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Vol. 75/No. 10      14 de marzo de 2011

 
Libro sobre lucha de clases en EE.UU.
presentado en feria del libro en Cuba
(especial)
 
POR JOHN HAWKINS
Y NAOMI CRANE
 
LA HABANA—En una sala repleta, unas 80 personas asistieron a una presentación de Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero por Jack Barnes el 13 de febrero en esta ciudad. El evento fue uno de las casi 800 presentaciones de libros y otros eventos culturales que tuvieron lugar como parte de la Feria Internacional del Libro que este año duró 11 días.

El panel de oradores incluyó a Fernando Martínez Heredia, ganador del premio nacional de ciencias sociales en 2006 y uno de los dos escritores cubanos a quienes se dedicó la feria del libro este año; Víctor Dreke, integrante de la generación de combatientes revolucionarios que tumbaron la dictadura de Fulgencio Batista en 1959 y actualmente el presidente de la Asociación de Amistad Cuba-áfrica; y Martín Koppel, editor de la traducción al español del libro. Mary-Alice Waters, presidenta de la editorial Pathfinder, presidió el programa.

“Este libro trata sobre la lucha de clases y el camino a la revolución socialista en Estados Unidos”, dijo Koppel. Combatir la discriminación y opresión de los negros, que son pilares de la dominación capitalista en Estados Unidos, “es la única forma de lograr la unidad de la clase trabajadora, la cual es imprescindible para una lucha victoriosa contra la clase dominante capitalista”. La importancia política decisiva de esta cuestión, señaló, es algo que los dirigentes del partido bolchevique y la Internacional Comunista bajo el liderazgo de V.I. Lenin en los años 20 trataron de ayudar a que entendieran los miembros del joven movimiento comunista estadounidense.

El lugar de vanguardia de los trabajadores que son negros se ha demostrado una y otra vez en un siglo y medio de lucha de clases en Estados Unidos, dijo Koppel —desde la guerra revolucionaria para abolir la esclavitud y la Reconstrucción Radical que le siguió, a las luchas de los agricultores a fines del siglo 19 y principios del siglo 20, el movimiento para organizar sindicatos en los años 30 y 40, el masivo movimiento pro derechos civiles basado en las masas proletarias que tumbó al sistema de segregación conocido como Jim Crow en el sur de Estados Unidos en los años 50 y 60, y así hasta hoy en día. Esta historia, dijo Koppel, “no se enseña en las escuelas de Estados Unidos”.

Barnes, el secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, coloca a Malcolm X en esta trayectoria. El autor muestra “que Malcolm X fue un dirigente revolucionario de la clase trabajadora en Estados Unidos”, dijo Koppel, “algo que nadie más hace”. Koppel citó ejemplos en el libro de Barnes sobre la evolución política de Malcolm en el último año de su vida.  
 
‘Resistencia de los negros’
Fernando Martínez comenzó con una frase de Barnes: “Es la fuerza y la capacidad de resistencia de los negros, no la opresión, lo que nos deja plasmados”. Martínez señaló que una entrevista que Barnes realizó con Malcolm X en enero de 1965, publicada originalmente en la revista Young Socialist y que está incluida en el libro, fue reproducida en la revista cubana Pensamiento Crítico en junio de 1968. En ese entonces, Martínez era el director de Pensamiento Crítico, así como el jefe del departamento de filosofía de la Universidad de La Habana.

“Esa fue la primera vez que yo escuché, y mis compañeros, el nombre de Jack Barnes”, dijo. Publicamos la entrevista “porque nuestro interés era abrir el número con la relación entre el movimiento negro y la necesidad de una revolución socialista”.

Martínez describió cómo Malcolm X se vió atraído a la revolución socialista en Cuba, lo que se capta en la declaración de Malcolm que “la Revolución Cubana —esa si es una revolución. Derrocaron al sistema”. Y añadió, “su mayor legado” de Malcolm, fue poner “la legitimidad que tenía como luchador al servicio de la revolución anticapitalista”.

Martínez señaló que en Cuba, los trabajadores y agricultores que son negros tienen un historial de lucha revolucionaria, incluyendo las revueltas de los esclavos del siglo 19 y las guerras por la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud, así como la fundación en 1908 de un partido negro, el Partido Independiente de Color. Martínez fue presidente de una comisión establecida por el Partido Comunista de Cuba para conmemorar el centenario, en 2008, de la fundación del PIC. El próximo año, agregó, se organizarán eventos para conmemorar estas luchas, así como el 100 aniversario de la “gran matanza de 1912”, la sangrienta represión de una protesta armada dirigida por el PIC.

Hoy en día, dijo Martínez, “entre los grandes deberes de la Revolución Cubana está asegurar que no pueda persistir ninguna forma de racismo en Cuba”. Tal legado continuaría incluso después de que el sistema capitalista que creara estas formas de opresión haya sido derrocado, “Pero tenemos que proceder en consecuencia” para combatirlo.

Martínez también presentó un punto de vista sobre el lugar que ocupa la Internacional Comunista que es contrario al que Barnes defiende en el libro. En la sección del libro de Barnes titulado “Lo que nos enseñó la Revolución Bolchevique”, el lector obtiene una imagen concreta de cómo la Internacional Comunista bajo el liderazgo de V.I. Lenin ofreció una colaboración política valiosa al joven movimiento comunista en Estados Unidos y en todo el mundo. Fue cuando una privilegiada casta social burocratizada, cuyo vocero principal era José Stalin, consolidó su posición y cambió la política proletaria internacionalista de Lenin en la Unión Soviética a finales de los años 20 e impuso en la Internacional Comunista la defensa de sus intereses nacionales privilegiados que la ayuda se convirtió en su opuesto.

En cambio Martínez, declaró que “La Internacional Comunista quiso universalizar las luchas organizadas contra el capitalismo precisamente cuando se estaba universalizando el capitalismo como imperialismo. Quizás era demasiado temprano [para una Internacional Comunista]. Lo cierto es que sus ideas y sus prácticas resultaron al cabo fallidas.” Ignorando cualquier distinción entre el rumbo revolucionario de la Internacional Comunista bajo la dirección de Lenin y su historial contrarrevolucionario bajo Stalin, Martínez dijo que el Comintern se organizó como “un mando y no como una comprensión y como un complejo de diversidades”.  
 
Importancia para nueva generacione
“Qué importancia tiene este libro para los cubanos, no solamente para los cubanos que vivimos la etapa capitalista y que vivimos la discriminación racial en cuba”, señaló Víctor Dreke, “sino también para los jóvenes cubanos que no vivieron esa etapa”.

Dreke, que luchó en la guerra revolucionaria de 1956-58 que derrocó la dictadura de Batista, fue el jefe de las unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que combatieron contra las bandas contrarrevolucionarias apoyadas por Estados Unidos en las montañas del Escambray después de la victoria de 1959. Fue el segundo al mando con Ernesto Che Guevara en la misión internacionalista cubana que ayudó a las fuerzas antiimperialistas en el Congo en 1965, y dirigió a los combatientes cubanos que fueron a ayudar al movimiento de independencia de Guinea-Bissau en 1966-68. Ha ocupado varias responsabilidades diplomáticas en áfrica a lo largo de los años.

Recordando la gira que realizó en Estados Unidos en 2002 para hablar sobre su libro De la sierra del Escambray al Congo: En la vorágine de la Revolución Cubana, publicado por la editorial Pathfinder, Dreke dijo que la experiencia le ayudó a comprender que “en aquel momento, antes de 1959, había una gran discriminación en Cuba realmente, pero que nunca fue comparable a la discriminación que sufrieron nuestros hermanos norteamericanos de piel negra.”

Mientras que los prejuicios raciales no desaparecen de la noche a la mañana, dijo Dreke, “El racismo empezó a terminarse en Cuba el 1 de enero de 1959 con el ascenso al poder de la Revolución Cubana dirigida por Fidel”. El nuevo gobierno implementó “las leyes revolucionarias que atacaron de raíz al racismo”.

Hoy “no olvidamos nuestras raíces”, añadió, pero “en Cuba no nos podemos caer en que soy blanco soy negro. Somos cubanos, de raíces cubanas”.

Dreke señaló la importancia de la evolución política de Malcolm X y su entendimiento de que “no se podían resolver los problemas solamente uniéndose a los negros”, sino a todos los oprimidos. Malcolm visitó áfrica y se reunió con los revolucionarios allí, escuchó sus opiniones, y sus puntos de vista cambiaron. Malcolm avanzó “hacia la idea de que lo que se necesita es cambiar el sistema capitalista de explotación”, dijo. “Terminó siendo un dirigente de la clase obrera de Estados Unidos”.  
 
Intercambio sobre acción afirmativa
Durante el período de discusión un participante habló sobre las políticas de acción afirmativa en el empleo, la vivienda y las admisiones universitarias en Estados Unidos. Sostuvo firmemente que la “se necesita la acción afirmativa en Cuba hoy” para hacer frente a las desigualdades que aún existen en cuanto a trabajos y educación.

Dreke respondió que líderes revolucionarios, entre ellos Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y Raúl Castro, han abordado la necesidad de enfrentar el legado de discriminación. Pero él dijo que se oponía al establecimiento de cuotas raciales en la contratación o en las admisiones escolares en Cuba.

Debido a la historia concreta de Cuba, en la que revolucionarios negros, mulatos, blancos y chinos lucharon y derramaron sangre juntos, “estamos unidos, todos somos seres humanos”, dijo.

Otro miembro del público siguió con este intercambio. él dijo que creía que el establecimiento de cuotas de acción afirmativa ha reforzado las divisiones raciales en Estados Unidos. En Cuba, añadió, la acción afirmativa es necesaria, pero debe ser para los que viven en los barrios más pobres, que no sea basada en la raza.

En Estados Unidos, respondió Koppel, “los programas de acción afirmativa en el empleo, la vivienda y la educación surgieron de las batallas de masas para los derechos civiles encabezadas por obreros y agricultores que eran negros” después de la Segunda Guerra Mundial, y el impacto que tuvieron estas conquistas en la clase obrera y en el movimiento sindical cuando los trabajadores estaban tratando de resistir los crecientes ataques de los patrones en los años 70 y 80. Esas medidas fortalecieron a la clase obrera y los sindicatos, ayudando a romper las barreras para los negros, las mujeres y otros que sufren discriminación y para unir en lucha al pueblo trabajador.

Los gobernantes en Estados Unidos, sin embargo, han utilizado lo que ellos llaman acción afirmativa —un componente de la “diversidad”— para fomentar la integración de un gran y creciente sector de los negros en una capa más amplia “meritocrática” de la clase media alta y los profesionales en Estados Unidos, cuyos intereses de clase son ajenos a los de los trabajadores de cualquier color de piel. Esa es la capa de donde viene Obama, dijo Koppel. “La ‘acción afirmativa’ burguesa está siendo utilizada para profundizar las divisiones en la clase obrera y entre los oprimidos en vez de reducirlas”.

Se vendieron 45 copias de Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero a los participantes en la reunión. En total, más de 200 ejemplares del libro —en español, inglés y francés— fueron adquiridos en el transcurso de la feria.

La presentación de este título de Pathfinder fue parte de una serie de programas en la feria del libro sobre la historia y las luchas para poner fin a la discriminación racial en Cuba y en todo el mundo. Se organizaron paneles bajo el título “Año Internacional para las Poblaciones de Herencia Africana”. Presentaciones de libros incluyeron títulos en español como Piel negra, máscaras blancas por Frantz Fanon; Malí: Un camino hacia el integracionismo pan-africano; Historia de la revolución haitiana; Deidades cubanas de origen africano; La madre negra de Martí; La cuestión racial en Cuba; Hacia una narrativa afro-ecuatoriana; y una sección especial sobre “Memoria de la Esclavitud” en Caminos, revista del Centro Martin Luther King en La Habana.

Rebecca Williamson y Doug Nelson contribuyeron a este artículo.  
 
 
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