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Vol. 75/No. 43      28 de noviembre de 2011

 
Washington expande
intervención en Somalia
(portada)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
Washington esta incrementando sus operaciones de “cazar y matar” en Somalia contra al-Shabab, un grupo islamista calificado como “organización terrorista” por el gobierno de Estados Unidos en 2008. Al-Shabab controla gran parte del sur y el centro de Somalia, y se encuentra en guerra con el Gobierno Federal de Transición, apoyado por Washington, que controla la capital, Mogadishu.

Coordinados por el Comando Africa de las fuerzas armadas estadounidenses —por medio del cual Washington está extendiendo su presencia en el continente— aviones sin tripulación Reaper que despegan desde bases aéreas en Arba Minch en el sur de Etiopía, están volando sobre Somalia, según el Washington Post.

La base en Etiopía es una de tres que rodean el Cuerno de Africa desde donde despegan los aviones teledirigidos estadounidenses. Las otras dos incluyen la base en las islas Seychelles, al sureste de Somalia, que fue reabierta recientemente y la gran base estadounidense en Djibouti al norte, donde están estacionadas 3 mil tropas norteamericanas. Los aviones teledirigidos que inician sus vuelos desde la base en Djibouti también vuelan misiones sobre Yemen.

En el Pentágono y el Departamento de Estado, según el New York Times, se está debatiendo si además de usar aviones sin tripulación para matar a individuos seleccionados para ser asesinados, se deben realizar también los llamados ataques “signature strike”, o por asociación. Similares a las prácticas de perfil racial de la policía en Estados Unidos, los ataques “signature” con aviones sin tripulación atacan a individuos y grupos de personas sin confirmar su identidad en base a su ubicación y los patrones de comportamiento observados.

En Pakistán, donde la mayoría de los ataques de aviones sin tripulación son de tipo “signature”, las aeronaves a control remoto han matado a 1 500 “sospechosos de ser militantes” desde que tomó la presidencia Barack Obama en 2009, según funcionarios del gobierno de Estados Unidos, informó el Wall Street Journal.

Washington ha desarrollado una estrategia de cuatro partes para aumentar su involucramiento en Somalia, informó la revista Atlantic. Esto incluye dar apoyo a unas 10 mil tropas de la Unión Africana, principalmente de Uganda y Burundi, en operaciones alrededor de Mogadishu; reclutar a “lideres militares” somalíes y otros grupos armados —muchos de ellos previos opositores del gobierno de transición— para luchar contra al-Shabab; el reclutamiento a la CIA de agentes nativos para construir una red imperialista de espías; y ataques con aviones sin tripulación para asesinar a dirigentes de al-Shabab.

Según el Times de Londres, “Asesores estadounidenses han sido asignados a ayudar a las tropas de Uganda a proveer seguridad para el amenazado gobierno somalí en Mogadishu, y según informes, fuerzas especiales estadounidenses han estado realizando operativos desde una base militar de Estados Unidos en la Isla Manda, a 48 kilómetros al sur de la frontera entre Somalia y Kenya”.  
 
Tropas de Kenya invaden Somalia
A mediados de octubre unas 4 mil tropas kenianas invadieron el sur de Somalia. Uno de sus objetivos es tomar control de la ciudad portuaria somalí de Kismayo, un bastión de al-Shabab. Aunque oficiales estadounidenses negaron haber participado en la operación, el vocero militar de Kenya, el mayor Emmanuel Chirchir, dijo que Washington prestó “asistencia técnica”, informó el Post.

La creciente presencia militar de Washington en el Cuerno de Africa incluye el uso de fuerzas especiales en la costa de Somalia. Un artículo en el Army Times del 7 de noviembre, titulado “cazando terroristas”, detalla misiones clandestinas de los Navy SEALs en la última década para instalar una red de cámaras escondidas en los puertos de Somalia, zonas de alta población y otras localidades del país. Iniciado en 2002, los SEALs han realizado una docena de misiones similares, informó el periódico.

Mientras tanto, una operación amañada del FBI en Minnesota ha resultado en la condena de dos mujeres somalíes por supuestamente recaudar fondos para al-Shabab. Las mujeres —Amina Farah Ali y Hawo Mohamed Hassan— ambas ciudadanas de Estados Unidos, enfrentan hasta 30 años de cárcel.

Las mujeres dicen que estaban recaudando fondos para brindar ayuda humanitaria a Somalia. El país, el cual no ha tenido un gobierno estable por dos décadas, se ha visto azotado por sequía, hambruna y desplazamiento. Según Naciones Unidas, unos 3.7 millones de personas están a riesgo de inanición, la mayoría en la región sureña controlada por al-Shabab.  
 
 
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