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Vol. 74/No. 15      19 de abril de 2010

 
Pueblo trabajador
desconfía del censo
(portada)
 
POR BEN JOYCE  
Muchos políticos capitalistas están haciendo una fuerte campaña para convencer al pueblo trabajador a que participe en el censo de 2010 asegurando que la información colectada será mantenida en privado. A pesar de que se han invertido una cantidad de recursos sin precedentes en el censo de este año, apenas la mitad de los formularios enviados por correo fueron devueltos antes de la fecha límite del 1 de abril.

Dado el historial del Buró del Censo, no es sorprendente que los trabajadores se muestren reticentes a dar información personal al gobierno federal.

La información del censo de 1940 fue clave cuando el gobierno norteamericano arreó a 110 mil japonés-americanos a campos de concentración durante la segunda guerra mundial imperialista. Bajo provisiones de la Ley de Poderes de la Segunda Guerra, el buró suministró a otras agencias gubernamentales una lista que incluyó los nombres, las direcciones, y datos sobre la edad, sexo, condición migratoria y la ocupación de muchos japonés-americanos.

Cuando en 2007 se confirmaron públicamente los reportes sobre las acciones del buró, Christa Jones de la oficina de políticas de la agencia dijo al periódico USA Today, “En aquel entonces era legal revelar los nombres”. Alegó que “hoy la ley es muy diferente”.

Sin embargo, tan recientemente como en 2002 y actuando bajo la Ley Patriota, el buró envió al Departamento de Seguridad del Suelo Nativo listas de códigos postales con altas concentraciones de residentes árabes. El departamento dijo que necesitaba la información para hacer mejores letreros en los aeropuertos.

Durante la primera guerra mundial imperialista, se entregó datos del censo al Departamento de Justicia para ayudar a detener a los que habían eludido el servicio militar obligatorio. Unos años más tarde, se hizo lo mismo durante las Redadas Palmer de 1919, cuando el FBI deportó a cientos de inmigrantes en una caza de brujas anticomunista.  
 
Liberales, reformistas promueven censo
El formulario del censo de 2010 incluye preguntas sobre cuantos personas viven en su residencia, si algunas veces te alojas en otro lugar y su número de teléfono. Muchos políticos liberales y sus partidarios argumentan que el censo permitirá una representación estadística acertada de las nacionalidades oprimidas, los inmigrantes y los trabajadores más pobres, y de esa forma garantizar que se desembolse una cantidad correspondiente de recursos gubernamentales en sus comunidades.

Consciente de que muchos que no tienen papeles para trabajar legalmente en Estados Unidos evitan dar sus nombres y direcciones, los políticos capitalistas han reclutado a grupos vinculados con la lucha pro derechos de los inmigrantes. La Red Nacional Pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados insta “a las comunidades de inmigrantes a través del país a ponerse de pie y hacerse contar en el venidero Censo 2010”.

Algunos de los medios de prensa capitalista, como el New York Times, han indicado que los trabajadores simplemente no pueden “entender” las ventajas de participar en el censo. La leyenda de un foto en la portada del Times del 1 de abril lamenta el hecho de que la región del Delta del Mississippi tiene unas de las áreas del censo más mal contadas en el estado. “Plagados por la pobreza y el analfabetismo, muchos de los pobladores del Delta tienen una fuerte desconfianza hacía los del censo”, dice la leyenda. “Grupos comunitarios han trabajado mucho para disipar el escepticismo… Pero es una lucha muy difícil”.

Entre los más entusiastas animadores del censo es el People’s World, el sitio web que expresa los criterios del Partido Comunista de Estados Unidos. El 5 de enero publicó un artículo titulado “Feds, grupos de derechos civiles se preparan para el Censo de 2010”.

El artículo enfatiza que los datos del censo determinan los distritos electorales para el Congreso, algo importante para los candidatos del Partido Demócrata, a quienes el PC probablemente apoye.

El artículo del People’s World también sermonea a sus lectores que “por ley es obligatorio llenar los formularios del censo”. El gobierno federal puede multar a una persona con hasta 100 dólares por no cumplir con el censo, y hasta 500 dólares por haber dado información falsa.  
 
 
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