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Vol. 74/No. 30      9 de agosto de 2010

 
Guerra afgana provoca debate
(portada)
 
POR SETH GALINSKY  
En una conferencia internacional en Kabul el 20 de julio, el presidente afgano Hamid Karzai dijo que su meta era que el ejército y la policía afgana tomaran las riendas de la guerra para el 2014. Sin embargo, la falta de progreso por Washington en forjar un ejército nacional afgano y una fuerza policial ha llevado a las fuerzas militares estadounidenses a armar milicias opuestas al Talibán en villas y áreas tribales del país.

El vicepresidente Joseph Biden, quien anteriormente había afirmado que “un montón” de tropas norteamericanas saldrían de Afganistán en 2011, ahora dice que es poco probable. Comandantes militares norteamericanos han enfatizado que cualquier retiro de tropas norteamericanas será “según las condiciones”.

A medida que la guerra se alarga, algunos políticos prominentes que apoyan la guerra encabezada por Washington están exponiendo sus preocupaciones sobre la falta de progreso en la guerra contra el Talibán.

El senador Republicano Richard Lugar, destacado partidario de la intervención norteamericana en Afganistán, se quejó en una audiencia del Senado el 14 de julio que Washington estaba “procediendo sin una clara definición de triunfo”.

El senador Demócrata John Kerry, quien encabeza el Comité de Relaciones Exteriores del Senado añadió: “Mucha gente se pregunta si tenemos la estrategia correcta”.

Karzai se opuso inicialmente al plan de armar a las milicias locales, propuesto por el general David Petraeus, quien recientemente tomó el mando de las fuerzas militares norteamericanas y de la OTAN en el país. Pero el presidente afgano posteriormente consintió que se expandieran considerablemente las “fuerzas policiales de la comunidad” locales para luchar contra el Talibán.

A Karzai le preocupa que el fortalecimiento de las milicias pueda debilitar el poder y la autoridad del gobierno central. Las milicias tribales y los ejércitos privados dominaban Afganistán antes que las fuerzas del Talibán tomaran control de gran parte del país en 1996.

La OTAN está entrenando unos 20 mil soldados afganos a la vez en su intento por incrementar el tamaño del ejército afgano de 119 mil a 171 mil soldados para 2014. Sin embargo, no han avanzado en evitar las deserciones o en mejorar su capacidad de combate.

En febrero, las fuerzas encabezadas por Washington lanzaron una ofensiva en las provincias de Marjah y Helmand, que se esperaban fueran ejemplos brillantes de la estrategia de contrainsurgencia de Washington. Unas 15 mil tropas de la coalición expulsaron al Talibán del pueblo e hicieron planes para expandir el control del gobierno central en las 80 millas cuadradas de estas comunidades agrícolas.

Sin embargo, en mayo las fuerzas del Talibán ya estaban operando abiertamente por toda el área. En la conferencia internacional en Kabul del 20 de julio, 60 gobiernos maniobraron para hacer avanzar sus intereses en Afganistán. Hillary Clinton estuvo allí en representación de Washington. Los ministros de India, Irán, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita y Turquía también participaron.  
 
 
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