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Vol. 74/No. 46      6 de diciembre de 2010

 
Capitalistas recuperan
a costa de trabajadores
Casa Blanca alaba rescate de GM
(artículo principal)
 
POR SETH GALINSKY  
La Casa Blanca y los medios de difusión capitalistas alegan que hay una recuperación económica en Estados Unidos. Aseverando que los rescates de miles de millones de dólares están dando resultados, la Casa Blanca incluso ha puesto en su página web un video titulado “el renacimiento de la industria automotriz norteamericana”.

Por el momento, los accionistas, los banqueros y los industriales están disfrutando de una recuperación de sus ganancias. Pero éstas están basadas en cimientos económicos cada vez más inestables y a costa de los trabajadores.

Un buen ejemplo es la General Motors (GM), que lanzó una gran oferta de acciones el 18 de noviembre, poniendo a la venta más de 400 millones de acciones a un precio de más de 33 dólares cada una. En otra versión del tema “lo que beneficia a General Motors beneficia a Estados Unidos”, Linda Killian, directora de carteras de acciones de Renaissance Capital, alardeó, “Beneficia a la bolsa de valores. Beneficia al mercado de valores… Por lo tanto nos beneficia a todos”.

El departamento del tesoro, que tomó control de cerca del 61 por ciento de las acciones de la GM en 2009 como parte del rescate financiero de 50 mil millones de dólares, vendió la mitad de sus acciones en conjunción con la oferta actual.

Después del rescate la General Motors cerró 14 de sus 47 fábricas, entregó la responsabilidad del seguro médico de los empleados al sindicato automotriz UAW, rebajó los salarios y las prestaciones de los trabajadores automotrices y aumentó el ritmo de las líneas de producción. Antes de la toma de control por parte del gobierno y la quiebra de General Motors, la empresa había recortado su fuerza laboral asalariada de 113 mil trabajadores en 2006 a 61 mil en 2008. Para febrero de 2010 se había reducido a 46 mil.

Los nuevos empleados ahora ganan alrededor de 14 dólares por hora, la mitad del salario de los trabajadores de plantilla. En Nexteer Automotive, una fábrica de piezas automotrices en Saginaw, Michigan, la GM amenazó con cerrar la planta después de que los trabajadores rechazaron una congelación de salarios y un salario inicial de 12 dólares la hora para los nuevos empleados. Los funcionarios del sindicato pusieron el contrato a votación una vez más y en la segunda ronda los trabajadores aprobaron las concesiones.

Chrysler, la productora de piezas automotrices Delphi, Caterpillar, la empresa de baño y cocina Kohler y Mercury Marine están entre las grandes empresas que, como General Motors, han instituido dos escalas de salarios, muchas veces acompañadas por congelaciones de salarios por tiempo indeterminado.

Un nuevo contrato en Harley Davidson incluye una congelación de salarios, salarios más bajos para los nuevos empleados, una ampliación en la contratación de trabajadores temporales y menos prestaciones. “Una capitulación absoluta por parte del movimiento sindical”, dijo al New York Times el funcionario sindical Mike Masik, Sr.

Los capitalistas no están invirtiendo las ganancias que logran extraer al apretar más a los trabajadores en una expansión de la producción, fábricas o maquinaría. En la medida en que están invirtiendo, sus inversiones se dirigen sobre todo a acciones, obligaciones y otros esquemas financieros basados en la ilusión de que de alguna manera el dinero por sí solo puede generar más riqueza.

Es la clase trabajadora la que está pagando el costo de esto. Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el número de personas sin empleo durante un año o más subió de 645 mil en 2007 a 4.5 millones en 2010, llegando a un nivel record de casi el 31 por ciento de todos los oficialmente reconocidos como desempleados.

Dos millones de trabajadores que han colectado beneficios de desempleo por más de 26 semanas, están en peligro de perderlos. No se espera que el Congreso llegue a un acuerdo para extender el seguro de desempleo hasta después de que venzan los beneficios actuales.

Los trabajadores que han cobrado el seguro durante 99 semanas no son elegibles a nuevas extensiones. Hasta 91 mil trabajadores alcanzan este límite cada semana y están excluidos del registro de los que reciben el seguro.  
 
 
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