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Vol. 74/No. 19      17 de mayo de 2010

 
Derrame petrolero
amenaza desastre
(portada)
 
POR JACQUIE HENDERSON  
HOUSTON, 4 de mayo—Un desastre de gran envergadura que está afectando el Golfo de México y más allá se ha venido desarrollando tras la explosión el 20 de abril en una plataforma perforadora de petróleo contratada por la BP frente a la costa de Louisiana. La explosión mató a 11 trabajadores y dejó grietas que están arrojando grandes cantidades de petróleo a más de mil metros por debajo de la superficie del mar.

El impacto de los daños puede ser peor que el del derramamiento del buque petrolero Exxon Valdez en 1989, el cual aun continúa afectando la fauna y se estima que tomará décadas para que se disipe por completo según el informe de 2009 del Consejo de Fiduciarios del Derrame Petrolero Exxon Valdes.

Según la Guardia Costera, hasta el 2 de mayo la explosión de la plataforma Deepwater Horizon ha derramado 1.6 millones de galones de petróleo en el mar. Pero a diferencia del desastre del Exxon Valdez que derramó 10.8 millones de galones de petróleo, en el caso actual no hay un fin previsible. “Lo único que impide el libre flujo de petróleo —que puede llegar a decenas de millones de galones— es el tubo perforador torcido, en el cual están empezando a aparecer nuevas fugas”, reportó el Christian Science Monitor.

Abogados de algunos de los obreros de la plataforma, pescadores, y grupos ambientales informaron el 3 de mayo de una serie de acciones peligrosas por parte de la BP que aumentaron significativamente la probabilidad de este desastre, informó el New York Times.

Los abogados dijeron que según un trabajador, la compañía estaba perforando por debajo de los 22 mil pies del lecho marítimo aunque su permiso prohibía perforaciones por debajo de 20 mil. Otro dijo que para ahorrar costos, la BP decidió no instalar una válvula debajo del lecho marítimo que hubiera podido detener el flujo petrolero en caso de una explosión.

Varios trabajadores informan que la compañía se estaba apurando a completar el trabajo para poder cerrar temporalmente el pozo y mover la plataforma a otro lugar. Una de las tareas finales era echar concreto al pozo antes de desconectar la plataforma. “El trabajo de concreto aparentemente no logró cerrarlo por completo, y el gas natural comenzó a filtrarse en las últimas etapas, dijeron los abogados”, según el Times. “Pero parar una plataforma para resolver un problema de esos puede costar grandes cantidades de dinero”.

El sustento de cientos de miles de personas está ligado a la industria pesquera del Golfo. En 2008 la pesca en Louisiana constituía el 44 por ciento de los camarones y el 36 por ciento de los ostiones pescados en Estados Unidos.

El creciente impacto del desastre para el pueblo trabajador quedó claro el 2 de mayo cuando el gobierno cerró el Golfo de México a la pesca industrial y recreativa desde la Bahía de Pensacola en Florida hasta el Río Mississippi.

La BP ha estado contratando a pescadores que ahora están desempleados a consecuencia del derrame para que trabajen en la limpieza, exigiéndoles que firmen un contrato de 17 páginas exculpando a la BP de daños sufridos durante la limpieza e imponiendo una cláusula de confidencialidad. Los abogados representantes de los trabajadores obligaron a la compañía a que eliminaran estos aspectos de los contratos.

“Es como un agricultor que no puede sembrar una cosecha”, dijo el pescador Tracy Alfonso a la Associated Press. “¿Cuanto tiempo puede aguantar uno sin trabajo, antes de que te quiten tu casa y tu auto o cualquiera que sea tu herramienta de trabajo?”
 
 
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