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Vol. 75/No. 44      5 de diciembre de 2011

 
Presión sin precedente
de EE.UU. contra Irán
(artículo principal)
 
POR JIM CARSON  
El 8 de noviembre el Organismo Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas dio a conocer un informe que presenta evidencia de investigaciones iraníes diseñadas a profundizar su conocimiento de la tecnología de armas nucleares. Washington y sus aliados imperialistas han aprovechado esto como una oportunidad para profundizar la campaña de agresión que han mantenido desde hace dos décadas para forzar a Teherán a que abandone su programa nuclear por completo.

Washington, Londres y París están presionando para imponer sanciones comerciales más rígidas contra Irán. A partir de lo que se presenta como una fuga de prensa a principios de este mes, secciones del gobierno de Israel han amenazado con bombardear las instalaciones nucleares iraníes.

Las autoridades iraníes dicen que el informe de la ONU es una mentira dictada por Washington y prometieron tomar represalias contra cualquier acción militar. “Si la idea de invasión contra la República Islámica de Irán atraviesa la mente de alguien tienen que estar dispuestos a recibir una bofetada fuerte y un puño de hierro”, dijo el líder supremo de Irán Ayatolá Ali Jamenei.

El informe de la ONU confirma que Irán no ha usado su uranio enriquecido con fines militares desde que el programa nuclear del gobierno iraní fue suspendido oficialmente bajo la presión del imperialismo en 2003. El OIEA tampoco ofreció ninguna prueba de que Teherán está tratando activamente de construir un arma en este momento.

Lo que es nuevo en el informe de la ONU es su afirmación de que, entre otras cosas, Teherán ha construido un contenedor de acero en su planta militar de Parchin que puede ser utilizado para pruebas de explosiones capaces de desencadenar una reacción nuclear; está creando modelos de computadora para una ojiva nuclear; y ha almacenado uranio enriquecido.

Teherán ha mantenido durante años que su programa nuclear no es militar, dirigido sobre todo a aumentar la producción de energía del país. No respondió directamente a las reclamaciones contenidas en el informe del OIEA.

Incluso antes de la publicación del informe del OIEA, Washington había dejado en claro su intención de imponer “una presión sin precedentes”, como dijo el presidente Barack Obama, contra el gobierno iraní. En una declaración conjunta, París y Londres “dejaron en claro su determinación de buscar nuevas sanciones poderosas si Irán se niega” a someterse a las demandas imperialistas.

En las semanas previas al informe de la ONU, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había presionado a su gabinete para que lanzara un ataque aéreo militar contra las instalaciones nucleares de Irán. Una sección de los gobernantes de Israel ve como una amenaza a los movimientos populares de masas por la democracia y la justicia social que están barriendo el norte de áfrica y el Medio Oriente, incluyendo a Israel. Y anticipan que la recientemente anunciada retirada de Washington de sus tropas de Iraq a finales del año reforzará la influencia de Irán en la región.

Aunque apoya una nueva ronda de sanciones duras contra Irán, Tel Aviv no ha descartado públicamente la posibilidad de un ataque militar. En 1981 y 2007, aviones israelíes destruyeron reactores nucleares en Iraq y Siria.  
 
Campaña de sabotaje, asesinato
A través de Naciones Unidas o de forma individual, Washington y sus aliados imperialistas ya han impuesto cuatro rondas de sanciones que han afectado la economía de Irán reduciendo de manera significativa su acceso a las instituciones financieras internacionales, haciendo que sus intercambios comerciales sean más caro. También han atacado su programa nuclear a través de sabotaje y asesinatos, en especial de científicos involucrados en el desarrollo de la tecnología nuclear.

El 12 de noviembre uno de los principales comandantes en el programa de misiles balísticos de Irán, el general Hasan Moghaddam, murió junto con otros 16 miembros de la Guardia Revolucionaria en una explosión que Teherán dijo fue un accidente en el centro militar Bidganeh para el desarrollo de misiles y de almacenamiento. Se ha especulado desde entonces que se trató de una operación de inteligencia israelí.

En días recientes, el gobierno iraní también dijo que sus sistemas informáticos han sido atacados por un nuevo virus llamado Duqu. Sus instalaciones nucleares ya habían sido dañados por otro cyberarma llamado Stuxnet, retrasando sus planes.

La profunda hostilidad del imperialismo contra Irán comenzó con la revolución de 1979, cuando los obreros y campesinos derrocaron a la monarquía, un aliado clave de Washington. Poco después, un régimen burgués contrarrevolucionario fue creado mediante la represión de los obreros y campesinos. Al mismo tiempo, el gobierno iraní se ha negado de manera consistente a simplemente ceder a los dictados del imperialismo.

El Wall Street Journal informó el 11 de noviembre que, en el contexto de la retirada de sus tropas de Iraq, Washington está vendiendo miles de bombas avanzadas “revienta-búnkeres” y otras municiones a los Emiratos árabes Unidos como parte de una intensificación de sus esfuerzos para reunir una coalición regional contra Irán con la participación de otros aliados regionales monárquicos en Arabia Saudita, Bahrein, Omán, Qatar y Kuwait.

El secretario de defensa, Leon Panetta, advirtió el 10 de noviembre que acciones militares contra Irán podrían tener “consecuencias no deseadas” en la región.  
 
 
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