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Vol. 75/No. 8      28 de febrero de 2011

 
Egipto: crecen huelgas
por demandas obreras
Militares intentan poner fin a protestas
(artículo principal)
 
POR SETH GALINSKY  
Después de la destitución del presidente Hosni Mubarak, los comandantes militares de Egipto están intentando reafirmar su control sobre el país. Mientras los manifestantes que se habían acampado en la Plaza Tahrir en Cairo han regresado a sus hogares, continúan las movilizaciones de trabajadores, campesinos y jóvenes. Decenas de miles de trabajadores por todo el país que están en huelga exigiendo alzas salariales y mejoras en las condiciones de trabajo son parte de este fermento.

Mubarak, un estrecho aliado de Washington, renunció el 11 de febrero, entregó el poder al comando militar, y voló al pueblo vacacional de Sharm el-Sheikh cerca del Mar Rojo. Cientos de miles de personas se reunieron en la Plaza Tahrir y celebraron su derrocamiento.

Después de desplazar a Mubarak, a medida que crecían las protestas, los oficiales de las fuerzas armadas suspendieron la constitución y disolvieron el parlamento, que habia sido elegido hace menos de tres meses. Por lo pronto los generales mantuvieron el gabinete, que está compuesto de miembros del Partido Demócrata Nacional de Mubarak. El Consejo Militar Supremo, encabezado por el Mariscal Mohammed Tantawi, ha adoptado el poder de imponer leyes. Tantawi fue un estrecho aliado de Mubarak.

Las protestas que tumbaron a Mubarak han abierto espacio para que el pueblo trabajador se organize para defender sus intereses. Pero a diferencia de las masivas protestas en Irán en 1979 que hicieron añicos del régimen del Shah, las protestas en Egipto expulsaron al dictador pero no a la estructura militar y política que él dirigió.

Muchos comandantes de las fuerzas armadas se oponían al plan de que Gamal, el hijo de Mubarak, quien nunca sirvió como oficial militar, tomará el lugar de su padre como presidente. Todos los presidentes egipcios desde el golpe de estado militar que derrocó al rey en 1952 —Gamal Abdul Nasser, Anwar Sadat y Mubarak— habían sido altos oficiales militares antes de tomar el poder.

Si Gamal Mubarak hubiera llegado a ser presidente en los comicios venideros, esto le hubiera dado más influencia a los capitalistas egipcios con menos lazos con los militares. Esta capa de la burguesía se encuentra a menudo compitiendo por inversiones lucrativas con los oficiales.

El 13 de febrero jóvenes dirigentes de las protestas contra Mubarak se reunieron con dos generales que representaban al Consejo Militar Supremo en una sede de inteligencia militar en Cairo.

Según el Washington Post Khaled al-Sayed, uno de los organizadores de las protestas que asistió a la reunión, , dijo que los generales, “dijeron que estaban de acuerdo con nosotros, pero se comportaron de manera más reservada cuando les mencionamos nuestras preocupaciones específicas”. Los generales se negaron a excarcelar a los presos políticos o a revocar las represivas leyes de Emergencia Nacional que han regido por décadas. Sobre la promesa de los generales de que entregarían el poder a un gobierno civil en menos de seis meses al-Sayed dijo, “Eso también no son más que palabras”.

Al día siguiente el consejo militar dijo a miles de trabajadores en huelga a través del país que regresaran a sus trabajos. “Estas huelgas, en un momento delicado como este, producen resultados negativos”, decía un comunicado militar. Exigía que todos se enfocaran en el trabajo y la producción, no en las protestas.

Están creciendo las huelgas, ocupaciones de fábricas y protestas por alzas salariales y mejores condiciones de trabajo entre trabajadores textiles, bancarios, ferrocarrileros, de la industria del turismo y trabajadores municipales, entre otros.  
 
Trabajadores temporales
Varias de las huelgas están exigiendo que se les den trabajos permanentes a los trabajadores temporales. En 2003, el gobierno egipcio aprobó una ley que permitió que las compañías aumentaran el empleo de trabajadores temporales con menos derechos y prestaciones. En algunas compañías hay más trabajadores temporales que permanentes. A los trabajadores temporales no se les permite afiliarse a los sindicatos.

Unos 2 400 trabajadores en la compañía de textiles Misr-Irán iniciaron un plantón exigiendo bonos mensuales y que se diera trabajo permanente a los trabajadores temporales. Unos 700 trabajadores de la Coca-Cola en la Ciudad Nasr están exigiendo algo parecido.

Sindicatos independientes de la federación sindical dominada por el gobierno están prohibidos, y el derecho a declararse en huelga está severamente restringido. De los 24 sindicatos que conforman la federación, 22 están encabezados por miembros del Partido Democrático Nacional de Mubarak. Sin embargo, a pesar de esto han habido miles de huelgas y ocupaciones de fábricas desde 2004.

Washington está respaldando al gobierno militar. Refiriéndose a los comandantes de las fuerzas armadas egipcias, el Almirante Michael Mullen, jefe del Estado Mayor de Washington, dijo “Creo que han bregado con esta situación extremadamente bien”. Según el Washington Post el Secretario de Estado Robert Gates ha conversado con Tantawi por lo menos seis veces durante las últimas semanas.
 
 
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