El Militante (logo)  

Vol. 75/No. 44      5 de diciembre de 2011

 
Referéndum en Ohio rechaza
ley antiobrera y ‘Obamacare’
(portada)
 
POR JOHN STUDER  
En uno de las votaciones más seguidas este noviembre, una ley anti sindical de amplias consecuencias fue derogada en el estado de Ohio tras un referéndum.

En la misma ocasión, los votantes en Ohio adoptaron por un margen aún mayor un referéndum rechazando la ley de salud del presidente Barack Obama.

“El pueblo de Ohio rechazó de manera completa la idea de culpar a los trabajadores públicos por los problemas económicos del estado”, dijo al Militante Zach Schiller, director de investigaciones de Policy Matters de Ohio, uno de los grupos que hizo campaña contra la legislación anti sindical.

La medida fue derrotada por el 61 por ciento de los electores, siendo rechazada virtualmente en todos los condados del estado, tanto en las ciudades como en las zonas rurales.

Aprobada en marzo pasado y apoyada por el recién electo gobernador republicano John Kasich, la ley hacía blanco contra los sindicatos de empleados públicos que representan a 360 mil trabajadores. ésta ley habría remplazado los incrementos salariales basados en antigüedad con un sistema de “mérito”, habría eliminado el derecho al convenio colectivo de prestaciones y pensiones, prohibido las huelgas, aumentado el costo del seguro médico y recortado las pensiones.

La ley fue celebrada por el Wall Street Journal diciendo que se trataba de “determinación política, que es la única manera de modernizar gobiernos en medio de la oposición de los grupos derrochadores de siempre”.

Mientras se discutía la ley en la legislatura, decenas de miles de trabajadores se manifestaban ante el capitolio estatal y por todo el estado.

La ley de Ohio era similar a la que fue aprobada en el estado de Wisconsin y que ya es ley en Indiana.

El rechazo de la ley anti sindical subraya el enorme reto que enfrentan los políticos republicanos para apelar al pueblo trabajador que sufre el impacto de la crisis económica capitalista. Esta realidad refleja una verdadera crisis para los republicanos, en particular considerando que la administración de Obama y los otros políticos demócratas tampoco han hecho nada para aliviar el impacto de la crisis, a la vez que protegen los intereses de los propietarios, bancos y tenedores de bonos capitalistas, e imponen recortes presupuestarios y otras medidas anti sindicales.

Los políticos demócratas han propuesto limitaciones contra los sindicatos similares a las de Ohio y Wisconsin en Nueva York y California.

El rechazo aún mayor de “Obamacare”, la propuesta de salud del presidente Obama, recalca el hecho de que muchos trabajadores no tienen confianza en el “gran gobierno” y resienten que los burócratas gubernamentales los tratan con desdén cuando solicitan indemnización por desempleo, asistencia médica financiada por el gobierno, u otro tipo de ayuda -o simplemente cuando quieren renovar sus licencias de conducir.

Después de ser aprobada la ley anti sindical, los sindicatos y otras organizaciones lanzaron una campaña para poner las medidas a votación, recaudando poco menos de un millón de firmas -el mayor número jamás recaudado para un referéndum en la historia del estado- en un esfuerzo exitoso para derrocarla.

Pocos días después de la derrota, los políticos tanto republicanos como demócratas dijeron que creían que los ataques contra los trabajadores municipales y sus sindicatos continuarían.

La noche de la votación el gobernador Kasich declaró a la prensa que su ley fue “mucho demasiado pronto”. Dijo que el resultado del plebiscito iban a ser recortes más profundos por parte de los gobiernos estatales y municipales. “Quiero que me entiendan, no se avecina un plan de rescate”, añadió.

Dos días después del voto, se formó una coalición para lanzar una campaña para convertir a Ohio en un estado de “derecho al empleo.” Bryan Williams, director de asuntos de gobierno para la asociación de contratistas de la construcción en Ohio, afirmó que se necesitaba “desde hacía mucho tiempo”.

En un editorial sobre la derrota de la ley, el periódico liberal Plain Dealer urgió a los legisladores a que se enfocaran en “los cambios necesarios en los pagos por mérito, contribuciones obligatorias por prestaciones y limitaciones desequilibradas de la antigüedad en los despidos”.

El ex gobernador demócrata Ted Strickland declaró que al deshacerse de algunas secciones de la ley se abriría la puerta a que los trabajadores hagan sacrificios. Cuando él era gobernador, explicó Strickland, los sindicatos de los trabajadores del sector público aceptaron tomar 20 días de trabajo sin pagar y un congelamiento salarial para “ayudarle a equilibrar el presupuesto”.

Algunos de los altos oficiales sindicales han hecho eco del sentimiento de que en “tiempos difíciles” los trabajadores deben sacrificar lo logrado en duras luchas.

“Siempre ha existido espacio para negociar”, declaró al Columbus Dispatch Bill Leibensperger, vicepresidente de asociación de educación de Ohio.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto