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Vol. 75/No. 6      14 de febrero de 2011

 
Avanza campaña para ganar
más lectores de largo plazo
(portada)
 
POR ANGEL LARISCY  
La campaña para ganar 400 lectores a largo plazo del Militante para el 15 de febrero está cobrando impulso. Partidarios del semanario socialista por todo el mundo están recibiendo una respuesta positiva a medida que se ponen en contacto con los suscriptores recientes para que vuelvan a suscribirse.

Al final de la segunda semana, el total de las cuotas locales suma 384, 23 más que la semana pasada. Hasta el momento, los grupos locales ya han enviado 163 nombres de personas que se han suscrito al periódico por otros tres, seis o 12 meses. (Ver recuadro en la página 12).

Además, la semana pasada más de 30 personas compraron suscripciones introductorias. A continuación publicamos informes de diferentes ciudades que dan una idea de las oportunidades que existen para ganar lectores a largo plazo.

Muchos de los suscriptores están inspirados por los levantamientos de los obreros en Túnez y Egipto y quieren hablar de política.

Logan Evans, estudiante en Western Washington University, en Bellingham, decidió renovar su suscripción, comentando que, “los medios de difusión como la BBC dicen que los dictadores provén estabilidad pero a mí me gustan los artículos del Militante que hablan del otro lado y se ponen del lado de los trabajadores.

-Mary Martín, Seattle

Los trabajadores que leen el Militante aprecian su parcialidad a favor de la clase trabajadora. Un grupo de distribuidores en Nueva York visitó a una trabajadora y su esposo, un chofer de autobús, en el Bronx.

Ella lee todos los artículos en español en el Militante. “Van directamente al grano”, dijo. La mujer ha trabajado en su empleo actual, donde no hay sindicato, durante seis años y gana tan solo 7.25 dólares la hora. Su marido dijo que aunque le pagan más, nunca alcanza las 40 horas por semana.

La pareja también se interesó en los libros que habían llevado los distribuidores. La mujer quería comprar Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, pero a su marido le interesaba más el libro ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? Al final decidieron comprar los dos libros, además de renovar su suscripción.

-Cindy Jaquith, Nueva York
 
 
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