Vol. 74/No. 30      9 de agosto de 2010

Los partidarios de la campaña socialista en Iowa ya han superado el requisito oficial, habiendo recogido 2 133 firmas, mucho más de las 1 500 necesarias.

Fue fácil convencer a los trabajadores de la JBS que firmaran al escuchar que el programa del Partido Socialista de los Trabajadores da prioridad a la seguridad en el trabajo. “No la ‘seguridad’ de la que habla la compañía mientras continuamente exigen más producción”, explicó Trowe en la puerta de la planta. “Mi programa está a favor de que los obreros controlen la velocidad de línea de producción y todos los aspectos de seguridad y salud en el trabajo, incluyendo oposición a la imposición de horas extras forzosas”.

Durante la campaña, Helen Meyers, candidata del PST para vicegobernadora, conoció a Billy Byrd, un trabajador que es negro. El dijo que su hijo había sido muerto por la policía en 2007. Byrd firmó la petición y compró una copia del Militante. “Si nadie se queja, las cosas no cambian, o aun peor, empeoran”, dijo Byrd a Meyers.

Trowe habló en una celebración de la victoria de los esfuerzos para recoger firmas el 24 de julio junto con otros candidatos del PST del Medio Oeste. Ella denunció el hecho de que el Congreso decidió en contra de un pago de 1.2 mil millones de dólares a los agricultores negros por la discriminación por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Los agricultores negros han luchado por décadas por esta compensación parcial al racismo al que el gobierno los ha sometido.

Explicó que pequeños agricultores por todo el país enfrentan la amenaza de perder sus tierras, o de no ganar lo suficiente para poder cubrir sus gastos. La alianza entre los productores explotados en la ciudad y en la tierra es crucial para que los trabajadores puedan avanzar.

La plataforma del Partido Socialista de los Trabajadores, dijo Trowe, exige que “el gobierno garantice los costos de producción de los pequeños agricultores. Esto incluye el acceso a crédito financiado por el gobierno y un alto a los juicios hipotecarios de las tierras. Los agricultores deben de tener una garantía del uso de la tierra que alquilan o de la cual son propietarios sin el temor de poder ser desalojados”.

“Los trabajadores y los agricultores tienen un explotador común, un enemigo común en la dictadura del capital. Su explotación y toda la miseria e inseguridad que esta trae solo puede ser eliminada por una revolución que termine con el dominio capitalista.  
 
 
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