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Vol. 74/No. 31      16 de agosto de 2010

 
Patrones del petróleo
desdeñaron seguridad
(especial)
 
POR ANGEL LARISCY  
Tanto entrevistas con trabajadores, así como documentos internos muestran que durante las semanas y días previos a la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon el 20 de abril, había una falta de atención a la seguridad, temor de reportar problemas y una atmósfera de perforar en busca de petróleo sin importar el riesgo.

La explosión mató a 11 trabajadores y arrojo petróleo al Golfo de México por tres meses. La BP arrendó la plataforma petrolera de Transocean, una compañía que emplea a gran parte de los trabajadores a bordo.

En una inspección encargada por Transocean en las semanas previas a la explosión, trabajadores dijeron “haber visto a menudo comportamientos peligrosos en la plataforma”. El reporte, al cual el New York Times tuvo acceso, dice que los trabajadores también pensaban que “las perforaciones estaban recibiendo más prioridad que el mantenimiento”.

Veintiséis componentes y sistemas de la plataforma estaban en “malas” o “precarias” condiciones, según el reporte de la inspección. Elementos cruciales del sistema preventor de reventones, como válvulas de seguridad, no habían sido inspeccionadas apropiadamente por 10 años, a pesar del reglamento que requiere que se hagan cada 3 a 5 años. Los trabajadores dijeron haber tenido miedo de decir algo sobre la seguridad, porque “la compañía siempre utiliza tácticas de amedrentamiento”.

Mike Williams, el jefe de técnicos ingenieros de Deepwater Horizon, testificó ante audiencias federales conducidas por el Buró de Administración de la Energía Oceánica Regulación e Imposición y La Guardia Costera. El dijo que la alarma que indica fuego y perdidas de gas, había sido desactivada por lo menos desde un año previo a la explosión. En respuesta a sus repetidas quejas sobre el sistema de alarmas, le dijeron que “no querían que personas fueran despertadas a las 3:00 de la mañana por una falsa alarma”.

“Desde el primer día, le pareció que éste era el pozo del infierno”, dijo Natalie Roshto refiriéndose a su esposo Shane Roshto, un trabajador de 22 años que murió en la explosión. “No creo que necesitamos crear más reglas de seguridad, creo que deben ser debidamente implementadas para nuestros hombres que trabajan ahí afuera”.

Mientras parece que BP ha cerrado el pozo por ahora, los trabajadores involucrados en los trabajos de limpieza continúan enfrentando duras condiciones de trabajo.

“Trabajamos allí por mas de 30 días antes de que nos dijeran que que necesitábamos equipo de protección para trabajar”, dijo Jarred Bourgeois a una estación de televisión de Nueva Orleans. Desde finales de abril a mediados de julio, el gobierno federal reportó 571 casos de enfermedades y 757 accidentes relacionados con los trabajos de limpieza del derrame petrolero. Dos trabajadores han muerto y decenas han sido llevados al hospital.

Un grupo de pescadores que se encuentran trabajando en la limpieza en Myrtle Grove, Louisiana, están en huelga por las condiciones inaceptables de vida y la falta de pago. “Estamos en huelga, así que no vamos a trabajar”, dijo Jules Dag, un pescador por 50 años.

Trabajadores están protestando por la forma en que BP los esta alojando, en recipientes para transporte colocados unos sobre otros en una barcaza, que obtiene energía de un generador. Cada recipiente contiene 12 literas. Uno de los trabajadores comparó dicho alojamiento con la cárcel.

Dag dijo que algunos de los trabajadores se han visto forzados a aceptar dichas condiciones por que no han recibido sus pagos. “Cuarenta días, y no hemos visto nada todavía”, dijo.  
 
 
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