mercenarios apoyados por Washington, quienes fueron derrotados en menos de 72 horas por el pueblo trabajador armado y organizado de Cuba, lo cual le asestó a Washington su primera derrota militar en América.

Choy les relató a los estudiantes cómo en octubre de 1953 Fidel Castro dio un discurso para defenderse en un tribunal después de la derrota de un asalto armado de revolucionarios cubanos que él dirigió contra el cuartel militar de Moncada en la región oriental de Cuba el 26 de julio de ese año.

El discurso de Fidel Castro, conocido como “La historia me absolverá”, fue la declaración programática fundamental del Movimiento 26 de Julio, la organización que junto con el Ejército Rebelde dirigió al pueblo trabajador cubano a la victoria revolucionaria. Propuso la eliminación de las enormes desigualdades económicas que caracterizaban la sociedad cubana, el fin de la discriminación racial, y planteó un programa amplio de medidas sociales, comenzando con una reforma agraria radical para garantizarles tierra a más de 100 mil familias campesinas.

“Con la Revolución Cubana también comenzó el internacionalismo proletario de Cuba, no solo con palabras sino con hechos”, dijo Choy. “Esto se ha demostrado en Africa y América Latina”.

Choy participó en una misión internacionalista en Angola en 1980-81. Entre 1975 y 1991 Cuba envió a 375 mil voluntarios para ayudar a ese país —que acababa de ganar su independencia tras siglos de coloniaje portugués— a derrotar a las tropas invasoras del régimen sudafricano del apartheid. Después de esta misión, Choy fue embajador de Cuba en Cabo Verde, de 1986 a 1992.

Actualmente Choy desempeña importantes responsabilidades, organizando la administración del puerto de La Habana. Es presidente del Grupo de Trabajo Estatal para el Saneamiento, Conservación y Desarrollo de la Bahía de La Habana, uno de los proyectos ambientales más importantes en Cuba.

Philip Dan, profesor de inglés, le dio la bienvenida a Choy y presentó a Mary-Alice Waters, presidenta de la editorial Pathfinder y editora de Nuestra historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana. Waters, al presentar a Choy, habló sobre las conquistas de la revolución socialista cubana según lo documentan los tres generales en el libro.

Ella también les habló a los estudiantes sobre el caso de los cinco revolucionarios cubanos que son rehenes en cárceles norteamericanas, cumpliendo sentencias de hasta doble cadena perpetua, simplemente por obtener inteligencia sobre las actividades de grupos contrarrevolucionarios cubanos que se organizan en territorio norteamericano para realizar ataques violentos en Cuba.

Después de la charla, los estudiantes le hicieron preguntas a Choy. “¿Cómo ayudó la Unión Soviética a Cuba? ¿Fue una relación amigable o hubo tensiones?” preguntó una estudiante.

“Tuvimos buenas relaciones con la URSS”, contestó Choy. “Recibimos mucha ayuda en términos de capacitación, alimentos, armamentos y petróleo, lo cual apreciamos mucho”.

Al mismo tiempo, dijo, “aunque mucha gente no lo crea, siempre mantuvimos una política independiente de la Unión Soviética. Por ejemplo, apoyamos movimientos de liberación nacional en América Latina y Africa, y los soviéticos no”. En el caso de Angola, Choy explicó que la Unión Soviética puso el énfasis en desarrollar el ejército regular, mientras que los cubanos insistían en que “para ganar una guerra civil contra las fuerzas de [Jonas] Savimbi, un títere del imperialismo, tenían que organizar unidades ligeras y rápidas capaces de combatir en la selva”.

Otro estudiante preguntó, “¿Realmente ha sido mejor la vida en Cuba bajo Fidel Castro que bajo Batista? ¿Cómo puede decir que el gobierno cubano ha estado haciendo un buen trabajo cuando en 1980 decenas de miles de cubanos se fueron para Estados Unidos en embarcaciones desde el puerto de Mariel?” El estudiante también preguntó acerca de la muerte del preso cubano Orlando Zapata Tamayo a raíz de una huelga de hambre. Choy y Waters le contestaron.

“La Revolución Cubana trajo enormes cambios para nuestro pueblo”, dijo Choy. “No hay comparación, no solo con el gobierno de Batista sino con todos los gobiernos anteriores de [lo que era] la ‘seudorepública’ en Cuba” dominada por Washington.

“El empleo no estaba garantizado antes de la revolución”, agregó. Hoy hay poco desempleo y la educación no solo es gratis sino que es un derecho.

“Mira, yo nací cerca de la sierra central. Cuando terminé el sexto grado, no había escuelas cercanas. Mi papá decidió mudarse a la capital para que yo pudiera estudiar”, dijo. “Hoy en ese pueblito hay más de 500 estudiantes en la enseñanza superior. Y es así en toda Cuba”.  
 
Legado de dominación imperialista
Waters abordó el tema de la emigración de Cuba. “Es importante recordar que Cuba vive con el legado de 500 años de saqueo colonial y dominación imperialista… Muchos de los que llegan a Estados Unidos desde Cuba, como otros inmigrantes de todas partes del mundo, vienen con la esperanza de escapar de las condiciones económicas creadas por el imperialismo.

“Pero a diferencia de cómo Washington trata a los inmigrantes de cualquier otro lugar del mundo, a todo cubano que pisa suelo norteamericano le garantizan la ciudadanía y el derecho a trabajar” en el país. Con esto se pretende fomentar la emigración desde Cuba, y el éxodo de Mariel fue el resultado de esa política.

“Hoy día Washington, Ottawa y otras potencias hacen campaña contra el gobierno cubano exigiendo que libere a sus “presos políticos”, dijo Waters, especialmente desde la muerte de Zapata Tamayo. El era un recluso con extensos antecedentes criminales, señaló, incluida una condena por asaltos violentos. Fue sentenciado a tres años de prisión en 2004. Su sentencia fue prolongada después de que atacara a guardias en la cárcel.

“Fue solo después de ser encarcelado que él mismo se declaró preso político. Cuando se puso en huelga de hambre exigió un teléfono móvil, un televisor y una cocina en su celda. El gobierno cubano hizo todo lo posible para salvar su vida pero no pudo impedir su muerte. Es importante enmarcar el caso de Zapata Tamayo en la historia que describía Armando Choy: la guerra de 50 años que Washington ha realizado para desprestigiar y derrocar la Revolución Cubana. Los llamados disidentes en Cuba son apoyados y financiados por el gobierno de Estados Unidos y sus distintas agencias”.

Choy fue entrevistado por periodistas de la sección en chino de la radioemisora CBC y de Radio Canadá Internacional, la emisión en onda corta de la CBC.

Cuando Choy llegó el 15 de marzo fue recibido por una delegación de 15 personas con carteles de bienvenida y vítores. Entre ellos se encontraba Christian Valet, estudiante de la Universidad de Quebec en Montreal; Armand Vaillancourt, conocido escultor quebequense y anfitrión de una cena para Choy; Timothy Chan, presidente de la Sociedad Histórica y Cultural Chino-Canadiense de Montreal y organizador de un banquete en el barrio chino en honor a Choy; y Joe Young, representante de Libros Pathfinder en Montreal y uno de los organizadores de la gira.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto